El exdirector de la Policía Nacional, Mario Layera, se pronunció sobre los traslados del narcotraficante Gerardo González Valencia a Cárcel Central, donde supuestamente recibía visitas conyugales de su esposa, aunque según la línea de investigación de la Fiscalía habría mantenido reuniones con el mafioso italiano Rocco Morabito, fugado de esta cárcel en 2019.

Si bien en diciembre Layera declaró ante el fiscal Ricardo Lakner no tener conocimiento de que el mexicano se encontrara con Rocco Morabito en Cárcel Central, este martes en entrevista con Desayunos Informales el exjerarca sostuvo que “por supuesto que estaba al tanto” de los traslados de González Valencia, puesto que “cuando se adoptó la resolución de que se iban a efectuar”, durante una reunión del Ministerio del Interior (MI) con los cinco principales cargos de confianza de la Policía, “se resolvió de que había una determinación adoptada por parte del INR [Instituto Nacional de Rehabilitación] con las autoridades del MI” para trasladar a González Valencia para las visitas conyugales “desde la Guardia Republicana, donde estaba alojado para mayor seguridad”.

De todas formas, Layera entendió que se están “confundiendo dos términos”. Por un lado, estaba enterado de la situación, para la que “se dispusieron las medidas de seguridad pertinentes”, pero no tenía conocimiento “de las reuniones de González Valencia con Morabito”.

Asimismo, refutó lo publicado por El País el domingo, donde se consignó que durante su interrogatorio con el fiscal sostuvo que “la responsabilidad, en este caso, de esta decisión, es política, en el sentido que la da el ministro”. Según Layera, a lo que se refirió es a que “se adoptaron resoluciones de que González Valencia fuera trasladado para visitas conyugales en Cárcel Central pero indudablemente no había autorización para que se reuniera con Morabito” por parte del mando político.

Sobre cómo se terminaron dando estos encuentros, Layera sostuvo que “esa respuesta la tienen que dar las autoridades en su momento del INR, a ellos les corresponde esa gestión”, aunque matizó: “La primera vez que se adopta esa decisión, Morabito no había sido detenido en Uruguay”, por lo tanto no estaba alojado en Cárcel Central hasta ese momento.

“Cuando se plantea que hubo una intención de González Valencia de plantear que quería recibir visitas conyugales pero fuera del contenedor en el que estaba en la Guardia Republicana, no era con intención de reunirse con Morabito”, y que en todo caso, si más tarde se habilitaron esos encuentros “la responsabilidad corresponde a quienes estaban en ese momento a cargo de la custodia”.

El vínculo con la fuga de Morabito

En junio de 2019, Morabito se fugó de Cárcel Central, en un caso que puso a las entonces jerarquías del Ministerio en la mira, y las visitas de González Valencia tuvieron un rol particular en el caso.

Según explicó Layera, “había una denuncia antes de la fuga de Morabito de que se estaban dando esas irregularidades”, por lo que el entonces ministro, Eduardo Bonomi, dispuso una investigación “en la órbita de la Dirección Nacional de Asuntos Internos”, por lo que se retiró “el soporte digital que archiva la videovigilancia que hay en Cárcel Central para revisar y procesar a ver si se determinaba a través de las cámaras” que se estaban llevando a cabo estos encuentros.

Esto se dio unos días antes de la fuga del mafioso italiano, por lo que impidió “que se pueda establecer mediante videovigilancia los actos de corrupción que hubo en el caso de la fuga”.