“Nunca más tendrán la comodidad de nuestro silencio”, escriben adolescentes, jóvenes y mujeres estos días en las redes sociales. Lo repiten, lo likean, lo retuitean. Algunas escriben la frase en placas que se viralizan. Otras la muestran estampada en remeras. Pero no es un simple lema que se reproduce como mantra. Es un llamado a no callar más ante la violencia que sistemáticamente vivimos las mujeres desde que somos niñas y que muchas veces no verbalizamos o denunciamos.
Hay varias explicaciones en torno a ese silencio. Dentro del amplio espectro de violencias machistas, el acoso y el abuso sexual aparecen quizás como las situaciones de las que más cuesta hablar. Por un lado, porque en esta cultura siempre es más difícil para las mujeres exponer hechos que tienen que ver con la intimidad. Por el otro, porque en algunos casos se trata de prácticas que están tan naturalizadas que muchas veces ni siquiera las reconocemos como acoso, abuso o alguna otra forma de violencia de género.
En las últimas semanas surgieron distintas iniciativas espontáneas en las redes sociales para romper el silencio y visibilizar, desnaturalizar y denunciar situaciones de acoso y abuso sexual en distintos ámbitos. La primera campaña que generó repercusión fue la impulsada el 10 de agosto por el colectivo Mujeres Medicina, que invitó a estudiantes y egresadas de la Facultad de Medicina (Fmed) de la Universidad de la República a compartir experiencias de acoso sexual, misoginia y discriminación en el ámbito de la medicina con el hashtag #MeLoDijeronEnLaFmed. La respuesta fue masiva y logró, entre otras cosas, que las comisiones de género de la Fmed y del Sindicato Médico del Uruguay se pusieran a disposición para generar protocolos de actuación frente a estos casos.
La iniciativa de Mujeres Medicina impulsó a que adolescentes y mujeres denunciaran públicamente situaciones similares que vivieron en otros ámbitos educativos. Así nació unos días después #MeLoDijeronEnLaFder, el hashtag con el que estudiantes y egresadas de la Facultad de Derecho publicaron sus experiencias de discriminación, menosprecio y humillación en ese contexto. En los últimos días, el mismo mecanismo fue promovido por el colectivo feminista Hermanas Luisi, que primero en Instagram y después en Twitter abrió la posibilidad para que mujeres compartieran situaciones de acoso o violencia que vivieron en el liceo. Surgieron así decenas de testimonios de comentarios, actitudes y prácticas machistas en ese ámbito por parte de docentes y funcionarios, publicados con el hashtag #MeLoDijeronEnElLiceo.
En todos los casos, algo que quedó en evidencia es que las mujeres están habilitando espacios colectivos para poner sobre la mesa todas aquellas prácticas, actitudes y violencias que sufrieron históricamente por ser mujeres y que ya no están dispuestas a soportar. Y encontraron en las redes sociales un mecanismo masivo para hacer las denuncias públicas, mover las estructuras y buscar una condena social que pueda generar cambios.
“Lo importante de que esto sea en las redes es que desnaturaliza las conductas y llega a más gente, lo cual por un lado impacta y por el otro hace que aquella chica a la que le pasó y no se dio cuenta de que estaba siendo acosada o abusada pueda tomar conciencia de lo que vivió; decir ‘mirá, a mí me pasó lo mismo”, explicó Josefina Melgar, integrante de la Red de Psicólogas Feministas del Uruguay, a la diaria. “Creo que la movida se dio porque las gurisas se fueron sintiendo más protegidas entre ellas y contenidas. Se fueron encontrando, acompañando”, agregó. “Eso pasa cuando las mujeres empezamos a hablar entre nosotras”.
Cuando se apagan las bombitas amarillas
La ola de denuncias en el ámbito de la educación dio pie para que mujeres que habitan otros espacios también se organizaran en las redes sociales. La creación de una página de Instagram para denunciar y visibilizar casos de violencia de género en el ámbito del Carnaval es uno de los ejemplos y el que generó mayor impacto hasta el momento. “Todas conocemos a varones violentos del mundo del Carnaval. ¿Querés compartir tu experiencia? Total anonimato y cuidado”, decía una de las primeras publicaciones de la cuenta que hasta ayer, en apenas seis días, reunía 253 testimonios y era seguida por más de 58.000 personas.
