“Si bien Uruguay se ha caracterizado por ser pionero en el reconocimiento de los derechos de las mujeres a participar de la vida política del país, en los últimos años no se ha destacado por efectivizar esta participación en cargos de gobierno o en la legislación”. Así comienza la introducción de la encuesta “Actitudes hacia la participación de las mujeres en política y obstáculos percibidos”, que presentó la encuestadora Cifra el 6 de setiembre en el marco del ciclo Hacia una democracia paritaria en Uruguay, organizado por ONU Mujeres.

Desde 2016, Cifra realiza un seguimiento de la percepción de las uruguayas y los uruguayos sobre la presencia de mujeres en el ámbito político y las dificultades que enfrentan para ingresar a este. Siguiendo esa línea, entre el 28 de julio y el 4 de agosto de este año se llevó a cabo una encuesta sobre una muestra de 800 personas mayores de 18 años residentes en Uruguay. Los casos se seleccionaron de forma aleatoria empleando cuotas de sexo y edad para que la muestra fuera representativa de la población adulta uruguaya.

La primera parte del estudio aborda el acceso de las mujeres al trabajo y a la educación, y la responsabilidad en las tareas domésticas. El segundo apartado se refiere a la percepción sobre los derechos que tienen las mujeres y su capacidad de ejercerlos. Estos primeros capítulos dan el marco necesario para comprender de mejor manera la tercera parte del informe, y el principal motivo del estudio, que es la participación política de las mujeres en Uruguay.

La encuesta determinó que para tres de cada cuatro personas encuestadas es “más difícil para las mujeres que para los hombres participar en política”. No obstante, el informe destaca que esta percepción es menor que cuatro años atrás. En la encuesta de 2017, 76% de las personas encuestadas tenía esta posición; mientras que en 2021 el porcentaje descendió a 64%.

En contrapartida, en el mismo período, aumentó la idea de que la participación de varones y mujeres en política es “igual”, de 12% en 2017 a 23% en 2021. En ambas encuestas, 8% consideró que para las mujeres la participación en el escenario político es “más fácil”.

 

Barreras a la participación, según las mujeres

Las mujeres encuestadas identificaron varios obstáculos para una mayor participación en la política, que en el informe están presentados en siete grupos. Manifestaron como una de las principales barreras que “desde la antigüedad” la política es una actividad que realizan los varones “en todo el mundo”.

El segundo grupo de barreras que plantearon tiene el título “No se escucha a las mujeres y no se las valora”. En ese sentido, las encuestadas manifestaron que la sociedad “no valora la opinión de las mujeres” y sus planteos políticos son considerados “secundarios”.

Las mujeres consideraron como un obstáculo el hecho de que “el hombre tiene más poder y su voz predomina por su condición de ser hombre”, en muchos casos “sin importar lo que diga”, y que los cupos son “principalmente” para ellos. Asimismo, sostuvieron que la política “demanda mucho tiempo” que las mujeres no tienen por tener que hacerse cargo de “las obligaciones familiares”.

Las mujeres consideran que los varones las excluyen de la política “por decir la verdad”, porque el “varón es muy machista y lo que hace la mujer parece que nunca está bien” y porque “siempre abroquelan unos con otros contra las mujeres”. Sin embargo, la encuesta consigna que también existe una autoexclusión por un prejuicio que las mujeres mismas tienen para participar en política.

El último grupo de obstáculos según las mujeres aparece bajo el título “Son pocas”. Las mujeres ven la escasa participación femenina en la política como un obstáculo en sí mismo y aseguran que las que están “no pueden llegar a mucho”, aunque también reconocen que “no se cumple con la cantidad de mujeres que tiene que haber”.

Los obstáculos, según los varones

Los obstáculos que enfrentan las mujeres para ingresar en el ámbito político, según los varones, están agrupados en cinco grupos. El primero se denomina “Los hombres no las dejan” y los principales ítems que incluye son: “El hombre quiere sobreponerse a las mujeres”, existe una “lucha por cargos y los que tienen el mando son los hombres” y “la política está llena de gente que se tendría que retirar y no se retira. No hay espacio para jóvenes ni para mujeres”.

Los varones encuestados manifestaron como una barrera que la política es un “ambiente muy machista” donde “hay mucho acoso” y a “los hombres no les gusta que las mujeres participen”. También sostuvieron que “no se toma en cuenta a las mujeres” y son consideradas “más un objeto de burla”. Otros obstáculos mencionados fueron que “generalmente” se incluye a las mujeres en la política “sólo para ocupar el cupo femenino” y “la cuota para acceder a algunos cargos no se mantiene”.

Según los varones, se suma como impedimento que las mujeres “tienen otras tareas”. En este sentido, las barreras que identificaron fueron: que las mujeres “tienen que atender el hogar”, “cuestiones biológicas” y que tienen menos disponibilidad por estar a cargo de tareas domésticas y de cuidado.

A la vez, los varones consideraron que las mujeres no ingresan en la política porque no tienen las mismas cualidades que ellos: “El hombre mantiene más la palabra”, “el hombre es más mentiroso que la mujer”, “la mujer no es tan corrupta como el hombre” e “interesa escuchar más a un hombre que a una mujer”, dijeron.

