La Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) ya resolvió la revisión de la Transformación Curricular Integral (TCI), tanto para la Educación Básica Integrada como para bachillerato, y los cambios comenzarán a aplicarse el año que viene. El Consejo Directivo Central (Codicen) del ente tendrá ahora a consideración algunos ajustes que el Consejo de Formación en Educación (CFE) realizó al Plan 2023 de sus carreras.
A diferencia de lo que ocurrió en Secundaria, donde los cambios atendieron a buena parte de los reclamos de los actores docentes más críticos con la TCI, en el CFE los ajustes realizados son señalados como insuficientes por distintos actores.
Para Nirian Carbajal, consejera docente en el CFE, en el último quinquenio la formación docente tuvo un “receso importante, una desinstitucionalización, un detenimiento de las estructuras académicas y las comisiones de carreras”.
En ese contexto, subrayó a la diaria que la “expectativa” del orden docente para el nuevo quinquenio era “trabajar en una política educativa profunda que pusiera en primer lugar esa reestructuración académica y las comisiones de carreras nacionales, además de las locales”, para luego realizar ajustes al Plan 2023, que ha sido “fuertemente rechazado” por los colectivos docentes de la Formación en Educación, principalmente por su caracter “inconsulto” y “desprofesionalizante”.
Sin embargo, Carbajal aseguró que, desde un inicio, las autoridades del CFE que asumieron este año comenzaron con una “agenda incompleta” para los ajustes previstos al último plan, ya que “no estuvo el nombramiento de las coordinaciones académicas de las comisiones nacionales”. Según dijo, se prevé profundizar este punto en lo que resta de año.
En concreto, los cambios aprobados en el CFE, que deberán ser evaluados por el Codicen, tienen dos objetivos: “tratar de enmendar falencias de formación que iban a tener los estudiantes en este Plan”, ya que desde el orden docente se asegura que “quitó rigor académico, especificidad” y que hay “menos formación en investigación, educación y en contenidos importantes de las formaciones específicas”; y, en segundo lugar, “intervenir y modificar el reglamento de carreras, que es muy expulsivo”, resumió Carbajal.
Así es que acordaron ciertos “ajustes” al Plan 2023 que, a su entender, son “mínimos”: dijo que se aprobaron cambios de denominación de unidades curriculares, algunas modificaciones en el primer y segundo semestre, ajustes a la carga horaria de los estudiantes, que, según planteó, les disminuye “muy poco” la “muy extensa” jornada.
Luego señaló que hubo algunos cambios “más profundos”: la separación de los profesorados de Sociología y Derecho para 2026, y modificaciones a los profesorados técnicos del Instituto Nacional de Enseñanza Técnica, ya que tres de ellos comenzarían con un inicio común, con una separación posterior, de acuerdo a la especificidad.
“Haber invertido el proceso, primero comenzar por el ajuste curricular y luego por conformar la estructura académica, trae impactos y ha traído también malestar de los docentes”, aseguró Carbajal. En ese sentido, resaltó que los departamentos académicos sugirieron ajustes al Plan para “surtirlo de cierta profundidad conceptual”, pero eso no pasó. “No conforma, porque los ajustes son mínimos y no van a incidir demasiado en la calidad académica de la formación”, apuntó la consejera sobre los cambios hasta ahora aprobados por el CFE para el año que viene.
Carbajal aseguró que desde el Codicen les plantearon que su aprobación es “bastante urgente”, porque a mediados de noviembre son las elecciones de horas, por lo que “tiene que estar muy claro todo este listado de ajustes”.
En tanto, manifestó que los cambios sobre el reglamento de las carreras están aún en proceso de revisión en la Comisión de Enseñanza, Diseño y Desarrollo Curricular, pero, de concretarse –posiblemente en noviembre–, “podrían flexibilizar y permitir que los estudiantes avancen en la trayectoria de formación sin estar tan obstaculizados”.
