“Lumbre” es el nombre elegido para la nueva herramienta con la que cuenta desde este jueves la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) para atender a niñas, niños y adolescentes que vivieron violencia sexual. El dispositivo, que fue elaborado en el marco de un acuerdo de cooperación con Unicef, está pensado para trabajar especialmente con víctimas con las que es difícil realizar procesos diagnósticos y reparación del daño “por las vías tradicionales del lenguaje y el juego espontáneo”, explicó la institución en un comunicado.
Al mismo tiempo, aseguró que viene a dar respuesta a un tema en el que, “si bien se ha avanzado” en términos de “conceptualización” y del diseño de “protocolos institucionales para la actuación en distintos ámbitos”, todavía se encuentra con “grandes dificultades para realizar intervenciones oportunas, centradas en las especificidades del tema de la violencia sexual y de las consecuencias del trauma que generan en el psiquismo de quienes la sufren”.
El nuevo material surge “de algunas dificultades y debilidades que se dan en la atención clínica” de estas situaciones, puntualizó a la diaria la psicóloga y adjunta de la Dirección de Salud de Niñez y Adolescencia de ASSE, Magdalena Álvarez. Agregó que fue creado con base en aspectos conceptuales del psicotrauma y que, “para poder acceder a las memorias traumáticas, trabaja en distintas dimensiones”.
En esa línea, dijo que consta de cuatro componentes principales: uno visual, con “láminas que recrean distintos espacios”; otro cinético espacial, con “unos prismas neutros de madera con diferentes volúmenes que permiten trabajar lo vincular, la distribución en el espacio, las relaciones, las asimetrías”; un tercero sensorial, táctil, “a través de diferentes texturas que permiten trabajar el tema de las memorias”; y un último componente auditivo, que incluye una aplicación y un dispositivo que permite reproducir sonido.
Lumbre “permite combinar un componente con otro” y generar un “vaivén” en el que se trabaja “sobre lo que es la herida o el problema más complejo de la violencia, pero también sobre las fortalezas de los niños, niñas y adolescentes en clave de autoestima, es decir, lo que me hace mal, pero también lo que me hace bien”, lo que habilita a “poder ir reparando de alguna manera lo drástico que tiene que ver con la violencia”, señaló Álvarez.
La herramienta incluye una guía conceptual y una guía de aplicación, e implica a la vez instancias de capacitación para los equipos de salud y los profesionales que trabajen con infancias y adolescencias, que hoy “están ávidos de poder tener material de calidad, técnica y en lo que es su presentación, para poder trabajar estas cosas, que no necesariamente se tienen”. La referente dijo que “ahí hay algunas condiciones que tienen que ver con el espacio de aplicación, con el tiempo, y también con lo respetuoso de hasta dónde ir, hasta dónde no, en qué momento”.
ASSE distribuirá “más de 90 ejemplares” del material en todo el país, en un proceso que combinará “capacitación y monitoreo del trabajo”.
Reparar más y mejor
La profesional aseguró que Lumbre viene a contribuir con un “debe” que tiene Uruguay en materia de la reparación del daño de las infancias y adolescencias víctimas de violencia sexual. En ese sentido, recordó que existe el modelo de atención y de reparación del Sistema Integral de Protección a la Infancia y la Adolescencia contra la Violencia (Sipiav), que tiene tres equipos trabajando en este tema y que si bien “van generando experiencia”, también “es poco y muy lento”.
Para elaborar la herramienta, las autoridades de ASSE y los técnicos de Unicef trabajaron con “grupos focales de mujeres adultas víctimas de abuso sexual en la infancia”, con “equipos de profesionales que trabajan en esta temática”, y con uno de los tres equipos de reparación del daño.
Álvarez dijo que una de las cosas que surgió en el intercambio con profesionales de la salud, en particular, es que la herramienta que suelen utilizar es la entrevista, que “tiene sus límites cuando no hay lenguaje o cuando se trata de niños pequeños”. En cambio, Lumbre “permite mediar, entrar, fortalecer el vínculo y establecer este proceso”, afirmó.
El último informe de gestión del Sipiav, de 2023, reportó 8.157 situaciones de violencia hacia niñas, niños y adolescentes en ese año; de ese total, 24% correspondían a casos de violencia sexual.