Se llama Nelson Choroszucha, pero Alejandro Astesiano lo tenía agendado en su celular como Nelson Bizcoint. Es empresario, estuvo dedicado al negocio de las criptomonedas, fue objeto de denuncias por estafas piramidales millonarias y vive en Maldonado. Su chat con el exjefe de la seguridad presidencial, el número 188, es uno de los más importantes en la carpeta investigativa que analiza el equipo de la fiscal de Flagrancia de 12° turno, Sabrina Flores.

La magistrada, que asumió en marzo la investigación de Astesiano, ya se comunicó con la defensa de Choroszucha por la citación. La comparecencia, en calidad de testigo, se llevará a cabo dentro de un mes, según pudo saber la diaria en base a fuentes vinculadas a la causa.

El chat de Whatsapp entre Choroszucha y Astesiano tiene 255 páginas y entre los archivos adjuntos hay más de 100 audios y unos 60 documentos (imágenes, capturas de pantalla y archivos PDF). Si bien del intercambio se desprende que ambos se conocían desde antes, el tramo de la conversación telefónica que la Policía Científica logró recuperar del teléfono de Astesiano tuvo lugar entre el 24 de julio y el 20 de setiembre de 2022, cinco días antes de la detención del custodio presidencial en la residencia de Suárez y Reyes, al regreso de un viaje a Costa Rica con el presidente Luis Lacalle Pou y su familia.

Un resumen ejecutivo de la evidencia a la que accedió la diaria podría decir: durante los dos meses que dura el diálogo, Choroszucha le reclama insistentemente a Astesiano que lo ayude a recuperar más de 170.000 dólares que invirtió en “negocios” que ambos pergeñaron en los últimos dos años, entre ellos el armado de Lunacar (subsidiaria de Vertical Skies) y Ánago Cleaning Systems, dos empresas con sede en Estados Unidos que se armaron para ganar licitaciones con el Estado.

Sin embargo, como suele pasar en estas investigaciones judiciales, los detalles también importan, y el chat 188 contiene otros datos y menciones específicas que podrían derivar en nuevas ramificaciones del llamado “caso Astesiano”.

A medida que el foco se aleja de la llamada “causa de los pasaportes”, la trama que se empieza a desentrañar abre un nuevo universo de operativas y personajes secundarios: negocios con licitaciones públicas en varias oficinas del Estado, llamadas a jerarcas para agilitar trámites o acceder a información privilegiada de compras militares, maniobras con cheques sin fondo, ininteligibles operaciones inmobiliarias en Punta del Este y hasta reuniones en la Torre Ejecutiva para “ayudar con el tema lavado de activos” a representantes de futbolistas que juegan en Europa.

Vertical Skies y el papel del “gurí Nelson”

“Puse 40.000 dólares cash la primera vuelta”, le recordó Choroszucha a Astesiano el 26 de julio. En respuesta, el entonces jefe de la seguridad presidencial le pide que enumere “en detalle” cuáles son los montos y el concepto correspondientes a los 170.000 dólares que pretendía recuperar.

Choroszucha contestó que solamente en Lunacar (Vertical Skies) había puesto 120.000 dólares. Esta versión del empresario de Maldonado la convalidaron ante la Fiscalía los dos militares retirados que fueron indagados en el marco de la causa que investiga el presunto espionaje a los senadores Charles Carrera y Mario Bergara.

En las audiencias que se llevaron a cabo en diciembre, Mario Panizza y Marcelo Acuña explicaron cuál fue el papel que jugó el “gurí Nelson” en el armado de la empresa con sede en Boca Ratón, 70 kilómetros al norte de Miami.

Acuña reconoció que Choroszucha puso plata en Lunacar a cuenta de lo que luego ganaría con “el negocio de las licitaciones”, una promesa en la que Astesiano tenía un rol central y por la que “seguramente” cobró algún tipo de comisión.

La participación del empresario en el negocio, según Acuña, quedó plasmada en un documento notarial. “Eso se firmó a finales de 2020 o comienzos de 2021, se hizo un papel como que él [Choroszucha] aportó determinado capital y se estipularon las ganancias. El escribano que certificó ese acuerdo lo llevó Astesiano”, informó ante la sede penal el militar retirado, que conoció a Astesiano durante la campaña electoral de 2019 por su trabajo en el equipo de seguridad del entonces precandidato Juan Sartori.

“Con Astesiano hacíamos todas las coordinaciones logísticas de los actos conjuntos. Una vez que el doctor Lacalle llega al gobierno, me vuelvo a contactar con Astesiano para presentarle a la empresa [Lunacar]. Queríamos ver la posibilidad de tener una reunión con el presidente, para ver en qué podíamos aportar”, precisó Acuña ante la Fiscalía el 22 de diciembre.

El plan que habían elaborado para dividir las ganancias de las licitaciones que ganó Vertical Skies lo detalla el propio Astesiano en algunas de las conversaciones que mantenía por Whatsapp. Por ejemplo, en agosto de 2022 está hablando con un contacto al que quería convencer para que entrara en un nuevo negocio y le adjunta la resolución de UTE que avaló en una primera instancia la compra del dron por 750.000 dólares.

