Lentamente, las temáticas de género vienen ganando terreno en la agenda de políticas de la Universidad de la República (Udelar). Además de distintas situaciones que se han presentado en los últimos años en relación con el combate al acoso y la discriminación, semanas atrás se manejó por primera vez la posibilidad de que exista una candidata mujer al rectorado de la institución. En ese momento, Karina Batthyány dio un paso al frente, justamente, con la idea de que la Udelar avanzara “hacia la construcción de una universidad más inclusiva, más democrática y más moderna”. El grupo que promovió a Nicolás Wschebor, otro de los candidatos, también tuvo la intención de concretar la candidatura de una mujer, pero eso no se pudo concretar.
La candidatura de Batthyány tampoco se concretó, principalmente por los plazos definidos para la elección, que se superponían con el fin de su mandato como secretaria ejecutiva del Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales. De todas formas, el tema siguió en agenda y tomó otra fuerza en los intercambios con los cuatro candidatos que se terminaron confirmando, que también dedican parte de sus respectivos programas a las políticas de género.
Esta semana, el Centro de Estudios Feministas (Ceifem) de la Udelar publicó un documento con propuestas en materia de políticas de género en la institución, en el marco de la elección de rector que está en marcha. El documento es el resultado de distintas actividades que el centro promueve desde 2022 y, justamente, la última de ellas fue un debate organizado en junio entre los candidatos al rectorado.
En el documento, el Ceifem sostiene que será fundamental que quien sea electo rector “incorpore la mirada de género e interseccional de forma transversal en toda su propuesta programática, acumulando sobre la base de lo ya construido”. De esa forma, aspiran a que las acciones “permeen todos los niveles y ámbitos de acción organizacional” y también “todo el ciclo de las políticas universitarias”.
Por su parte, se generan algunas propuestas concretas que están organizadas en áreas temáticas. En materia de institucionalidad, el Ceifem plantea crear un ámbito central que sirva para coordinar y colocar bajo un único paraguas a las diferentes comisiones y unidades que abordan estas temáticas, y que “sea capaz de transversalizar la perspectiva de género en la institución”.
Al respecto, se recuerda que en 2024 el Ceifem trabajó junto con otros actores para elaborar una propuesta de nueva estructura que vaya en ese sentido, pero hasta el momento no ha tenido aprobación en el Consejo Directivo Central de la Udelar. Según se fundamentó en ese pedido, es necesario crear un ámbito con la jerarquía necesaria para abordar integralmente estas políticas y coordinar acciones con los diferentes espacios implicados. Además, se sostiene que “es necesario reconocer y corregir la precariedad presupuestal con la que funcionan los espacios responsables de las políticas de género”.
El centro de estudios también señala la pertinencia de que la Udelar genere un “plan de igualdad de género” que también contribuya a “coordinar, articular y profundizar las políticas y acciones impulsadas a nivel central y en cada uno de los servicios universitarios”.
Pensar acciones para combatir “competencia desigual” entre varones y mujeres en la Udelar
Otra de las áreas que se abordan es la de las trayectorias académicas en la institución. Al respecto, se sostiene que si bien “el sistema meritocrático” en el que se basa la Udelar aspira a ser “un elemento igualador de toda diferencia”, su sistema de evaluación es “ciego a la diversidad” y termina generando “una competencia desigual”, lo que afecta en particular a “las mujeres y otras identidades feminizadas”. En ese sentido, se reclama “revisar las reglas de juego” para “garantizar iguales oportunidades para la obtención de méritos”.
El documento señala que para ello no es suficiente con detener o extender procesos de evaluación o permanencia en cargos ante licencias por maternidad o paternidad, ya que deben ser acompañadas de otras políticas de género para que repercutan en la eliminación de las desigualdades. Al respecto, se recuerda que en la Udelar las mujeres son mayoría entre los grados 1, 2 y 3, pero pasan a ser minoría entre los docentes grados 4 y 5, y se afirma que algo parecido ocurre en el Sistema Nacional de Investigadores: allí las mujeres son mayoría en el nivel de iniciación, pero son sólo 20% en el nivel 3, que es el más alto del sistema.
En un sentido similar, se señalan las diferencias de género existentes a nivel de publicaciones académicas: “Los hombres publican en revistas indexadas en promedio casi el doble que las mujeres, brecha que se amplía cuando las docentes son madres; en cambio, no pasa lo mismo en el caso de los docentes padres, quienes, al contrario, aumentan su cantidad de publicaciones”. Según se añade, además de con la histórica sobrecarga de tareas de cuidados que recaen en mujeres, eso tiene que ver con que las mujeres ocupan cargos “con menor acceso a recursos”.
El Ceifem propone la revisión de los procesos de llamados, concursos y mecanismos de evaluación docente, de forma que estas diferencias puedan ser contempladas. Según agregan, algunos servicios, como la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración, ya incorporaron “criterios para la consideración de licencia maternal al fijar las pruebas en concursos de méritos y pruebas”.
Otra de las áreas abordadas es la del fomento a la corresponsabilidad de cuidados entre varones y mujeres y, para ello, proponen que quien sea electo rector se comprometa a revisar la ordenanza de licencias de la institución, en el marco de una política de cuidados enmarcada en el ya mencionado plan de igualdad. De igual manera, se propone que los distintos espacios de cuidados que existen en servicios de la Udelar tengan como prioridad la accesibilidad, tanto en los espacios físicos donde ocurren como a nivel de las propuestas y su comunicación a los universitarios.
El Ceifem señala la necesidad de que todos los servicios de la Udelar tengan referentes en el combate a la violencia, el acoso y la discriminación
El documento también hace propuestas en materia del combate a la violencia, el acoso y la discriminación, área en la que se desarrollan acciones desde hace más de una década, según sostiene. Al respecto, se plantea que lo hecho hasta el momento debe ser acompañado por “procesos más profundos que cuestionen el orden de género imperante”. “Esto implica identificar las condiciones que perpetúan relaciones asimétricas de dominación, las cuales evidencian la existencia de un sistema patriarcal”, se afirma.
En concreto, se habla de “la priorización y financiación de un plan de sensibilización” que, de hecho, actualmente se está realizando sin recursos, con el objetivo de que quienes ocupan cargos en el cogobierno “tengan capacitación y formación continua” en esta temática. También se señala que actualmente varios servicios de la Udelar siguen sin contar con referentes ni equipos técnicos especializados en violencia, acoso y discriminación, ni tampoco criterios comunes para el nombramiento de personas en dichas responsabilidades.
En tanto, se señala que quienes actúen desde esos roles en el marco de la Ordenanza de Actuación ante Situaciones de Violencia, Acoso y Discriminación “sean especialistas en violencias de género e interseccionales, acoso sexual y laboral, y/o derechos humanos”. Otra de las propuestas es la generación de mecanismos de monitoreo y evaluación de estas políticas, ya que actualmente la Udelar no tiene un sistema de información y gestión unificado para estas temáticas.
Finalmente, en otra de las áreas abordadas en el documento, el Ceifem indica la necesidad de “reconocer la diversidad existente dentro de las poblaciones que integran la universidad y poder pensar medidas flexibles para promover su efectiva inclusión”. Además de pensar acciones para garantizar que ninguna persona sea excluida o violentada a partir de su identidad de género, el documento habla de la necesidad de “articular puntos de contacto entre las políticas de género” y otras. Entre ellas, se mencionan las “políticas antirracistas y de integración de colectivos migrantes, personas mayores y personas en situación de discapacidad y de privación de libertad, y también las políticas ambientales y de gestión sustentable”.