¿Qué es el “pescado congelado”? Fue una de las preguntas que, con suspicacia, se hicieron muchas personas, entre ellas algunos actores del sistema político. Es que, entre los espionajes, el tráfico de influencias y la falsificación de documentos, el enigma del pescado congelado llamó la atención de la opinión pública, luego de que una de las filtraciones de los chats que conforman la carpeta judicial del caso del excustodio presidencial, Alejandro Astesiano, tocara el tema.

Como si fuera una historia guionada, la información llegó “por el costado”. La interacción entre Astesiano y un funcionario de la embajada de Emiratos Árabes Unidos (EAU) a fines de agosto, fue para coordinar una reunión entre el presidente de la República, Luis Lacalle Pou, y el titular del Consejo Federal Nacional de Emiratos Árabes, Saqr Ghobash, tercero en la escala jerárquica del poder emiratí, el 15 de setiembre.

“El mes que viene, la tercera persona más importante del gobierno de Emiratos va a visitar Uruguay”, escribió entonces el funcionario de la embajada, y señaló que al jerarca le gustaría “tener el honor de tener una reunión con el Sr. Presidente”. “¿Nos puede ayudar en hacer llegar esta solicitud?”, consultó el funcionario. “Claro que sí. Lo hablo y le comunico”, respondió Astesiano. La reunión se terminó coordinando un par de semanas después y se llevó a cabo en Torre Ejecutiva.

El pescado

En febrero, cuando empezó la comunicación entre ambos, el funcionario emiratí le preguntó a Astesiano si el “pescado congelado” había llegado a Montevideo proveniente desde Dubái.

“Cuando estábamos en Dubái nos pidieron dirección y a nombre de quién. El presidente dio su dirección y puso mi nombre”, contestó Astesiano, pero aclaró que “nunca nos dijeron que debíamos retirarlo en el aeropuerto”. “Siempre en Dubái dijeron que el paquete llegaba a la casa del señor presidente”, y luego de preguntar si “está frío”, escribió que enviarían a alguien a “retirarlo al Aeropuerto”.

Tras unas llamadas, Astesiano le reenvió al funcionario un mensaje desde la embajada de EAU en San Pablo, en el que se aclaraba que “el pescado viene de los Emiratos en este momento” y llegaría esa tarde al aeropuerto paulista. “Estamos trabajando para poder liberar esta carga lo antes posible para despachar esta carga en el vuelo Gol G37630 mañana”, añadió. Unos días después, el 7 de marzo, Astesiano le confirma a su interlocutor árabe que la carga llegó a destino.

La información fue publicada por la diaria el 22 de noviembre. Días después, el 30, el presidente fue consultado al respecto durante una rueda de prensa, en la que confirmó que fueron 454 kilos de pescado congelado. Al ser consultado sobre cuál era el destino de ese producto, respondió: “para comer”.

El pedido de informe y las donaciones

Al interés de la opinión pública por el pescado, se sumaron los legisladores de la oposición. Desde el Frente Amplio (FA), el 3 de diciembre el diputado Gustavo Olmos, realizó un pedido de informes al Ministerio de Relaciones Exteriores vinculado al tema.

Tres días después, El Observador informó que una parte de ese pescado había sido donada a la Coordinadora de Ollas y Merenderos Paso Carrasco, el 21 de octubre, siete meses después de su arribo al país, a través del Abasto Santa Clara, según una publicación de Facebook de esa organización.

“Nosotros pedimos todos los meses ayuda al Abasto para cambiar la comida cada tanto, en octubre cuando llamamos nos ofrecieron pescado que había congelado y que estaba para donar, por supuesto no todo era para nuestra coordinadora”; todo se dio un mes después de que Astesiano fuera procesado.

En tanto, el director del frigorífico Santa Clara, dijo a Montevideo Portal que el pescado había sido almacenado ahí, a pedido del secretario de Presidencia, Álvaro Delgado. “Enseguida vinieron a buscar dos cajas (40 kilos). Después pasaron meses y no vinieron a buscar nunca más una caja. Un día me encuentro a Álvaro [Delgado] en un evento y le pregunto qué van a hacer con el pescado, que tiene una vida útil de un año congelado, e iban cuatro o cinco meses”, contó en su momento.

Ante la consulta, Delgado le transmitió al director del frigorífico un pedido de Lacalle para donar el pescado, y su hija fue quien gestionó la donación a la coordinadora de ollas, en lo que el senador del FA, Alejandro Sánchez, calificó como “una donación de pescado muy extraña”.

Sánchez entendió que “lo más extraño” es que “el Poder Ejecutivo no le comunicó a ningún uruguayo que tenía media tonelada de pescado desde marzo y se acordó de donar a una olla popular en octubre”, luego de que los chats tomaran estado público.

El revuelo provocó que, finalmente, la vicepresidenta de la República, Beatriz Argimón, solicitara “toda la información” sobre la donación y se las trasladó a los coordinadores de bancada de la coalición.