El ministro del Interior, Luis Alberto Heber, se pronunció este lunes sobre las declaraciones de Mario Layera, exdirector de la Policía Nacional, que en diciembre aseguró en la Fiscalía que los traslados irregulares del narcotraficante mexicano Gerardo González Valencia a Cárcel Central, donde, según sospecha el fiscal, se encontraba con el mafioso italiano Rocco Morabito, fueron responsabilidad del exministro Eduardo Bonomi.

Heber apuntó que son “increíbles” las declaraciones en las que Layera asegura no tener conocimiento del traslado del “narcotraficante más peligroso de América”, que, según la Fiscalía, se entrevistó con Morabito en 13 oportunidades. Además, lanzó la pregunta sobre si Jorge Vázquez, exsubsecretario del ministerio, o el director del Instituto Nacional de Rehabilitación (INR), tampoco sabían de la situación. Cuando González Valencia fue derivado a la sede de la Guardia Republicana a cumplir su reclusión el director del INR era Gonzalo Larrosa, que ocupó ese cargo hasta noviembre de 2018; luego fue relevado por Alberto Gadea, que renunció tras la fuga de Rocco Morabito en junio de 2019.

El 15 de diciembre Layera declaró ante el fiscal Ricardo Lackner que no sabía nada sobre los traslados o los tratos especiales, según publicó este domingo El País, con base en el audio de la audiencia. El fiscal le consultó insistentemente a Layera sobre las supuestas visitas que hacía González Valencia, que estaba preso en la sede de la Guardia Republicana, al mafioso italiano, quien se fugó de Cárcel Central en junio de 2019. “Nadie me informó. ¿Qué quiere que le diga? ¡Qué más quiere que le diga!”, lanzó Layera.

El exdirector declaró que tanto la Policía que él dirigía como las autoridades del Ministerio del Interior eran conscientes de las visitas de Gónzalez Valencia a Cárcel Central, porque en cada viaje necesitaban “los apoyos del resto de los policías”.

“Indudablemente era un tema, pero bueno... La responsabilidad, en este caso, de esta decisión, es política, en el sentido [de] que la da el ministro”, dijo Layera, y señaló así a Bonomi, quien falleció el año pasado.

Según Layera, la orden de Bonomi había sido atender “el tema de los derechos humanos” de González Valencia, en tanto no podía tener visitas conyugales con su esposa con privacidad en la Guardia Republicana, porque el contenedor que le habían armado para su arresto no contaba con el suficiente aislamiento acústico.

“Para usted no es un escándalo que a una persona requerida internacionalmente, en lugar de buscarle un lugar donde pueda tener intimidad con la esposa en el mismo lugar donde está [...], lo transporten con un tanque Tiger (sic) y no sé cuánta gente armada a un lugar donde en definitiva se terminó encontrando con Morabito. ¿Eso no es un escándalo?”, le espetó el fiscal, pero Layera afirmó que tenía “otra interpretación” de lo sucedido: “Todos somos iguales y todos tenemos los mismos derechos”.

En otro momento de la indagatoria que consigna El País, el fiscal lamentó que nadie tuviera que “verificar” que el verdadero motivo del pedido del mexicano de ir a Cárcel Central era ver a Morabito. “Llega el momento y a nadie le corresponde, y ahora a Bonomi no le podemos preguntar”, manifestó.

Director de la Guardia Republicana tampoco sabía los motivos de los traslados

El exdirector de la Guardia Republicana Alfredo Clavijo también declaró en diciembre ante el fiscal y apuntó contra el INR por los traslados irregulares. Asimismo, dijo que Layera estaba al tanto de cada movimiento que se hacía del narco y que fue él quien le dio la orden de que la Republicana pasara a custodiarlo en 2016, por motivos de seguridad, según consigna este lunes El Observador.

Clavijo dijo que en la Guardia Republicana “no sabían” que el narcotraficante mexicano se encontraba con Morabito y comentó que tanto el subdirector administrativo, Gerardo Bidarte, como la entonces directora de Cárcel Central, Mary González, eran quienes les comunicaban cuándo tenían que llevar a González Valencia a la cárcel.

El exdirector de la Guardia Republicana contó que participó en reuniones con el gabinete del Ministerio del Interior y afirmó que “cada vez que lo trasladábamos se lo comunicábamos” a Layera. Consultado sobre si Layera le notificó que ambos delincuentes se intentaban juntar, aseguró: “No, nunca me dijo nada”.

Lackner también indagó a Clavijo sobre quién decidió que González Valencia fuera a la Guardia Republicana y su respuesta fue: “A mí me da la orden el director de la Policía, que era Mario Layera”.

Clavijo explicó que eso ocurrió tras hacer una requisa de su celda del Comcar, porque había información de que estaba teniendo comunicación con el exterior, “gestiones para comprar a la custodia” y una amenaza al ministro Bonomi. “Se me da la directiva [de parte de] Layera de que había que sacarlo de ahí y que nos íbamos a hacer cargo de la custodia”, dijo.

También contó que el narcotraficante tenía clases de gimnasia y pidió tener un lugar donde hacer un asado. Para el exdirector de la Guardia Republicana estos pedidos no fueron llamativos; destacó que es normal que en celdas del interior haya televisores y parrillero. “No me pareció extraño”, concluyó. Tampoco le llamó la atención que tuviera visitas del cónsul mexicano, el cónsul estadounidense o el licenciado Martín Correa, que era el encargado del área de migrantes del INR.

Ahora el caso está a cargo de la fiscal Silvia Porteiro, debido a los cambios internos que hubo en la Fiscalía, y será ella la encargada de determinar si hay nuevos imputados por la causa. Por el momento sólo está imputado un oficial de la Guardia Republicana.

De hecho, la defensa del policía imputado, que lleva adelante el abogado Andrés Ojeda, está en la misma línea que lo dicho por Clavijo. Ojeda señaló a la diaria meses atrás que si bien el policía imputado pertenece a la Guardia Republicana, donde estaba recluido González Valencia, es el INR el responsable del privado de libertad y así lo confirma un documento, firmado por Larrosa, entonces director del INR, que forma parte del expediente, al que accedió la diaria.