La dimensión que tomó lo que se publicó en esa cuenta tiene que ver, en parte, con que varias de las experiencias que se describen constituyen delitos graves de violencia sexual, incluidas violaciones. En muchos casos, las víctimas aseguran en los relatos que eran menores de edad cuando ocurrieron los hechos. Otra explicación de la magnitud que tomó #VaronesCarnaval tiene que ver con que muchas de las mujeres señalaron con nombre y apellido a los supuestos responsables. Muchos de ellos son figuras públicas y reconocidas en el ambiente.
El fiscal de Corte, Jorge Díaz, decidió intervenir de oficio ante la gravedad de algunas denuncias y el lunes presentó las capturas de las publicaciones de la cuenta de Instagram a la Fiscalía Penal de Montevideo de Delitos Sexuales, Violencia Doméstica y Violencia Basada en Género de 4º Turno, a cargo de la fiscal Sylvia Lovesio. A las pocas horas, la Fiscalía habilitó una línea telefónica para realizar denuncias o aportar información en el marco de esta investigación. El servicio funciona las 24 horas del día y es atendido por el equipo técnico de la Unidad de Víctimas y Testigos de la Fiscalía, según comunicó Lovesio.
El número está abierto para las personas que, además de haber hecho la denuncia pública en las redes, “quieran hacer denuncias que lleguen a la Justicia con las garantías que eso requiere”, dijo la directora de la Unidad de Víctimas y Testigos, Mariela Solari, a la diaria. Confirmó, además, que ya han llegado denuncias judiciales vinculadas al Carnaval que están siendo analizadas por la fiscal Lovesio.
“Es imposible para los varones ponerse en la situación de una mujer, porque nunca han sentido la inseguridad y la vulnerabilidad física que nosotras sentimos constantemente [...] Pero nos tienen que escuchar”. Josefina Melgar (Red de Psicólogas Feministas)
Algunas de las denuncias realizadas describen delitos cometidos hace varios años. ¿Cómo saber si aún tienen viabilidad penal? “Por eso es que está el número de teléfono, para que también se puedan asesorar con todas las reservas que tiene el caso”, respondió Solari. En esos casos, dijo, las víctimas pueden pedir una entrevista con el equipo fiscal.
La abogada Ivana Manzolido, integrante de la Red de Abogadas Feministas del Uruguay, dijo a la diaria que “siempre pasa con los delitos de género en general, pero, sobre todo, con los delitos de violencia sexual”, que las víctimas no se animan a denunciar porque creen que no pueden aportar pruebas. Sin embargo, y si bien “cada situación es bien diferente”, la Fiscalía cuenta con distintas herramientas. “En algunas situaciones [denunciadas por #VaronesCarnaval] vi que hay testigos, y en otras va a haber una prueba de contexto, que es esa que se hace cuando no se puede probar fehacientemente la situación pero por el contexto, las palabras, el lugar en que se dio, las personas que estaban y lo que declararon se puede dar cuenta de que ese delito sucedió”. A esto se suman “las pericias que se hagan desde Fiscalía, y quizás muchas víctimas tienen un acompañamiento psicológico de larga data que puede dar cuenta de estas situaciones, ya sea por algún tipo de conducta o alguna consecuencia que haya tenido en la salud mental de esa mujer”.
La abogada dijo que le parece “fenomenal” que las mujeres utilicen las redes sociales para “poner en conocimiento a la opinión pública de que existen determinadas manifestaciones de violencia hacia las mujeres”, pero que en los casos en que se configuró delito lo recomendable es presentar antes la denuncia judicial, como una manera de protegerse frente a posibles amenazas o demandas por difamación e injurias. “Hay situaciones que son muy complejas y está bueno denunciar a la autoridad competente para que investigue o que de alguna manera tome medidas de protección ante posibles factores de riesgo”, aseguró Manzolido.
