Comenzaba el segundo tiempo cuando Franco Fagúndez convirtió el gol que, a la postre, sería definitivo. Nacional se impuso 1-0 en cancha difícil y ante rival difícil, Liverpool, y como los negriazules son los segundos en la suma de puntos el tricolor aprovechó para estirar diferencias: Nacional tomó 6 puntos de distancia y eso es un montón.

Esto es fútbol

Dicen que el fútbol uruguayo es difícil. Pero qué difícil es ser Suárez en el difícil fútbol criollo. Su presencia nos subleva. Hasta el garrapiñero se ve sublevado por la presencia de Suárez, un “Baño del Papa” cada vez en las afueras de donde juega, el mejor jugador de todos los tiempos celestes. Las jugadas son para él, y hay en el semblante de quienes lo marcan, esos pliegues de lo histórico, lo que no olvidarán jamás. Quizás entonces sea aún más difícil el juego en los campos de la penillanura.

El partido fue parejo. Liverpool tiene con qué y lo ha demostrado. Jorge Bava se dio el lujo de cambiar de lado a Alan Medina para que sea parejo con el desgaste rival. La línea del fondo tricolor que se ha asentado con los partidos, se dirime entre la lucha con Thiago Vecino o las coberturas exactas tras los laterales cuando Ayrton Cougo vuelve a trepar. Cougo lastimó por su lado, tiene personalidad, jugó revanchitas propias. Alan Medina y Rodrigo Rivero hicieron de las suyas y desequilibraron. Cuando Fabricio Díaz se ganó una amarilla por protestar, fue Suárez quien lo calmó, lo retó, le enseñó. Hay que jugar más y hablar menos. A Fabricio Díaz, Suárez lo subleva.

Vinieron de Nuevo París, por Llupes o por Santa Lucía, vinieron de Tres Ombúes, otro barrio vecino. Los pibes del Cerro y los pibes de abajo que no son los mismos. Los del barrio Maracaná o los del Barrio Lavalleja, los de Verdisol también llegaron. El Oeste se prestó para la fiesta. La de ver al cuadro, la de ver a Suárez en la difícil tarea de defender los mismos colores que los alentaron a venir. Suárez los subleva. Subleva los barrios bolsos, y los otros. En Belvedere, y más allá de las discusiones con José Luis Palma por los precios de las entradas, jugó Luis Suárez y tuvo un par de hechos que demostraron la jerarquía. Son detalles apenas: la velocidad de un contramovimiento en el área, la devolución con el revés de una pared, la apertura de primera como un pivot. Todo es un parte histórico.

Sí será difícil el fútbol criollo que hasta a Suárez se le complica. Es algo único para los zagueros rivales. Incluso para los propios aunque la cotidianidad los subleva. Suárez subleva a propios y ajenos. Ni lo de Liverpool ni lo de Nacional fue descollante. Una serie de intentos frustrados por buenas defensas. Bava, aunque expulsado en el entretiempo por protestar al árbitro, mandó a Hernán Figueredo para renovar las ideas. Repetto tampoco perdió el tiempo y mandó a Brian Ocampo.

Fue Brian Ocampo el que encontró la llave por la punta. Un par de desbordes avisaron. El tercero fue a la olla, donde Fagúndez apareció casi en soledad. Los defensas se fueron todos con Suárez. Suárez sublevó a la defensa sin ser protagonista. Liverpool quedó grogui con el gol de Fagúndez en el segundo palo de las cosas. Y Nacional por poco convirtió el segundo pero “el palo habilita”, diría una vieja regla de un juego de barrio.

Es cierto que Suárez no jugó de sus mejores partidos, pero subleva los textos que escribimos para registrar su vuelta al pago. Liverpool contestó como pudo, inquietó, el partido tomó otro vuelo. La gente en las tribunas y en las casas alrededor, en los balcones y en las azoteas, dejó salir vocales cada vez que el nueve tocó la número cinco. Puso un pase para Cándido que definió como si supiera, pero la pelota se perdió contra la tribuna donde están “Los pibes de siempre”. Suárez se sublevó a sí mismo y tiró dos magias que dejaron de cara al resto, Ocampo se lo perdió frente a la salida de Britos en ambas ocasiones. Rochet se quedó con todos los intentos del negro de la Cuchilla de Belvedere que de contra también supo jugarlo. Buscó el empate hasta el final, pero Nacional se quedó con la victoria y le sacó seis puntos trascendentes en la tabla anual a su perseguidor.

Detalles

Estadio: Belvedere
Árbitros: Christian Ferreyra, Agustín Berisso, Alberto Píriz

Liverpool (0): Sebastián Britos; Gastón Martirena, Federico Pereira, Gonzalo Pérez, Ayrton Cougo; Fabricio Díaz (46´ Hernán Figueredo), Lucas Lemos, Santiago Romero; Alan Medina, Thiago Vecino (61´Gastón Rodríguez), Rodrigo Rivero (61´Nahuel Soria). Entrenador: Jorge Bava.

Nacional (1): Sergio Rochet; José Luis Rodríguez, Leonardo Coelho (53´ Mathías Laborda), Nicolás Marichal, Camilo Cándido; Yonatan Rodríguez, Diego Rodríguez, Alfonso Trezza (46´ Brian Ocampo), Alex Castro (46´ Leandro Lozano); Franco Fagundez (77´ Diego Zavala), Luis Suárez. Entrenador: Pablo Repetto.

Gol: 56´ Franco Fagúndez (N).