El Parlamento polaco empezó a debatir este miércoles dos proyectos de ley que, de ser aprobados, limitarían el acceso al aborto y penalizarían la educación sexual en los centros educativos. Las propuestas fueron presentadas hace un tiempo por organizaciones civiles “pro vida” y contrarias a los derechos de la población LGBTI, pero quedaron bloqueadas por el rechazo que generaron en distintos sectores de la sociedad. Ahora volvieron a estar en el tapete porque el nuevo Parlamento, formado tras las elecciones de octubre de 2019, está obligado por ley a examinar las “iniciativas ciudadanas” pendientes en un plazo de seis meses a partir de su formación, es decir, antes de mayo.

Hoy en día, Polonia sólo permite el aborto si el embarazo es producto de violación o incesto, si la vida de la madre está en peligro o si el feto padece malformaciones o una enfermedad irreversible. El proyecto que debaten en estas horas, que fue presentado en marzo de 2018 por la organización Stop Aborto, plantea eliminar la tercera causal. Esto, en los hechos, implicaría casi una prohibición total de la práctica, ya que –según los datos del Ministerio de Salud– más de 95% de los abortos legales en Polonia se realiza por anomalías fetales graves.

El segundo proyecto de ley contempla castigar con hasta cinco años de cárcel a quienes “promuevan la actividad sexual entre los menores de 18 años”, lo cual en la práctica se traduce en la prohibición de impartir educación sexual en las escuelas y colegios. El texto entró en el Parlamento en octubre por iniciativa de una asociación anti LGBTI y, al igual que el proyecto para restringir el derecho al aborto, desató numerosas protestas en las calles.

Esta vez el escenario es distinto por las medidas sanitarias impuestas en Polonia debido a la emergencia por el coronavirus. Sin embargo, grupos y activistas convocaron el martes a manifestar el rechazo a las dos iniciativas en autos y bicicletas, para evitar aglomeraciones de personas y contagios. La otra pata fuerte de la protesta tuvo lugar por medio de las redes sociales. Además de repudiar los proyectos de ley, quienes se movilizaron cuestionaron el momento elegido por el gobierno –en manos del partido ultraconservador Ley y Justicia– para debatirlos, cuando la gente está obligada a quedarse en casa y no puede salir a protestar.

“Sé que son [proyectos] controversiales”, justificó la presidenta del Parlamento, Elzbieta Witek, “pero en un Estado democrático, y Polonia lo es, los proyectos de los ciudadanos deben ser sometidos a los procedimientos del Parlamento polaco, porque esa es la ley”. La votación está prevista para este jueves.

Las dos propuestas fueron criticadas por integrantes del Parlamento Europeo en un comunicado firmado por cerca de 90 representantes. “Hoy, eurodiputados de todo el espectro político han escrito a los parlamentarios polacos instándoles a no restringir aún más el acceso al aborto y la educación sexual”, anunció el martes la eurodiputada alemana del partido Los Verdes Terry Reintke, al divulgar el documento en Twitter. Entre otras cosas, la carta asegura que la ley sobre aborto “violaría la obligación de garantizar la protección de los derechos humanos” y supondría “una negación casi total del acceso al aborto”. La iniciativa sobre educación sexual, por otra parte, “criminalizaría a los docentes” y “fomentaría el estigma, los estereotipos dañinos y la homofobia”, aseguran las eurodiputadas y los eurodiputados.

Organismos internacionales de defensa de los derechos humanos también transmitieron su rechazo tanto a las iniciativas como al momento elegido para discutirlas. Es el caso de Hillary Margolis, investigadora principal de derechos de las mujeres en la organización Human Rights Watch, quien advirtió en un comunicado de que “el caos y la ansiedad que rodean a la covid-19” no deben usarse como distracción para “impulsar una legislación peligrosa”.

En la misma línea, la directora de Amnistía Internacional Polonia, Draginja Nadazdin, dijo que “intentar aprobar estas leyes absolutamente retrógradas sería vergonzoso en cualquier momento, pero apresurarse a hacerlo ahora, aprovechando la crisis de covid-19, es intolerable”. Consideró además que las nuevas leyes “fomentarían el miedo y la ignorancia y restringirían aún más el acceso de las mujeres al aborto en un país cuya legislación sobre él es una de las más restrictivas de Europa”. Nadazdin agregó: “No sólo pondrían en peligro la salud y la vida de las mujeres y las niñas, sino que también –mediante la prohibición de la educación sexual– obstaculizarían el acceso de las personas jóvenes a la información que necesitan para mantener relaciones sexuales sanas”.