A Mariana Rivero, de 24 años, dejaron de verla el 20 de octubre. Lo último que se supo es que iba a buscar sus pertenencias a la casa de su exnovio, de 23 años, con quien convivía antes de separarse. Diez días después de la desaparición de Mariana allanaron la casa de su expareja pero no encontraron mérito para detenerlo ni indagarlo por el caso. Este miércoles, el agresor confesó que la había matado y guió a la Policía hasta Punta Yeguas, donde dejó el cuerpo de la mujer descuartizado.
Este viernes fue formalizado por homicidio muy especialmente agravado por femicidio y por vilipendio de cadáver. Se dispuso su prisión preventiva a la espera del juicio. En este caso se podría aplicar la pena máxima en Uruguay, que es de 30 años.
En lo que va del año, 38 mujeres fueron asesinadas. Hasta el momento, 11 de estos homicidios fueron considerados femicidios. La mayoría de los homicidios contra mujeres tuvo alguna vinculación con el narcotráfico o con un conflicto criminal, en los llamados “ajustes de cuentas”, o con agresores asociados a bocas, en un tiroteo asociado a la venta de drogas, un robo asociado al uso problemático de drogas, una “venganza” o “cobro de deuda” de un varón que tenía alguna relación con la mujer asesinada, así como con homicidios asociados a robos.