El militar retirado José Luis Martínez Lanzani declaró este martes ante la jueza penal de 23° turno, Isaura Tórtora, y la fiscal adscripta de Crímenes de Lesa Humanidad, Mariela Suárez, en la causa que investiga el secuestro de Pedro Risso y Lidia Fernández, ocurrido el 4 de junio de 1975 en Ciudad Vieja.
Risso, dirigente sindical de la Federación de Obreros y Empleados de la Bebida y militante del Movimiento 26 de Marzo, fue secuestrado junto a su esposa Lidia Fernández en su casa ubicada en la calle Guaraní, y permaneció tres años recluido en el carcelaje del cuerpo de Fusileros Navales (Fusna). Lidia Fernández permaneció recluida dos semanas en el Fusna, sin pasar por la Justicia militar.
Según informaron a la diaria fuentes que participaron de la audiencia, Martínez, que era oficial del Fusna, declaró por más de una hora ante la jueza Tórtora sobre las torturas y las condiciones de detención en el Fusna en 1975. El militar retirado negó haber participado de detenciones y apremios físicos y dijo que en diciembre de 1975 se desvinculó del Fusna por negarse a acatar una orden proveniente del entonces comandante del cuerpo, Carlos Guianze.
Martínez negó la existencia de torturas en el Fusna, pero señaló que los responsables de los interrogatorios eran los enlaces de Inteligencia, rol que ocupaba en el Fusna el capitán de navío retirado Alex Lebel, según consta en los expedientes de la Justicia militar del caso Risso. Además, reconoció el peligro que implicaba para los niños que iban a visitar a sus padres el tener que circular por un pasaje estrecho, entre el muelle y los guardias armados. Durante la visita, que se realizaba en forma colectiva pero con la prohibición de tener contactos entre las diferentes familias, los guardias permanecían armados apuntando hacia el lugar del encuentro.
Como oficial, Martínez Lanzani fue el responsable de la formación de los fusileros navales, y siendo guardia de marina participó de un curso de Investigación Criminal en la Escuela de las Américas, entre agosto y octubre de 1971.
La denuncia del secuestro de Risso y Fernández fue realizada en octubre de 2011, en el marco de las jornadas de denuncias de terrorismo de Estado en seccionales policiales, promovidas por organizaciones de derechos humanos, cuando se presentaron unos 170 casos similares.
En anteriores declaraciones a la diaria, la denunciante Mariana Risso, hija de Pedro, recordó la madrugada del secuestro: “Se los llevan de casa a las cuatro de la mañana, cuando mi hermano y yo éramos chicos (...) tengo algunos recuerdos de esa madrugada, mi madre pedía que nos dejaran con unos vecinos, que no nos llevaran con ellos, y a la mañana siguiente esos vecinos nos entregaron a los abuelos paternos”.
Por esta causa declaró Alex Lebel, quien dijo no recordar quiénes participaron del operativo en el que fueron secuestrados Risso y Fernández. Lebel en principio negó ser S2 de la unidad, pero ante un documento de la Justicia militar admitió ser enlace de inteligencia y su participación en los interrogatorios.
También fue citado el ex comandante en jefe de la Armada, Tabaré Daners, quien presentó un certificado médico para no declarar ante la Justicia, pero volverá a ser convocado.
Los archivos microfilmados del Ministerio de Defensa, conocidos como los archivos Berrutti, revelaron que Risso fue seguido por inteligencia militar al menos hasta 1994.