El juez penal de 38° turno, Alejandro Asteggiante, condenó este martes al ciudadano ruso Alexey Slivaev a una pena de 24 meses de prisión, a cumplirse con seis meses y 21 días de prisión efectiva, que ya fueron cumplidos con prisión preventiva, un mes de arresto domiciliario y el resto a libertad a prueba, en los que tendrá que hacer servicio comunitario.

Slivaev fue condenado por el delito de suposición de estado civil y asociación para delinquir, los mismos delitos por los que había sido imputado.

Cuando el juez Asteggiante le preguntó si comprendía que estaba renunciando a un juicio oral, Slivaev expresó en español que él no sabía que la información era falsa, por lo que el juez Asteggiante le aclaró que si admitía el delito de suposición de estado civil era porque reconocía la falsedad de esa información.

Durante la audiencia la Fiscalía informó que Slivaev adulteró la información en las partidas de nacimiento ruso, actuando en conjunto con el escribano Álvaro Fernández, la pareja de este, Patricia Medina, y el exjefe de seguridad presidencial Alejandro Astesiano, quien no habría llegado a hacer ningún trámite, aunque formó parte de la organización.

Entre la prueba ofrecida en el juicio abreviado, la Fiscalía consideró una conversación entre Slivaev y el escribano Fernández del 10 de mayo en la que el ciudadano ruso le escribió: “Antes de dar el dinero, te pregunté más de una vez ¿estás seguro? Me aseguraste que sí. No lo conocí y tampoco nadie más. Todo lo de los clientes es mi trabajo, todo lo de Uruguay es tu trabajo tu responsabilidad. Te escucho completamente”.

Fernández le respondió: “Ahora tranquilo!!! (sic) No podemos hacer más problemas. Esto no es un juego de niños!!! Nos jugamos la vida y hay que ser muy astutos para sacar adelante el negocio... Acá no vamos a hablar con nadie más por ahora!! Esperaremos y haremos todo para que salga!!! No podemos entrar en pánico. Estoy seguro que tiene que salir!!! Tenemos que ser positivos!!! No podemos cometer errores. Ahora esperaremos”.

El 12 de setiembre de 2022, 13 días antes de que se conociera el caso por la detención del exjefe de seguridad del presidente Lacalle, Slivaev le escribió a Fernández: “Preparé las respuestas mañana sobre la pregunta principal (tiempo, posibilidad, para que no haya problemas para las personas)”, y le reenvió una pregunta de un ciudadano ruso, que apostaba a conseguir un pasaporte uruguayo a partir de la información de un descendiente de rusos en Uruguay. “¿Cuál es la cantidad máxima de días que aún necesita para completar todo según la empresa y el historial?”, consultó el aspirante al pasaporte. “Perfecto. Ya mañana te paso todo. Abrazo. Nos vamos a hacer millonarios!!!!!!”, respondió el escribano.

La Fiscalía también mencionó varios casos en los que Slivaev firmó y modificó documentación de ciudadanos uruguayos de origen ruso para tramitar el pasaporte uruguayo de otros ciudadanos rusos con documentación apócrifa.

Además, la investigación penal contó con el testimonio y la documentación de varios casos en los que ciudadanos rusos pagaron por la realización del trámite para sacar la documentación uruguaya a partir de la información adulterada.

También contó con material encontrado durante el allanamiento a la casa de Patricia Medina, en la que se incautó documentación vinculada a Slivaev y conversaciones en las que el ciudadano ruso planteaba la necesidad de modificar los medios para hacer la maniobra.

“Hoy lo más importante es G. Encuentra a un familiar y cambia su fecha”, le escribió el ruso, a lo que Fernández le dijo que estaba en eso. “Tenemos que buscar otros canales más fiables, incluso más caros, pero precisos. Es necesario”, le advirtió Slivaev.

Ante eso, Fernández le respondió: “Estoy concretando otro canal... Más confiable!!! y seguro!!!!! [...] Están buscando la partida para G. y P... No es fácil. Espero la encuentren pronto”.

Además, en la computadora del escribano y en el teléfono de Slivaev se encontró documentación y fotos de las personas para las que adulteraban las partidas, así como poderes que habilitaban a Fernández, Medina y Slivaev a realizar trámites para ciudadanos rusos, a los que se les inventaba una filiación nacional.