Concretamente, dijo que el 17 de noviembre lograrían la conformación de la estructura académica, ya que fue votada en sesión del CFE esta semana. “Es una señal importante de que así se piensan las políticas educativas basadas en el principio de participación”, manifestó. Además, recordó que el 5 de noviembre habrá elecciones en todo el CFE para conformar los consejos asesores y consultivos que funcionan a nivel de los institutos con tres órdenes: egresados, estudiantes y docentes.
Acuerdos y desacuerdos
Tanto Carbajal como la presidenta del Sindicato de Docentes de Formación en Educación (Sidfe), Cecilia Klein, destacaron a la diaria un acuerdo de cambio del CFE que ya cuenta con la aprobación del Codicen: la eliminación de las unidades horarias de desempeño docente, sistema establecido durante el gobierno pasado. “Es un sistema que realmente afectó; creaba la posibilidad de tomar muchos cursos y eso atenta contra la educación superior”, aseguró la consejera docente.
Klein enfatizó en que “hubo un trabajo entre las distintas partes que dio buenos frutos”. Explicó que, además, se elevó un nuevo reglamento de elección de horas, que implica “volver a ciertos aspectos como la especificidad”, de forma que los docentes efectivos sean quienes elijan en aquellas listas en las que están anotados, sin que las convocatorias queden abiertas a otras especialidades del respectivo departamento, como en estos últimos años.
En el marco de lo “laboral”, Klein reconoció que hubo “una apertura del Consejo a escuchar” y “un proceso de negociación que fue importante”. Sin embargo, dijo que lo académico se encuentra en una situación “casi opuesta”. “Apostábamos a un cambio de plan y que no existiera ninguna otra generación que se iniciara con el actual”, manifestó.
Empero, aseguró que el CFE “puso muchas trabas, de muchas demoras en la construcción de las comisiones, y sólo llegó a crear una comisión de diseño curricular que apuntaba solamente a ajustes del Plan 2023, donde no se llegó a acuerdos”. Por lo tanto, señaló que los cambios que se aprobaron “corresponden sólo con algunas áreas”, que en muchos casos “no están de acuerdo con esos cambios”.
Por otro lado, Klein consideró que las modificaciones que ahora están en la órbita del Codicen para ser aprobadas definitivamente “son sólo pequeños ajustes al Plan 2023 y no engloban realmente las necesidades de las distintas salas o desde el mismo sindicato en cuanto a la eliminación de contenidos”. Como uno de los avances logrados, la integrante del Sidfe hizo mención a una resolución del CFE que, en la misma línea de los acuerdos alcanzados por el Codicen para la educación obligatoria, consagra la libertad de cátedra en el organismo, lo que implica que no sólo haya que basarse en el desarrollo de competencias en los estudiantes, según resumió. Sin embargo, valoró que, en relación al plan de estudios, “la estructura es la misma”.
En este marco, Klein recordó que desde el Sidfe están “en conflicto” y en “alerta en cuanto a ciertas acciones”, a pesar de que entienden que “hay una escucha y una participación”. En ese sentido, dijo que “a veces hay cuestiones que se terminan decidiendo en otros ámbitos que no son el propio CFE, sino a nivel de Codicen” y, de hecho, observan “ciertas tensiones en el marco del propio CFE”. “Creo que está faltando una planificación clara del propio CFE”, finalizó.
la diaria intentó contactarse con las autoridades designadas políticamente en el CFE, pero plantearon que prefieren referirse a los ajustes curriculares una vez que tengan la aprobación final del Codicen.
Entre Pedagogía y Derecho
Uno de los colectivos que ha reclamado la aplicación de cambios más profundos a la formación de educadores es la sala de Pedagogía del CFE, que ya había realizado planteos similares cuando se diseñó el Plan 2023. En diálogo con la diaria, Edh Rodríguez, Fernanda Sosa y Laura Curbelo, integrantes de la sala, resumieron que el nuevo plan implicó pasar a un único curso de esa disciplina, llamado Teorías Pedagógicas,ubicado en el primer año, cuando en el plan anterior había seis materias distribuidas a lo largo de la carrera.
