La población LGBTI+ sigue estando atravesada por distintas discriminaciones, exclusiones y violencias estructurales que requieren la acción concreta del Estado y que apelan, además, y quizás sobre todo, a una transformación cultural. El movimiento de la diversidad lucha desde hace años para generar esos cambios que, en Uruguay, se lograron en parte con la aprobación de leyes emblemáticas. Sin embargo, unos años después de la seguidilla de logros normativos, la sensación es que muchas de esas conquistas quedaron en el papel. Alrededor de este reclamo es que girará la Marcha por la Diversidad que este viernes tendrá lugar en el Centro de Montevideo y que estará liderada por la consigna “Hasta que los derechos sean hechos”.
La normativa que está más lejos de cumplirse a cabalidad es la Ley Integral para Personas Trans. Según los colectivos LGBTI+, a seis años de su aprobación, existe casi un incumplimiento total de las disposiciones relacionadas con la salud, la educación y el trabajo. Un dato concreto ilustra bien el panorama laboral: desde que empezó a reglamentarse la ley, en 2019, sólo 50 personas trans ingresaron a trabajar al Estado a través del cupo establecido.
Dentro de los reclamos sobre el acceso a la salud, surge la necesidad de descentralizar los servicios con profesionales formados en diversidad sexual, mayor accesibilidad a los tratamientos y las cirugías de reafirmación de género, y también promover la salud mental. Sobre esto último trabaja particularmente el colectivo Colonia Diversa, que en un intento para llenar el vacío estatal lleva adelante desde hace tres años un Servicio de Atención Psicológica dirigido a personas trans y a las demás identidades disidentes en el departamento.
Para Florencia Astori, flamante directora de la Secretaría de la Diversidad de la Intendencia de Montevideo, además de esas urgencias, es importante poner el foco en otras cuestiones a veces olvidadas, como el acceso de las disidencias a la cultura y al deporte. Como novedad de su gestión, prevé además la creación de un Centro de Referencia LGBTI+ antes de fin de año, según contó ella misma a la diaria.
Por otra parte, la marcha de este viernes se celebra cuando falta exactamente un mes para que se lleven a cabo las elecciones nacionales, y emerge así como un recordatorio de lo poco que abordó el tema durante la campaña. Pese a esto, los partidos políticos tienen en sus programas de gobierno propuestas que apuntan a mejorar las vidas de estas poblaciones, desde concepciones diferentes y en algunos casos contrapuestas, como contaron sus referentes en esta materia a la diaria.
Pero existen otras formas dar batalla, y por eso la diaria también indagó en cómo habitan la lucha quienes forman parte de la cultura drag y de la escena ballroom, dos fenómenos intrínsecamente vinculados a la comunidad LGBTI+, que cada año tiene más visibilidad, potencia y llegada en Uruguay.
El mes de setiembre llega a su fin, pero los desafíos de la comunidad LGBTI+ quedan instalados, en evidencia, clamando por que la sociedad los problematice y el sistema político los priorice, venga el gobierno que venga.