La excónsul en Emiratos Árabes Unidos, Fiorella Prado, pidió al menos dos veces que se le indicara cómo proceder con la solicitud de tramitación y expedición del pasaporte del narcotraficante uruguayo Sebastián Marset debido a las advertencias que le habían llegado, informó este martes El Observador, con base en tres fuentes del Ministerio de Relaciones Exteriores (MRREE).

La diplomática informó a la cancillería que Marset estaba preso por ingresar a Dubái con un pasaporte paraguayo falso y consultó si ella debía ir a tomarle las huellas dactilares a la cárcel. Además, según publica el diario, también preguntó si la expedición y entrega del pasaporte podía ocurrir mientras Marset estaba en prisión o si correspondía esperar hasta que quedara en libertad.

En sus consultas, la respuesta que recibió desde la Dirección General de Consulares y Vinculación del MRREE, encabezada en ese momento por Pauline Davies, fue que continuara con el trámite, ya que cumplía con la normativa vigente; esa posición es la que han mantenido hasta ahora las autoridades de la cancillería y del Ministerio del Interior.

Otro diplomático que advirtió sobre el perfil de Marset fue el embajador de Uruguay ante Emiratos Árabes Unidos, Álvaro Ceriani, quien sugirió a la cancillería que se tomara más tiempo para analizar la situación.

Ceriani recomendó cautela luego de que el embajador uruguayo en Qatar, Jorge Seré, le transmitiera la advertencia que le había hecho su colega paraguayo Ángel Barchini, quien le comentó que le llamaba “poderosamente la atención” y le resultó “muy extraño y llamativo” que un jugador de fútbol uruguayo, como se había presentado Marset, hubiera sido detenido en Dubái con un documento falso.

El camino del pasaporte de Marset

El narcotraficante uruguayo necesitaba el pasaporte nacional como forma de demostrar que había sido estafado con su pasaporte paraguayo y salir de la cárcel de Dubái. Al obtenerlo, logró darse a la fuga, antes de que se emitiera la orden de detención internacional que pesa sobre él en este momento.

Marset necesitaba obtener rápido su pasaporte para evitar ser deportado, algo que iba a suceder inevitablemente el 10 de diciembre de 2021, cuando se cumplieran los tres meses de su detención. Según informó la diaria, Marset se puso en contacto con el abogado Alejandro Balbi en setiembre del año pasado para que iniciara el trámite.

Balbi consultó al Ministerio del Interior y le confirmaron que Marset no tenía causas penales abiertas desde noviembre de 2020 ni estaba requerido, por lo que no había impedimentos legales para entregarle el pasaporte. Quienes confirmaron esos datos no tenían presente que la Brigada Antidrogas del ministerio estaba cooperando de forma reservada en una investigación internacional que involucraba a la Policía paraguaya y a la DEA estadounidense y tenía a Marset como principal sospechoso, tal como informó este sábado El Observador.

El pasaporte de Marset se imprimió el 25 de noviembre y debía demorar un mes en llegar a Dubái a través de la valija diplomática. Sin embargo, como Marset lo necesitaba antes firmó un poder que permitió que un representante de la firma de Balbi lo retirara y se lo entregara a un familiar del narcotraficante.