Este viernes debutará Uruguay en el Mundial de Catar 2022. No sale a la cancha Luis Suárez, tampoco Edinson Cavani. No habrá polémicas sobre quién debió ser el entrenador ni análisis sobre cómo jugó el equipo, pero juega Uruguay. Así se vive un sorteo de la Copa del Mundo en nuestro país, y probablemente en muchos otros. El destino de la celeste en esta competencia empezará a conocerse una vez que del bombo 2 salga la bolilla del país con nombre de río. Ahí quedará ubicado el paisito en alguno de los ocho grupos, debajo de un cabeza de serie que habrá sido sorteado antes. Son pocas las certezas en la previa. La primera es que no serán rivales de la celeste ni Argentina ni Brasil (cabezas de serie), pero tampoco Ecuador, por provenir del mismo continente. La lista de rivales que no tendremos en la fase de grupos se estira: todos los países que comparten el mismo bolillero. Ellos son México, Países Bajos, Dinamarca, Alemania, Estados Unidos, Suiza y Croacia.
Los bombos fueron ordenados por el ranking FIFA. De los ocho primeros, el único que no está es Italia, eliminado por Macedonia del Norte en la clasificación europea. El que se cuela es Catar, por ser la selección anfitriona. Y ahí hay otra cosa que ya se sabe: los que vayan al grupo A jugarán contra los cataríes.
El sorteo tiene un sistema simple. Se sortean primero todas las bolillas del bombo 1 como cabezas de serie, luego las ocho del bombo dos se reparten entre los ocho grupos y así sucesivamente. La cosa se complejiza cuando al país sorteado le toca un rival del mismo continente en el grupo. Eso no puede suceder, por lo que se traslada a esa selección al siguiente grupo sin rivales de su misma confederación.
Entre las incertidumbres, habrá una que resalte. No están todos los países clasificados. Entonces habrá un cupo para UEFA, que ocupará el vencedor del partido entre Gales y el ganador de Ucrania - Escocia. Eso será en junio.
Los otros dos cupos son para repechajes continentales. Por un lado Perú enfrentará al vencedor de Emiratos Árabes Unidos y Australia, selecciones que deben enfrentarse entre sí el 7 de junio para completar la clasificatoria asiática. Por el otro lado aparecen Costa Rica y Nueva Zelanda. Las repescas se jugarán el 13 y 14 de junio en Doha, Catar.
Lo que esto provoca, es que las bolillas que sorteen en el cuarto bolillero a los equipos que provengan del repechaje, no podrán coincidir con los continentes de los que provienen. Es decir que el vencedor del repechaje Sudamérica vs Asia no podrá compartir grupo con países de esos dos continentes. Mientras que el ganador del repechaje Centroamérica vs Oceanía, tampoco podrá caer en un grupo donde haya otro país de Concacaf (de Oceanía no hay ningún otro).
Caldeado Catar
Hizo calor este jueves en la sesión del Congreso de la FIFA llevada adelante en Doha. Y no porque fallaran los aires acondicionados, sino porque la presidenta de la federación noruega hizo uso de la palabra para criticar fuertemente la decisión de llevar adelante el más importante de los torneos de selecciones en esta sede.
Lisa Klaveness, alzó su voz exigiendo a FIFA que sea ejemplo en asuntos de derechos humanos, tanto de los trabajadores como de mujeres y personas LGBT+. “Los trabajadores migrantes heridos o las familias de los que murieron en la preparación del Mundial deben ser tenidos en cuenta. [...] No hay lugar para los empleadores que no velan por la libertad y la seguridad de los trabajadores del Mundial. No hay lugar para los dirigentes que no acogen el fútbol femenino. No hay lugar para los anfitriones que no pueden garantizar legalmente la seguridad y el respeto a las personas LGBT+", enfatizó en su alocución.
Gianni Infantino, presidente de FIFA, contestó: “Por supuesto, no todo es perfecto, claro que esto no es el paraíso, pero ningún país es el paraíso. [...] El trabajo que en otros países ha llevado décadas, ha sido realizado aquí en unos años”.
Hassan al Thawadi, catarí, también respondió a la dirigente noruega y aseguró que el primer Mundial de la historia en el mundo árabe, “dejará como legado un profundo cambio social, humano, económico y medioambiental”. Resaltó que en 2020 se introdujo un salario mínimo de 1,3 dólares la hora y que ya en 2016 se había abolido la “kalafa”, una forma de tutela del empleador que ponía a los asalariados en situación de suma dependencia.
“Personalmente, creo que la única manera de provocar cambios positivos es mediante el contacto y el diálogo”, dijo Infantino para cerrar la discusión. El italo-suizo anunció además que se presentará a la reelección en el cargo en 2023. Lo hizo en la misma jornada en que tomó distancia de la idea de realizar el Mundial cada dos años. “Estudiamos si era factible, pero no propusimos nada”, dijo. Las modificaciones que sí figuran en su agenda son las de incrementar el número de selecciones en las copas del Mundo. El año que viene se realizará la primera del fútbol femenino con 32 equipos (antes 24), e Infantino sigue apuntando a que haya 48 equipos masculinos en 2026.