Si bien se manejan algunos nombres, el equipo del presidente electo, Yamandú Orsi, todavía no definió quién será la futura directora del Instituto Nacional de las Mujeres (Inmujeres), uno de los anuncios que podría conocerse a partir del 13 de enero. Hasta ese entonces, no hay una representante del próximo gobierno que sea referencia para profundizar sobre cuáles serán las primeras medidas que tomará la administración en materia de género.

A la espera de ese anuncio, la diaria conversó con la presidenta de la Comisión de Género y Feminismos del Frente Amplio (FA), Patricia González Viñoly, quien, basándose en lo que establece la propuesta programática del partido, mencionó algunos ejes primordiales, como el abordaje de la violencia contra las mujeres, el apuntalamiento del sistema de protección de las infancias y el fortalecimiento de las políticas de cuidados.

Además, González señaló la necesidad de jerarquizar el Inmujeres como organismo rector de las políticas de género, algo que el FA incluye en su programa pese a no haber aprobado en su congreso la creación de un Ministerio de las Mujeres. La referente abogó por un organismo que, sobre todo, “tenga una cierta autonomía presupuestal y política para poder establecer líneas” y “políticas de igualdad”.

Más allá de eso, consideró importante que se profundice en la “estrategia de la transversalidad de género” como una línea de trabajo que “en el feminismo del Estado históricamente ha tenido resultados importantes”. Eso implica que “en todos los ministerios haya personas responsables de los temas de género, que puedan pensar estrategias políticas para desarrollar transformaciones” en las diferentes áreas. “Eso, en términos de armar una estructura de transversalidad, es algo potente y que permite construir distintos polos de agenda en distintos lugares”, remarcó.

Violencia de género: revisar la legislación y repensar la atención

Las bases programáticas del FA establecen 11 “acciones prioritarias” para combatir la violencia de género. Para González, en ese listado de prioridades aparece como urgente “hacer una revisión legislativa” de lo que se aprobó, pero también de lo que es necesario aprobar en el futuro “con relación a la violencia de género, a la violencia hacia las infancias, a la violencia sexual, a las tenencias compartidas” (ver recuadro).

En esa línea, se refirió específicamente a la necesidad de “aprobar y votar leyes que prevengan el abuso sexual”. “Eso es un problema escandaloso que debería tener una cierta prioridad legislativa para empezar a discutir la prevención en la educación”, apuntó. La referente frenteamplista consideró que es un tema que el sistema político debería asumir como “central” y por “unanimidad”, “sobre todo después de lo que pasamos en estos años, que han sido en ese sentido muy duros, con investigaciones incluso a un senador de la República” (en referencia a Gustavo Penadés, imputado en 2023 por múltiples delitos sexuales contra adolescentes).

Por otra parte, aseguró que “hay que repensar la estructura de atención a las víctimas de violencia basada en género” y ponerse como “objetivo concreto” la “baja de femicidios”. “Deberíamos pensar la construcción de la política pública buscando el objetivo de la reducción de los asesinatos y de la violencia. ¿Eso qué quiere decir? En primer lugar, presupuesto para la ley integral de violencia basada en género, que implique a todos los poderes y que implique poder implementar efectivamente las estrategias de protección”, ahondó González.

En paralelo, dijo que “hay un trabajo muy importante que hacer con las masculinidades”, algo que también implica “trabajar con personas denunciadas y con personas sentenciadas”.

La otra arista fundamental para atender es la línea “de prevención y de transformación cultural”.

Consultada sobre si todo esto tendría que estar incluido en una eventual declaración de emergencia nacional –la primera medida prioritaria sobre el tema que aparece en el programa del FA–, la presidenta de la Comisión de Género y Feminismos aseveró que “le parece bien” si “mejora las posibilidades que tenemos para llevar adelante política pública” y no se queda en una acción “simbólica” sin institucionalidad, porque la clave es pensar en estrategias para, al menos, los “próximos diez años”.

