El juez penal de 37° turno, Gonzalo Arsuaga, imputó a un hombre por el delito de homicidio muy especialmente agravado por la muerte de Betina Araujo. El cuerpo de la víctima fue encontrado dentro de una tarrina en el Pantanoso el 29 de diciembre, según se informó a la diaria desde Fiscalía.
Arsuaga aceptó lo planteado en la investigación realizada por el fiscal especializado en Delitos Sexuales de 2° turno, Raúl Iglesias, quien pidió la formalización del proceso con prisión preventiva por 180 días.
Diez días después de su desaparición, ocurrida el 24 de diciembre, una testigo clave del crimen se acercó a la pareja de la víctima para revelar que sabía quién era el homicida y que estaba amenazada de muerte.
La testigo le contó que había visto cuando el homicida tenía a la víctima desnuda, atada por los pies; este le dijo que la había matado porque le había robado “unas pipas y una bolsa de papas”. Además, el homicida le relató que la había estrangulado, algo que fue comprobado cuando se encontró el cuerpo, y que había llevado el cadáver a la zona del arroyo Pantanoso, donde apareció.
Iglesias pidió la imputación por un delito de homicidio muy especialmente agravado, por la brutal ferocidad con la que se cometió, y fundamentó el pedido de prisión preventiva por la gravedad del hecho, la pena estipulada para el delito que se imputa y el inminente riesgo de fuga. El victimario pretendió escapar de su custodia cuando fue conducido a hacerse la pericia psicológica ante el Instituto Técnico Forense, que determinó su imputabilidad.
Entre las evidencias obtenidas por la fiscalía para pedir la imputación se encuentran constataciones de lesiones y capturas de pantalla del celular del imputado, así como varias declaraciones: de la testigo, del imputado ante la fiscalía y la Policía, de los dos hombres que encontraron el cuerpo y de los peritos y policías que trabajaron en el caso.
En diálogo con la diaria, el fiscal Iglesias dijo que en este caso no se tipificó el agravante por femicidio porque no se encontró móvil de odio, desprecio y menosprecio hacia la mujer, pero advirtió que se continuará indagando sobre este punto, dado que la víctima era trabajadora sexual y tenía al victimario como cliente, por lo que se ahondará en la naturaleza del vínculo, en particular en lo que refiere a la transacción de índole sexual.
“Si la Fiscalía, el gobierno y las instituciones dicen que les importa el tema de la violencia de género y la doméstica, ante los casos más graves, como es el femicidio, se debe dar una respuesta adecuada. No sólo porque hay compromisos internacionales asumidos, sino también por una cuestión humanitaria y moral”, señaló.
Iglesias planteó que propuso a las autoridades de Fiscalía y del Ministerio del Interior la creación de una Unidad de Femicidios para trabajar este tipo de casos. “Tienen que formarse equipos especializados para investigar y que la Policía tenga equipos especiales también”, agregó.