De hecho, el Departamento de Delitos Informáticos de la Policía había recibido hasta ayer ocho denuncias por difamación de hombres involucrados en las publicaciones de #VaronesCarnaval, según informó el abogado de la Asociación de Directores del Carnaval de las Promesas, Eduardo Outerelo, a El Observador.
¿Qué pasa cuando se presentan denuncias por difamación? Manzolido explicó que depende de cada situación, pero que, en general, la denuncia por difamación se paraliza hasta que se resuelva el caso en el otro ámbito, en este caso en la Fiscalía de Delitos Sexuales. “En este caso va a ser así porque ya hay una investigación de oficio, entonces si alguien presenta una denuncia por difamación e injurias va a estar sujeta a lo que se resuelva en la otra, porque si se demuestra que lo que vos estás diciendo que es una difamación, en realidad, es verdad, entonces no estás siendo difamado”, señaló la abogada.
Manzolido recordó que los denunciados tienen derecho “a un debido proceso, a responder, a defenderse, a contratar al abogado o la defensa que consideren”; “los mismos derechos que cualquier otra persona que habita en nuestro país”. Detalló, de todas formas, que sus derechos “no pueden sobrepasar los de las víctimas”. Por ejemplo, si la mujer pidió reserva de la identidad como medida de protección, ellos no podrían exigir que se les informe quién los denunció.
La Red de Abogadas Feministas ha estado en contacto con distintos colectivos que han denunciado acoso y abuso en redes sociales. En el caso particular de #VaronesCarnaval, Manzolido dijo que aún no se han contactado directamente con las mujeres en situación de violencia, aunque han sido consultadas por organizaciones “intermediarias” como la Intersocial Feminista o Cotidiano Mujer. De todas formas, está previsto que en los próximos días las abogadas se reúnan “con las diferentes personas que quieran tener un asesoramiento para decidir si quieren judicializar su caso”.
En ese sentido, Manzolido puntualizó que la Fiscalía investigará de oficio porque en base al nuevo Código del Proceso Penal tiene la obligación de actuar cada vez que entra en conocimiento de un hecho “con apariencia delictiva”, pero que también debe respetar a las víctimas que decidan no declarar para no exponerse. De todas formas, dijo, la Fiscalía brinda “muchas garantías” para las mujeres que denuncian violencia de género. Nombró algunas como, por ejemplo, la protección de la confidencialidad, la posibilidad de ir acompañada por una persona de confianza y la grabación de la declaración como prueba anticipada “para no revictimizar a la víctima y que no tenga que ir varias veces a declarar”. Al mismo tiempo, dependiendo de la situación, se puede solicitar a la Fiscalía “que disponga medidas de protección como prohibir el acercamiento y la comunicación con el denunciado, la reserva del domicilio y la reserva de la identidad”. “Siempre es complejo, pero hay garantías para respetar los derechos de las mujeres”, aseguró.
“Los procesos de estas mujeres que denuncian son de mucho dolor porque vuelve a pasar por el cuerpo la vivencia, que deja muchas cicatrices: baja autoestima, miedo al vínculo, depresión, ansiedad, entre otras cosas”, explicó Melgar, por su parte. “Son procesos muy difíciles de sostener si no estás acompañada”, agregó la psicóloga, y aclaró que esa compañía no refiere sólo a su entorno cercano, sino a “todo el sistema judicial”.
“Siempre pasa con los delitos de género en general, pero, sobre todo, con los delitos de violencia sexual”, que las víctimas no se animan a denunciar porque creen que no pueden aportar pruebas. Sin embargo, y si bien “cada situación es bien diferente”, la Fiscalía cuenta con distintas herramientas. Ivana Manzolido (Red de Abogadas Feministas).
