El fiscal de Flagrancia de 9° turno, Fernando Romano, tomó declaración a siete jugadores de Wanderers y Nacional y al director técnico del equipo del Prado por los incidentes ocurridos el 20 de marzo en el estadio Alfredo Víctor Viera.
Romano, que anunció desde el inicio del proceso que no pedirá formalizaciones por el caso, emplazó como indagados a cinco de los involucrados y logró avanzar en el diálogo con los clubes para que emitan un comunicado rechazando los hechos.
La Fiscalía investiga el caso como un eventual delito de riña, previsto en el artículo 323 del Código Penal, con sanciones económicas de entre 20 y 600 unidades reajustables -entre 28.560 y 856.800 pesos- o pena de prisión.
En la investigación Romano coordina con la Unidad de Análisis en la Violencia en el Deporte, que aportó registros fílmicos o fotográficos del hecho, iniciado a raíz del festejo del segundo gol de Wanderers, anotado por Diego Hernández. El jugador corrió por delante de la tribuna ocupada por los hinchas de Nacional moviendo los dedos como si disparara un arma y posteriormente hizo un baile que incluye gestos obscenos dirigiéndose hacia la misma tribuna. El festejo provocó una serie de empujones y manotazos, por los que fueron expulsados tres jugadores.
Romano trabaja en otras investigaciones vinculadas a violencia en el deporte, dado que desde el inicio de este año a la zona asociada a su fiscalía se le asignó la Unidad de Violencia en el deporte.
“En diciembre le saqué amarilla a varios jugadores de Peñarol, ahora le voy a sacar amarilla a varios jugadores de Nacional, y la próxima vez va a haber roja directa”, expresó Romano en una entrevista con la diaria realizada cuando se inició la investigación.