El excanciller Francisco Bustillo declaró este viernes ante el fiscal de Delitos Económicos y Complejos de primer turno, Alejandro Machado, por la causa que investiga irregularidades en el trámite del pasaporte al narcotraficante uruguayo Sebastián Marset, que fue entregado cuando estaba preso en Dubái.

La audiencia comenzó a las 11.00 y Bustillo fue acompañado por su abogado, Gonzalo Fernández, exsecretario de Presidencia durante el primer mandato de Tabaré Vázquez y excanciller en ese período.

Al ingresar a la Fiscalía, en la sede de la calle Cerrito, Bustillo advirtió que no realizaría declaraciones a la prensa, pero que luego de declarar ante Machado entregaría declaraciones por escrito.

En ese texto Bustillo planteó que las conversaciones con Ache fueron privadas y aseguró que supo del chat entre Ache y Maciel horas antes de la interpelación del 22 de agosto.

También aseguró que fue él quien ordenó una investigación administrativa y, tal como declaró la funcionaria instructora, no tuvo injerencia sobre la investigación. Agregó que fue Ache quien se negó en dos oportunidades a entregar los chats a la instructora y que su rol fue hablar con la subsecretaria luego de que ella denunciara a la instructora de realizar una pesquisa en su contra al reclamarle los mensajes.

Al igual que había declarado la instructora, el escrito difundido por Bustillo señala que fue convocada al despacho de Ache y allí se encontró con el exfiscal de Corte Jorge Díaz, quien le entregó un escrito en el que denunciaba el ánimo pesquisante de la investigación administrativa por la insistencia sobre la entrega de los chats.

“Cansado de esos reiterados y continuos planteos de Ache, y para terminar con este diálogo que en nada me vinculaba, es que le dije figuradamente que “perdiera” el teléfono en la conversación que ella subrepticiamente grabó, aislando y descontextualizando lo que venía sucediendo en todo ese tiempo, durante el cual me planteaba constantemente sus dudas”, agregó.

Finalmente, Bustillo dijo que no le pidió a Carlos Mata que hablara con la instructora: “Pese a que los mensajes privados intercambiados entre Maciel y Ache carecían de relevancia en la tramitación del pasaporte, pero dados los desencuentros entre la funcionaria instructora de la cancillería y la por entonces subsecretaria Ache –pues esta le atribuía un apartamiento del objeto de la investigación, y un ánimo pesquisante–; y para evitar que pasara a mayores, generando un uso político del tema, procuré calmarla, minimizándole la trascendencia que respecto a ella pudieran tener dichos mensajes, manifestándole tratar con el director de Jurídica del MRREE las supuestas presiones por ella aludidas en el curso de la investigación administrativa, lo cual en definitiva no realicé, por no corresponder”.

“No falté a la verdad”, aseguró el excanciller en su escrito, reiteró que no tuvo injerencia en el proceso de entrega de pasaporte y recordó que cuando se concretó la tramitación él estaba en misión en el exterior, siendo Ache la ministra interina.

La exsubsecretaria de Relaciones Exteriores Carolina Ache entregó a la Fiscalía chats con el canciller Francisco Bustillo en los que el ahora exministro le sugiere que “pierda” el celular para evitar entregarle a la Justicia conversaciones que Ache había tenido con el subsecretario del Interior, Guillermo Maciel, en las que quedaba claro que sabían que Marset era un narcotraficante “pesado y peligroso” y que era “terrible” que saliera de prisión. En los audios que entregó Ache esta semana Bustillo le dice a ella que Maciel es “un tarado”, pero que no va a dar la información que reclamaba la Justicia porque sería “tirarse un tiro en el pie” y “se incrimina solo”.

En la conversación con la entonces subsecretaria, Bustillo intenta ocultar a la instructora de la investigación administrativa de la cancillería esos chats, de los que se desprende que el gobierno sabía quién era Marset antes de entregarle el pasaporte, pese a que durante la interpelación por este tema, en agosto de 2022, las autoridades afirmaron que nadie sabía quién era el uruguayo.

Bustillo evalúa pedirle al director de Jurídica de la cancillería, Carlos Mata, que convenza a Karina Antenor, la instructora de la investigación administrativa, de que “no guaranguee con las preguntas” para evitar dar esta información, y además le sugiere a Ache que “pierda el celular” como “posibles escenarios”. Estos audios serán parte de una nueva causa penal en la que además del excanciller será investigado el asesor en materia de comunicación del presidente Lacalle, Roberto Lafluf, a quien Ache acusó de interceptar y destruir un documento que certificaba notarialmente la existencia de esas conversaciones que Bustillo pretendía ocultar.