Respecto de las infancias y adolescencias, en particular, González hizo hincapié en la necesidad de una “revisión institucional” del Instituto del Niño y Adolescente del Uruguay, que “va a requerir gente que sepa sobre el tema y que pueda proponer una institucionalidad justa, acorde, que resuelva los problemas y que proteja a las infancias”. Por otro lado, dijo que hace falta una “discusión pública sobre qué implica la violencia” para promover “la transformación cultural del cuidado de las infancias”.

Prioridades legislativas

La senadora frenteamplista Silvia Nane adelantó a la diaria algunos proyectos de ley sobre temas de género que ella y su equipo tienen previsto presentar en la próxima legislatura.

En esa línea, aseguró que volverá a impulsar el proyecto para la imprescriptibilidad de los delitos sexuales contra niñas, niños y adolescentes –una iniciativa que introdujo la senadora Amanda Della Ventura en 2020–, y el que propone aumentar la edad mínima del matrimonio. Este último fue promovido por la bancada del FA en 2023 y llegó a discutirse en la Comisión de Derechos Humanos y Equidad de Género integrada con la de Constitución y Legislación del Senado, sin registrar nuevos avances.

A su vez, Nane dijo que su equipo analiza “qué hacer” con la ley de tenencia compartida (el programa del FA detalla que la va a “revisar”) y cuáles son los impactos que está generando el agravante por microtráfico que introdujo la ley de urgente consideración.

Los cuidados: una “agenda central”

Uno de los capítulos del programa del FA afirma que hay que “recuperar la noción de Sistema Nacional de Cuidados como cuarto pilar de la protección social que reconoce el derecho de ser cuidado de las personas dependientes y la corresponsabilidad social y de género que propone la transformación de las pautas culturales que asigna a las mujeres las tareas de cuidados como trabajo no remunerado”.

Para González, se trata de una “agenda central” que ”tiene que estar dentro de las prioridades” del gobierno que asumirá el 1º de marzo, y señaló que la clave es “no volver a seguir haciendo lo que hacíamos, sino pensar en la nueva necesidad, el nuevo contexto y la nueva posibilidad después de todo lo que nos pasó”. En ese “todo lo que nos pasó” incluyó la pandemia y “el desmantelamiento de las instituciones del Estado” vinculadas a la temática.

Mencionó algunas acciones que pueden empezar a allanar el camino. Una de ellas abarca las “propuestas que tienen las viejas feministas, como las viviendas comunitarias”, iniciativas que habilitan un “marco de posibilidad para establecer algunas discusiones sobre el cuidado y sobre la forma de cuidar que son interesantes y que merecen un espacio”.

Otro grupo de medidas debería apuntar al “fortalecimiento de los sistemas”; a modo de ejemplo, nombró tres que podrían generar “mejoramientos masivos e importantes”: el “aumento de los CAIF”, el “aumento de las escuelas públicas” y la “mejora de los cuidados de la vejez, con otros mecanismos y otras formas que no sean los residenciales”.

La referente del FA dijo que es imposible abordar tanto el tema de los cuidados como el de las violencias (hacia las mujeres y las infancias) sin incluir el debate sobre el empleo y la pobreza, porque “si una no tiene para comer, si una no tiene trabajo, si una vive en un rancho, hace lo que puede, y eso también es violencia”.

Gabinete no paritario

Consultada sobre la conformación del gabinete ministerial de Orsi, González dijo que es “muy bueno, potente, tiene una combinación entre personas importantes de la política y personas que vienen desde el mundo de lo técnico, y tiene la debilidad de la paridad”. “Claramente no es un gabinete paritario ni tiende a serlo, ni está cerca de serlo”, apuntó la presidenta de la Comisión de Género y Feminismos del FA.

Agregó que le “consta que muchos compañeros hicieron esfuerzos” para llegar a la paridad y que le “preocupa que muchos otros no los hicieron”, por lo que hay “muchas conversaciones para llevar adelante dentro del FA”.

La referente consideró que “volvimos a la política” en que las mujeres sólo pueden “apostar a un tercio” de representación, una situación de la que, a su entender, “nunca nos movimos del todo”.