A tres días de terminar octubre, el ministro del Interior, Luis Alberto Heber, y el jefe de Policía de Montevideo, Mario D'Elia, informaron en conferencia de prensa sobre una supuesta baja de homicidios en el mes. En esos tres días que faltaban fueron matadas nueve personas, lo que derivó en varios cuestionamientos al titular de la cartera, por el manejo de cifras y porque en esa conferencia aportó datos erróneos que luego aclaró en redes sociales.

Algunas exautoridades del Ministerio del Interior, como el ex director general de Secretaría y actual senador Charles Carrera, y el exdirector de Convivencia y Seguridad Ciudadana Gustavo Leal, salieron al cruce de estos dichos y cuestionaron la manipulación de los datos.

Este miércoles Carrera, senador del Movimiento de Participación Popular del Frente Amplio, compartió en sus redes sociales un informe en el que alerta sobre un aumento de 20% de los homicidios en octubre en comparación con el mismo mes en 2020.

Según Carrera, “en vista de la falta de profesionalismo y poca seriedad en la presentación de los datos relativos a la seguridad, nos vemos en la obligación ética de presentar los tristes datos de los homicidios ocurridos en el mes de octubre”.

El senador afirma que “en base a fuentes abiertas de información”, “en el pasado mes de octubre fueron 36 los homicidios ocurridos en todo el país”. Además, plantea que “a ese número, muy duro, le faltan casos dudosos que podrían aumentar la cifra si la resolución judicial termina calificándolos como homicidio (3 casos)”. En ese escenario, el aumento sería de 30% en comparación con el año pasado.

Carrera asegura que “al tratarse de una base viva cuyos registros pueden sufrir modificaciones (según la evolución de las víctimas, por ejemplo), hay casos de tentativas de homicidio con resultado de heridos muy graves cuya evolución podría -también- modificar los datos”.

Cuando una persona fallece a raíz de un ataque, aunque sea meses después, se contabiliza como un homicidio del mes en que fue atacada. “De ahí que el período de análisis y difusión de las estadísticas es importante, ya que a mayor período el riesgo de modificaciones se reduce, y con ello aumenta la aproximación a la realidad”, enfatiza, y recuerda que la recomendación del Observatorio de Violencia y Criminalidad del Ministerio del Interior es que los datos se difundan por períodos no inferiores a los seis meses.

Carrera cuestiona la forma en que el Ministerio del Interior comparte las cifras de denuncias de delitos y ejemplifica con lo sucedido en setiembre del año pasado, “cuando se informaron homicidios correspondientes al período marzo-agosto con 161 casos. Sin embargo, en ocasión de publicar los datos cerrados del año 2020, si se suman los homicidios de ese período, resultaron ser 168”.

El senador plantea que “lejos de existir una reducción del delito más violento, con el aumento de la movilidad –en el último trimestre agosto, setiembre y octubre- hay un crecimiento de los homicidios que contradice el relato oficialista”.

A su entender, la presentación de los datos de octubre “ha sido equivocada y poco profesional. No se pueden dar datos parciales con la finalidad de generar la falsa sensación de que los homicidios bajaron. Así se hizo cuando se brindaron datos de Montevideo como si fueran de todo el país y encima, cuando el mes todavía no finalizaba”.

“La opacidad y poca transparencia a la hora de difundir datos estadísticos se suman a gruesos errores que terminan vulnerando la confianza en los datos oficiales. Si no hay certeza en los datos objetivos, cuánto menos la habrá en el resto de la información que depende directamente de la cartera encargada de la seguridad de todos los habitantes del país”.

En su informe, Carrera destaca que “no se trata de cuestionar” al Observatorio que entiende que tiene criterios correctos, pero apunta que “si se afecta la calidad del registro de las denuncias, si se opta por períodos más cortos de análisis (al punto de no mantener un patrón estable), si no se analizan los mismos delitos, si no se reconocen patrones de comportamiento social que afectan directamente sobre la conducta criminal, es claro que la afectación de la calidad del estudio estadístico tendrá carencias notorias que poco aportarán a la operativa policial, principal objetivo de su trabajo académico”.

El efecto pandemia

A nivel mundial, la pandemia tuvo un efecto en la reducción de los delitos. Uruguay no fue la excepción, y Montevideo en particular formó parte de un artículo de un consorcio internacional liderado por la Universidad de Cambridge que analiza este tema. Sin embargo, las autoridades del Ministerio del Interior y del gobierno en general descartan que la pandemia haya tenido un efecto en la criminalidad, como pasó en todo el mundo.

El director del Instituto de Derecho Penal y Criminología de la Facultad de Derecho de la Universidad de la República, Germán Aller, aseguró que contrariamente a lo sostenido por las autoridades, la pandemia ha influido en las cifras de los homicidios, y que ese “envión favorable” habría que “aprovecharlo”.

El ex ministro del Interior, Jorge Larrañaga, planteaba que “la delincuencia no hizo cuarentena”, premisa sostenida por otras autoridades. La reducción de casos de coronavirus y el control de la pandemia trajeron consigo un retorno a las actividades y un aumento de la movilidad social.

En este sentido, Carrera comenta que “lamentablemente, la propia realidad confirma que con el aumento de la movilidad también aumentaron los eventos de seguridad con índices de violencia creciente” y comparte la visión de que los meses de pandemia no fueron aprovechados “para el diseño de estrategias y políticas públicas que dieran respuesta efectiva a lo que estaba debidamente diagnosticado”.

Así es que sugiere que “se perdió el tiempo durante un período donde hubo que prepararse para lo evidente, para lo que se venía cuando se levantaran las restricciones de la pandemia”, y agrega: “No puede gestarse una política de seguridad seria sin un presupuesto adecuado, sin la continuación de las mejoras salariales y sin inversión en armamento. Esa es la realidad, lo demás es discurso”.