“Estoy arreglando una carta de pago que tiene de UTE. Son 750.000 dólares. A mí me das la carta de pago y yo te consigo. Hay que mandar 300 y después 300 y quedan 150 de ganancia”, se entusiasmaba Astesiano en ese audio, que envió pocos días antes de su detención. La semana pasada, y tras varias idas y vueltas, el directorio de UTE decidió rescindir la polémica compra del dron a Vertical Skies.

En abril de este año, se supo que Choroszucha preparaba una denuncia por estafa contra Astesiano, porque aseguró haber entregado más de 150.000 dólares para que las empresas Vertical Skies, Lunacar y Ánago Cleaning Systems se presentaran en licitaciones públicas, pero el dinero nunca fue devuelto.

Morán y los servicios de limpieza para la ANEP

Choroszucha le reclamaba a Astesiano por otros negocios, siempre de manera persistente. A lo largo de la conversación se puede leer frases como: “Necesito recuperar las 50.000 del viejo y las 6.000 del puerto”. “¿Para vos y ellos tenemos la nuestra?”. “El gordo Almeyda tiene los 38.000 faltantes. Vos ya cobraste 30.000 y eran 68.000. ¿Podés cobrar eso y dármelo? No pagué el colegio de mi hija aún. Y este gordo de mierda sólo te la da a vos”. “El viejo de las cámaras nos debe 7.000 dólares del cheque rebotado hace meses”. “¿Qué pasó con el gordo de mierda que me robó los 65.000 con Yao? ¿Por qué no lo traen a Yao y a él a Uruguay? Yao me tiene que dar 150.000 dólares”.

Una obsesión de Nelson era cobrarle “con intereses y mora” una presunta deuda al empresario Víctor Morán. El 14 de julio, Choroszucha compartió con Astesiano la captura de pantalla de un diálogo que mantenía en paralelo con Morán, dueño de Ánago Cleaning Systems, una empresa que tuvo un contrato, ya rescindido, con la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP) por el servicio de limpieza en centros educativos de todo el país.

“Necesito mi dinero. ¿Cómo vas a hacer? Ultimátum”, le escribió Choroszucha a Morán. “Buen día. Hablé con Alejandro [Astesiano] el lunes. Estoy en gestión para recuperar y cobrar”, le contestó Morán una hora después. Un mes después de ese diálogo, Choroszucha vuelve a la carga, ya en otro tono: “Me tenés requemado. Más te vale que pagues en estos días, porque me cansé de la gente de mierda como vos. Chupapija, mandá la guita ahora, decime dónde está la guita y que no pase de hoy. Ya me hiciste tocar fondo, la concha de tu madre”.

En paralelo, Choroszucha conversaba con una persona que tenía agendada como Ricardo Poroto Presidencia, quien presuntamente operaba como nexo entre él, Astesiano y Morán. “Qué hacés, loco. Toda la gente de mierda que me mandaste me cagó. No sirve para nada ninguno. ¿Qué mierda de referencias tenés de la gente? Este viejo de mierda de Morán ya me tiene podrido también. Perdí toda la guita por confiar en la gente basura de mierda también”, le recriminó.

Cuando Astesiano recibió esas capturas de pantalla le pidió a Choroszucha que borrara esos mensajes, porque él ya se estaba encargando del asunto y ese tono podía complicar su gestión. Efectivamente, en otros chats que se recuperaron del teléfono de Astesiano figuran las conversaciones que tenía con Morán para cobrar la deuda y también con algunos funcionarios de gobierno con quienes intentaba agilizar los trámites para el cobro en la ANEP.

“Fibra, el viernes 11/03 le pagaron una factura por $323.072, correspondiente al mes de Enero 22. NO es la que vos me mandaste la foto, pero COBRÓ!”, informó una persona a quien Astesiano había contactado para saber el estado de situación de los pagos a la empresa de Morán.

Ese mismo contacto le escribió: “Fibra, me dicen que la factura 'tuya' de ANEP está a estudio para pago. El hombre tiene muchas boletas para cobrar, van a ver de apurar esta. Abrazo”. “Gracias, Nando”, le contestó Astesiano, según figura en el chat 614.

El “viejo alemán” y las fortunas

En el chat entre Astesiano y Choroszucha también se habla de un negocio que pretendían llevar adelante con el “viejo alemán”. Esas menciones siempre apuntan a la participación de “El Zurdo” y a un negocio inmobiliario en la zona de José Ignacio, en Maldonado.

Según publicaron en diciembre El Observador y FM Gente, “El Zurdo” es el contratista uruguayo Francisco Igarza, un exfutbolista que vive desde hace hace 15 años en Dubái, y la operación inmobiliaria que aparece en el chat es la venta de Las Portuguesas, una mansión de 4.500 metros cuadrados valuada en 10 millones de dólares, que pertenece a un alemán de nombre Wilfred. En la carpeta judicial figura también un chat entre Igarza y Astesiano en el que hablan de este posible negocio.

La posibilidad de hacer “buena guita” es una constante en el extenso diálogo entre Astesiano y Choroszucha. “Tenía todo y ya no tengo nada. Yo jamás le dije a nadie NADA de todo lo nuestro”, escribió el empresario de Maldonado el 24 de julio. “Pronto rico, pronto pobre”, le comentó en otro momento de la charla. “No jodas, estamos para hacer fortunas”, intentó consolarlo Astesiano.