La comisión de Derechos Humanos y Equidad de Género del Senado aprobó este lunes el proyecto de ley de paridad que la senadora Gloria Rodríguez, del Partido Nacional (PN), presentó en marzo de 2021 para lograr que la representación de mujeres y hombres en órganos electivos sea más igualitaria. La iniciativa fue tratada como “grave y urgente” a pedido de la vicepresidenta Beatriz Argimón, una de sus principales defensoras, y se aprobó con cuatro votos en seis. Además de Rodríguez, votaron a favor las senadoras Carmen Sanguinetti (Partido Colorado), Amanda Della Ventura y Silvia Nane (Frente Amplio). Los varones de la comisión –Jorge Gandini (PN) y Marcos Methol (Cabildo Abierto)– fueron los únicos que se opusieron.
Ahora el texto continuará su trayecto hacia el plenario de la cámara alta, donde el éxito o el fracaso dependerán de la interpretación que se haga de la Constitución respecto de si se necesita una mayoría simple o una mayoría especial de dos tercios. En caso de que se precise una mayoría simple, “ya se cuenta con los votos”, afirmó este lunes Rodríguez en una conferencia de prensa. En este escenario, se requieren por lo menos 16 manos levantadas, que hoy estarían aseguradas con los apoyos de Rodríguez, Sanguinetti, Argimón y la bancada del FA. El panorama sería más complejo si se requiriera una mayoría especial.
Rodríguez dijo que están a la espera de un informe que están elaborando dos constitucionalistas para “tener una posición más clara”, y recordó que el departamento de Jurídica del Parlamento ya se expidió en julio de 2023 respecto de que “no son necesarias las mayorías especiales”. “Nosotros obviamente vamos por la mayoría simple, pero esto va más allá de las mayorías; nosotros consideramos que tiene que salir con el apoyo de todos”, señaló la senadora, y adelantó que “en estos días” renovará conversaciones para “lograr que todos los compañeros” acompañen el proyecto.
En esa línea, apuntó que “el Parlamento no puede dejar pasar esta oportunidad de darle a Uruguay el lugar que históricamente ha ocupado en el avance en la igualdad de derechos”. A su vez, insistió con que “acá no se está vulnerando ningún artículo” de la Constitución, como esgrimieron algunos de los legisladores que se oponen a la iniciativa, como Guillermo Domenech (Cabildo Abierto), que durante el tratamiento del proyecto opinó que es “inconstitucional y absolutamente inconveniente”, porque “se desatiende el principio de igualdad que consagra la Constitución, que no admite otras diferencias que no sean las de los talentos y virtudes”.
“Igualdad es cuando los grupos tienen igualdad de condiciones. Hoy legislamos desigual para desiguales. Por eso, contamos con leyes de acciones afirmativas”, puntualizó Rodríguez.
Consultada por la diaria, la senadora nacionalista dijo que, más allá de lo que pase en el plenario, hay que celebrar que hoy “la paridad quedó instalada en Uruguay”. Aseguró que incluso “actores políticos que se oponían totalmente” han “modificado su posición” en estos tres años, y resaltó que algunos legisladores “reconocen que la paridad es necesaria” aunque no están de acuerdo con que sea por ley. “Hay un reconocimiento de que la paridad es necesaria. ¿Por qué no la votan? Eso cada uno lo sabrá y explicará el porqué”, afirmó Rodríguez, y dijo que, en todo caso, “hay argumentos que ya no son válidos”.
La paridad “hace a la democracia”
La conferencia de prensa también habilitó el espacio para representantes de delegaciones que se pronunciaron a favor de la ley de paridad en algunas instancias del debate en comisión. Una de ellas fue la directora del Instituto Nacional de las Mujeres, Mónica Bottero, que dijo que aprobar el proyecto “significa que las mujeres capaces, que sobran, tengan garantizada la misma oportunidad que los varones para hacer política”. “Esto no se trata de quién entra por capacidad o quién entra por cuota o por ley”, aclaró; “esto quiere decir que hay una ley que le abre la puerta a las oportunidades a un montón de mujeres capaces a las que hasta ahora, en casi 40 años de democracia, se ha demostrado que se les hace muchísimo más difícil entrar”.
La ley es necesaria, además, para que “la agenda de las mujeres sea priorizada”, agregó Bottero, y mencionó como temas de esa agenda los cuidados, la salud y la violencia de género. “No hay nadie como una mujer política con conciencia de que es necesario que esa agenda sea impulsada que una mujer que entró en el Parlamento. Ese es el motivo por el cual hemos apoyado este proyecto, y esperemos que sea aprobado por el plenario”, argumentó Bottero.
En el mismo sentido se expresaron la senadora frenteamplista Della Ventura, que dijo que apostar a que “haya más mujeres en los ámbitos donde se deciden las políticas públicas hace a la democracia”, y la colorada Sanguinetti, que afirmó que “si dejamos que el curso natural de las cosas avancen, esto nos va a llevar decenas de años, y no hay tiempo porque quienes estamos hoy acá estamos diseñando políticas públicas para un país en donde más de la mitad son mujeres”.
También ratificaron sus posturas a favor de una ley de paridad Jimena Fernández Bonelli, presidenta de la Institución Nacional de Derechos Humanos; la histórica militante del PN Graciela Guido, en nombre de la Red de Mujeres Políticas; y Néstor Eulacio, integrante de la organización Varones por la Igualdad.
El respaldo a esta iniciativa no proviene sólo de mujeres políticas y organizaciones sociales. Una encuesta de Equipos Consultores encargada por ONU Mujeres y presentada el mes pasado reveló que casi la mitad de las personas en edad de votar (47%) apoya la paridad, mientras que 64% considera que debería haber más mujeres legisladoras.
Al día de hoy, la representación de las mujeres en el Parlamento uruguayo llega a un magro 23%, cifra que ubica al país en el puesto 96 del ranking de la Unión Interparlamentaria, uno de los peores de la región. La situación ha llevado incluso a que varios organismos internacionales observen a Uruguay en esta materia; el Comité para la Eliminación de la Discriminación hacia la Mujer es el caso más reciente.