Esta situación hizo que reclamen poder tomar cursos de la unidad curricular Sistema Educativo Nacional: Políticas Educativas, después de que las anteriores autoridades políticas en el CFE determinaran que era un curso a ser dictado por docentes del Departamento de Derecho Público. Ello ocurrió a pesar de que su equivalente en el plan anterior, llamada Pedagogía II, era dictada por docentes de dicha sección y, por ejemplo, generó que docentes interinos de Derecho pasen a tener prioridad por sobre efectivos de Pedagogía al tomar horas de la asignatura.
De cara a los cambios al plan que el CFE aplicará a partir del año que viene, los integrantes de la sala solicitaron volver a dar la asignatura, ya que el resultado de un curso sobre políticas educativas enfocado desde el derecho no es el mismo que si se piensa a partir de la teoría pedagógica. Representantes de los docentes de Pedagogía y también de Derecho mantuvieron una reunión con las autoridades del CFE, que, si bien entendieron su planteo y hasta manifestaron estar de acuerdo, les transmitieron que el grueso de los cambios se podrá aplicar a partir de 2027.
De todas formas, y si bien aún quedan ajustes por realizar de cara a la elección de horas para 2026, el CFE definió que después de una primera ronda de elección para profesores efectivos del Departamento de Derecho Público y una vez agotado ese listado, se procederá a que puedan tomar horas los docentes efectivos de Pedagogía. Si todavía quedaran horas vacantes, se procederá a una segunda ronda de elección con las mismas características y recién después se pasa al listado de docentes interinos. Las autoridades tomaron la decisión a partir de las dificultades existentes para completar las horas de la mencionada materia.
No obstante, el cambio proyectado no colmó las expectativas de los docentes de Pedagogía, que reivindican que el curso debería ser de su área, como ocurría en el plan anterior. Al respecto, Sosa consideró que lo resuelto por el actual CFE es “una especie de parche” que “no tiene en cuenta los argumentos de fondo” planteados por la sala. “Nosotros creíamos que el nuevo consejo tenía que repensar los sentidos de la formación pedagógica de la carrera y eso no se hizo, se perdió la oportunidad”, lamentó.
El aporte de la pedagogía a lo educativo
En relación a los argumentos de la sala para que la pedagogía cuente con más presencia en la formación de educadores, Curbelo señaló que “es muy complicado decir que hay una carrera docente sin formación pedagógica”. Además, sostuvo que el pedido que hace la sala en relación a la materia de políticas educativas no implica plantear que el Derecho no es importante, pero sí tener en cuenta que los estudiantes no se están formando en una carrera del área jurídica. En ese sentido, Sosa comparó que a partir del Plan 2023 el tronco común de la formación de educadores cuenta sólo con una materia del área de pedagogía y tres del área de Derecho.
Según señalaron los docentes, con esta situación se ve afectada la educación de todo el país. Más allá de que la educación puede ser enfocada desde otras disciplinas, como la sociología, la psicología o desde la ciencia política, la mirada pedagógica apunta a reflexionar en otros términos. Al respecto, Rodríguez argumentó que el aporte de la disciplina tiene que ver con problematizar sobre los aspectos culturales que se quieren traducir de una generación a otra.
En ese sentido, planteó que hay aspectos que tienen que ver con observar cómo algunas discusiones pedagógicas se fueron dando a lo largo de la historia. Por ejemplo, mostró que ello permite observar que muchas de las cosas que actualmente se dicen sobre el sentido de la educación secundaria se planteaban sobre primaria en la década del 30 del siglo pasado, cuando ese nivel estaba lejos de ser universal.
Los docentes coincidieron en que, a partir de un enfoque más normativo, el actual plan priorizó la formación en didáctica, que se preocupa por dar herramientas sobre cómo enseñar, por sobre la formación en pedagogía, a la que consideran como una disciplina central para cualquier docente. Según argumentó Sosa, la pedagogía se preocupa por asuntos que tienen que ver con el “por qué educar, para qué educar y cómo problematizar el asunto de la educación”.