El techo de cristal político

En Uruguay, la percepción pública es que “lo más difícil” para las mujeres es llegar a la presidencia (72%) y “lo menos difícil” es llegar a la vicepresidencia (42%). En diálogo con la diaria, la socióloga y directora de Cifra, Mariana Pomiés, subrayó que la subrepresentación de las mujeres en la política no tiene que ver con que las mujeres no participen o no quieran participar. Por el contrario, “las mujeres militan tanto o más que los hombres en los niveles más bajos [de los partidos políticos]”, manifestó.

La baja participación se debe a otros motivos. Así como se habla del fenómeno “techo de cristal” en el ámbito laboral, también existe esta barrera en la política: “Las mujeres se encuentran con un techo de cristal que les impide llegar a los cargos más visibles”, expresó Pomiés.

Una de las razones por las que las mujeres no logran crecer en política es porque están “en lugares que no son visibles” y así “la gente no las conoce, no generan adhesiones y no pueden generar sus propios sectores políticos y tampoco logran llevar votos, que es lo que importa a la hora de armar las listas”, dijo la directora de Cifra.

Principales motivos de exclusión son “sistémicos”

“Los principales motivos para la subrepresentación de mujeres en cargos políticos son sistémicos: la discriminación en el sistema político y la división desigual del trabajo doméstico”, indica el informe. De hecho, las mujeres manifestaron un mayor peso de las tareas del hogar a la hora de decidir dedicarse a la política. En cambio, los varones lo atribuyeron más a la discriminación en el sistema político.

El documento agrega que “el ‘mandato’ de que las mujeres son quienes deben ocuparse del cuidado y la atención del hogar está muy presente en muchos uruguayos, lo que los lleva a considerar estos obstáculos sólo para las mujeres y nunca se mencionan para los hombres que se dedican a la política”.

Para Pomiés, si bien continúa presente la idea de que “las mujeres no quieren participar en la política o que la vida familiar les demanda mucho tiempo”, eso está cambiando y las nuevas generaciones lo ven “como incoherente y a contrapelo de la realidad”. Entre las personas más jóvenes la “cultura imperante es la de las tareas compartidas en el hogar”, dijo la profesional.

 

La encuesta incluye otro tipo de barreras para la participación de las mujeres en la política que son “más difíciles” de superar porque son “culturales”. En ese sentido, a la pregunta “¿Cuál es la barrera más grande que enfrentan las mujeres cuando quieren dedicarse a hacer política?”, las y los encuestados respondieron: “Los uruguayos valoran poco el aporte de las mujeres” (39%), “falta solidaridad entre mujeres políticas” (20%), “falta de tiempo para la militancia” (18%) y “reciben menos financiamiento para la campaña” (15%).

Más mujeres en los poderes

Una amplia mayoría de las y los participantes de la encuesta consideró que sería positivo que en el próximo período de gobierno Uruguay tenga una presidenta (84% entre las mujeres y 82% entre los hombres).

Además, siete de cada diez de las personas encuestadas manifestaron que quieren que haya más mujeres en el gabinete de gobierno y en el Parlamento. Esta percepción viene en aumento: ascendió de 55% en 2018 a 70% en 2021 en el caso de las ministras y de 67% a 71% en la cantidad de legisladoras.

Actualmente, la representación de mujeres en las dos cámaras del Parlamento uruguayo no llega ni a un tercio, al alcanzar 24%. En tanto, sólo hay dos ministras mujeres, en un gabinete de 14.

Acciones afirmativas

El último tramo de la encuesta aborda medidas afirmativas a favor de la participación política de las mujeres, como las cuotas o la paridad de género. “La gran mayoría (71%) está de acuerdo con que la mitad de los miembros del Parlamento deberían ser mujeres; hay más apoyo de las mujeres (76%), las personas con menos educación formal (81%) y los votantes de la oposición (76%)”, establece el informe.

En relación a los datos obtenidos en 2017, se mantuvo el 71% a favor de la paridad en el Parlamento y descendió la cantidad de personas en desacuerdo con esta propuesta (27% en 2017 y 20% en 2021).

Más de la mitad de las personas encuestadas, 56%, no sabe que está vigente la Ley de Cuotas aprobada en 2009. Por su parte, 42% manifestó que estar al tanto de la vigencia de la ley. El desconocimiento de la norma es similar entre mujeres (57%) y varones (55%).

Ley de paridad

Entre las acciones posibles, la ley de paridad es la que tiene mayor adhesión y, si se detalla el contenido de la norma, genera incluso mayor adhesión, señaló la directora de Cifra. De todas formas, sostuvo que no es suficiente con aplicar una ley de este tipo, porque sólo aumentaría la cantidad de legisladoras, pero no de ministras.

“Es necesario un cambio del propio sistema político. Se debe aceptar que la mujer tiene las mismas capacidades políticas que el hombre y que debe estar en los lugares de decisión y comunicación de esas decisiones porque esa es la única manera de que la población las conozca”, expresó Pomiés.

75% de las personas manifestó estar de acuerdo con la aprobación de una ley de paridad; un porcentaje levemente mayor que en 2018 (72%). Las mujeres están más de acuerdo con la implementación de una acción de este tipo (77%), pero también lo está la amplia mayoría de los varones (73%).

Sin embargo, la enorme mayoría de las personas encuestadas no ha escuchado hablar de ninguno de los dos proyectos de ley de paridad que se presentaron en el Parlamento durante el primer trimestre de este año. De hecho, 85% manifestó no haber oído al respecto y sólo 7% respondió que está al tanto de alguna de las iniciativas.