En la madrugada del domingo 4 de diciembre, una trabajadora sexual fue agredida por un hombre de origen polaco dentro de uno de los alojamientos dispuestos por UPM para sus empleados. El hecho fue denunciado ante la comisaría de Paso de los Toros y la empresa finlandesa por Loreley Urbeltz, una taxista que acudió al lugar contactada por compañeras de la víctima. Según contó a la diaria Noelia di Paula, referente de la comisión de Género del Sunca, la víctima fue trasladada al Hospital de Clínicas, en donde continúa internada con tres fracturas expuestas en la pierna, a la espera de que baje la inflamación de las heridas para ser operada.
Luego de enterarse de lo sucedido, el Sunca coordinó una reunión con autoridades de UPM, quienes aseguraron desconocer los hechos hasta el momento en que Urbeltz los notificó. Di Paula dijo que es “bastante extraño” que no supieran nada, porque “hay una empresa de seguridad contratada que se tiene que encargar de que no entren personas ajenas” a las que viven allí. Esto fue confirmado por Martínez, quien explicó que los alojamientos cuentan con un código de convivencia, en el que se establece que sólo los residentes pueden ingresar al predio.
De acuerdo a Martínez, la empresa a la que pertenecía el trabajador fue sancionada y se le prohibió la entrada a todos los espacios vinculados a la obra, resolución que permanecerá vigente “mientras avance la investigación” de Fiscalía, a cargo de Mariana Rodríguez. Según expresó, “es necesario tener todos los elementos para decir si acá hubo o no un caso de lo que se acusa, y a partir de ahí, con toda la información, UPM resolverá qué es lo que hace con el trabajador en cuestión”. Aunque en la zona hay más de 110 cámaras de videovigilancia dispuestas por el Ministerio del Interior, Martínez no sabe si existe algún video que haya registrado parte de lo sucedido.
Por su parte, Urbeltz relató que los usuarios de la Policía que acudieron al lugar pasaron “una hora sin hacer nada” y se negaron a llamar a una ambulancia porque “tenían que pagar”. Al conversar sobre lo que pasó con compañeros que manejan taxímetros, supo que no es la primera vez que sucede algo así, y que “hay muchas mujeres más violentadas”, que no se animaron a denunciar, aseguró.
Organizaciones feministas y sindicales convocaron el miércoles pasado a una movilización contra la violencia de género y la explotación sexual en Paso de los Toros, a raíz de esta agresión.