Acerca de la estrategia de denunciar públicamente las distintas formas de violencia machista en las redes, Melgar opinó que “es un arma muy poderosa” porque permite “deconstruir tu historia y armar los pedazos”. La psicóloga explicó en ese sentido que un mecanismo que utiliza la mente para poder sobrevivir es la represión de las vivencias dolorosas, “entonces poder hacerles frente y expresarlas en un espacio en el que estás teniendo un sostén es apropiarte de tu propia historia. Decir ‘a mí me pasó esto’ es muy doloroso, pero es verdad que muchas veces libera”. “Socialmente”, dijo Melgar, articular estos mecanismos “es lo que está funcionando, porque estamos generando redes entre las mujeres que son las que nos están sosteniendo la vida”.
Toca hacerse cargo
En los últimos días, algunos de los denunciados en la cuenta de Instagram de #VaronesCarnaval publicaron comunicados para pedir disculpas y dar su versión de los hechos. En todos los casos, los varones reconocieron haber tenido actitudes machistas a lo largo de su vida, aunque no asumieron responsabilidad explícita de los hechos denunciados.
Uno de ellos pidió disculpas “si alguna mujer se sintió ofendida o violentada” por él. “Decir ‘si te sentiste ofendida’ es como decir ‘es tema tuyo’ y es seguir poniéndole la responsabilidad a la mujer. Es distinto decir, por ejemplo, ‘si yo con mi acción te hice algo’... Ahí hay un abismo entre una cosa y la otra, porque tiene que ver con hacerse cargo”, consideró Melgar.
Pero ¿qué implica hacerse cargo? “Es dar la cara e ir hasta las últimas consecuencias. Es decir ‘sí, yo te hice esto’”, respondió la psicóloga. “Reconocer la situación es lo mejor para no dejar a la otra persona en el lugar de que está loca, de que está inventando o de que fue su culpa. Sacar a la persona de ese lugar sería muy reparador”, dijo Melgar. A su entender, ni siquiera es necesario pedir disculpas, sino poder decir: “Yo hice esto, la situación fue así y yo ejercí cierto abuso de poder sobre vos”.
“El patriarcado, el machismo y la forma de organización que tenemos nos atraviesa a todas las personas, y los varones ocupan lugares de poder de los que tienen que empezar a correrse para que podamos avanzar”, reflexionó la profesional.
“Es imposible para los varones ponerse en la situación de una mujer, porque nunca han sentido la inseguridad y la vulnerabilidad física que nosotras sentimos constantemente [...] Pero nos tienen que escuchar”. Josefina Melgar (Red de Psicólogas Feministas)
Melgar dijo que hoy en día muchos varones están en un proceso de revisión e identificación de conductas machistas que tuvieron en el pasado porque las tenían naturalizadas. “Eso puede pasar y me parece que es válido poder tener ese lugar hoy. Ahora, abusar en ningún momento es válido y no se arregla con una disculpa”, insistió.
“Es imposible para los varones ponerse en la situación de una mujer, porque nunca han sentido la inseguridad y la vulnerabilidad física que nosotras sentimos constantemente. Al caminar en la calle, al estar en un boliche, al ser tenida en cuenta solamente por tu sexualidad o por la ropa que te pusiste… No es algo que ellos han vivido, entonces les es muy difícil identificarse”, dijo Melgar. “Pero nos tienen que escuchar. Gritamos muchas veces para hacernos escuchar, pero quizás no era la forma. Esta, ahora, está siendo la forma de hacernos escuchar”.
Objetivo cumplido
Las responsables de gestionar #VaronesCarnaval en Instagram anunciaron a última hora de ayer que el objetivo por el cual fue creada la cuenta había sido “ampliamente cumplido” y que, de ahora en más, “toca a las instituciones a cargo del Carnaval y a la Justicia encausar las situaciones denunciadas para que a partir de 2021 podamos disfrutar de un Carnaval libre de violencia sexista”. Por eso, invitaron “a todas las que fueron víctimas de delitos sexuales” a comunicarse directamente con la Fiscalía encabezada por Sylvia Lovesio, a través de la línea telefónica habilitada en las últimas horas (091 507 531). Las mujeres agradecieron a quienes tuvieron la confianza para compartir los testimonios y aseguraron que también entienden a quienes prefieran no optar por la vía judicial. “Que este sea un puntapié para lo que sigue. Las abrazamos a la distancia”, concluyeron.
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