En ese sentido, fundamentó que el enfoque de un curso de políticas educativas en las carreras del CFE debe apuntar a comprender los fundamentos detrás de las normas aprobadas a lo largo de la historia. “El sentido no es estudiar lo que dicen las normas, sino discutir, entender el porqué, pensar en otras posibilidades, problematizar esos momentos y entender lo que ocurrió” a partir de los importantes aportes que ha hecho la pedagogía uruguaya a lo largo de la historia, resumió.
La docente afirmó que cuando se piensa en estos temas únicamente desde lo normativo, la forma en que opera el poder queda en un segundo plano o directamente invisibilizada, cuando se trata de una temática importante en la práctica educativa.
En 2027 comenzarán a recibirse los primeros docentes del Plan 2023 y, para evitar que una generación entera de educadores salga sin una formación adecuada en pedagogía, desde la sala también propusieron realizar “cursos de nivelación”. Según planteó Curbelo, es “urgente” que se realice una formación de ese tipo para que quienes comenzarán a estar en las aulas sean capaces de reflexionar sobre su práctica en términos pedagógicos. “Si no, termina siendo una técnica de aplicar el cómo y ese cómo cada vez es más tecnicista, menos democrático, y cada vez pone en juego menos cuestiones éticas a la hora de dialogar con la violencia, con lo antidemocrático o con las inteligencias artificiales”, lamentó.
En el mismo sentido, Rodríguez argumentó que la mirada pedagógica también es fundamental a la hora de que los docentes puedan reflexionar acerca de cómo el medio en el que dan clases incide en su práctica educativa. Según ilustró, en muchas escuelas de Montevideo y la zona metropolitana cada vez más maestros se preguntan “qué hacer con los gurises que tienen que elegir a qué banda narco pertenecen” para evitar “quedar en el medio” de disputas. De la misma forma, planteó que la disciplina es fundamental para, a partir de la historia, entender las discusiones que se generan en la actualidad en torno al concepto de laicidad. Precisamente, Sosa apuntó que la pedagogía permite incorporar saberes de otras disciplinas para responder a las preguntas que se realiza.
Afectaciones a las condiciones laborales y “una herida epistémica demasiado profunda”
Los cambios realizados en la pasada administración también afectaron sustancialmente las condiciones laborales de los docentes de Pedagogía, que en 2019 concursaron para la efectivización de sus cargos a partir de la asignatura Pedagogía II, del plan anterior. Según Sosa, lo ocurrido con el nuevo plan, que “les quitó” esa materia, fue “una injusticia tremenda”, ya que pasaron a estar por debajo de docentes interinos de Derecho en términos de prioridad para acceder al curso. Además, a partir de un análisis hecho por la consejería docente en el CFE, plantearon que en el escalafón para la asignatura hay más del doble de docentes de Pedagogía que de Derecho. Ello marcó que tres cuartos de los profesores que dan la materia sobre políticas educativas sean interinos, de los cuales 80% había accedido a las horas a través de llamados abreviados, en los que se bajan los requisitos para completar las horas vacantes.
Esta situación, sumada a la implementación de las unidades horarias de desempeño docente, llevó a que los docentes de Pedagogía se tuvieran que volcar a dar otras materias, pese a que no fueran de su especialidad. Por lo tanto, desde la sala consideran que el resultado fue tener a docentes menos especializados a cargo de los cursos. Además, Curbelo planteó que esta situación tampoco se entiende desde el punto de vista presupuestal, ya que el CFE está obligado a pagar una determinada cantidad de horas a los docentes efectivos, pese a que no las puedan tomar, que fue lo que ocurrió en algunos casos.
Si bien con el cambio de plan también pasaron cosas similares con docentes de otras disciplinas, Sosa aseguró que en el caso de Pedagogía son cerca de 200 docentes efectivos que están siendo “muy perjudicados” y vienen de “años de muchísimo estrés”, marcados por pérdidas de horas y la reconversión en cursos para los que no se formaron.
Más allá de lo laboral y de la afectación a la formación de los educadores que ello implica, Curbelo planteó que lo ocurrido representa “una herida epistémica demasiado profunda” para la formación docente. Por eso, esperaban que el tema se revisara para el año que viene, pero, en función de lo resuelto hasta ahora por el CFE, ello no ocurrirá.