Al otro día de la conferencia de prensa en la que se comunicó la no identificación de los restos óseos hallados el 6 de junio en el Batallón 14, el equipo de búsqueda –con integrantes de la Fiscalía, la Institución Nacional de Derechos Humanos (INDDHH), antropológos y Madres y Familiares de Detenidos Desaparecidos– continuó trabajando. Según el fiscal especializado en delitos de lesa humanidad, Ricardo Perciballe, en el fin de semana “se avanzó” en la nueva etapa de identificación del cuerpo. Sin embargo, no hay ningún plazo previsto.
En entrevista con Radio Sarandí, Perciballe señaló este lunes que la identificación del cuerpo, que ya se sabe que es de una mujer, está centrada en 18 personas detenidas desaparecidas. “Hay 12 mujeres de las cuales las tomas [de ADN] que existen no son suficientes para obtener la identidad y hay seis detenidas desaparecidas de las que no se tiene información”, explicó.
Con estos nombres delimitados, que se mantienen en reserva, el equipo de búsqueda intentará contactar a familiares para conseguir nuevas pruebas de ADN. “En el fin de semana ya se avanzó en la identificación de estos”, aseguró Perciballe, y apuntó que “algunos familiares de una de las posibles víctimas a identificar está en el exterior”, lo que requiere de “toda la logística de cancillería para tomar las muestras y mandarlas a Uruguay”.
El fiscal expresó que, como “de todo golpe se genera una posibilidad”, la no identificación de los restos “nos refuerza en la idea de que hay que trabajar en forma conjunta y más específicamente en cada uno de los detenidos desaparecidos para que haya muestras y para que si mañana se encuentra un cuerpo se pueda identificar”.
Del esqueleto hallado en el Batallón 14, a unos 100 metros de donde en 2011 se encontraron los restos del maestro Julio Castro, secuestrado en 1977, el equipo de búsqueda extrajo muestras de ADN que luego fueron enviadas a un laboratorio en Argentina para su identificación.
Sin embargo, el viernes pasado se informó que la comparación de esas muestras enviadas con los perfiles definidos con base en muestras de familiares de personas desaparecidas no arrojó “un match significativo” que confirme la identidad de la víctima, en palabras de la jefa del equipo de antropólogos que trabaja con la INDDHH, Alicia Lusiardo. Sí se supo que los restos no pertenecen a Elena Quinteros ni a María Claudia García de Gelman.
De todos modos, Lusiardo dijo que se logró reducir “enormemente la lista de posibilidades” y expresó que “hay algunas familias que necesitamos que se complete su pedigrí o lo que son los distintos posibles donantes que puedan abonar para tener una mejor representación”.
“Paciencia” y “tranquilidad”
Mediante un comunicado, Madres y Familiares pidieron este lunes “paciencia” y “tranquilidad” durante la nueva etapa de identificación del cuerpo. “Al día de la fecha no hay mayor información ni indicios sobre quién puede ser la compañera detenida desaparecida”, puntualizaron, e indicaron que ya se coordinó una mesa de trabajo para estudiar “caso a caso la necesidad de ampliación de las muestras” en aquellos casos “que no llegan al puntaje necesario” para la comparación de ADN. “Cualquier tipo de pedido será realizado desde este espacio”, aclararon.
Aunque reconocen que la difusión de información es “desde el compromiso militante”, Madres y Familiares advierten que “detrás de cada persona detenida desaparecida hay una familia, un grupo de amigas y amigos, vecinos y vecinas, todo un pueblo buscando, por lo que el manejar nombres genera muchas expectativas”.
Consultado sobre el tiempo que insumirá el contacto con las familias de las 18 mujeres detenidas desaparecidas, Wilder Tayler, director de la INDDHH, dijo a la diaria que “ni siquiera estamos manejando una posibilidad”. Los plazos, sostuvo, “van a depender de la suerte que tengamos en encontrar familiares”.
Tayler dijo que, luego de la conferencia de prensa, “nos dedicamos mucho a empezar a organizar el trabajo”, porque “hay que redoblar el esfuerzo”. Acerca de las dificultades que se presentan, señaló que “a veces cuesta” obtener muestras de ADN porque “o no hay familiares o son muy viejitos”. No obstante, afirmó que anteriormente “se hicieron empujes y cada vez que se hace la gente da”.
En diálogo con la diaria, Elena Zaffaroni, integrante de Madres y Familiares, recordó que “hace muchos años”, cuando se empezó a obtener pruebas de ADN, hubo “una pequeña resistencia” de parte de algunos familiares, “porque lo tenías que ir a hacer a la Policía Técnica”, algo “desagradable en ese momento”. Pero después “se arregló y se pudo conseguir ir al Hospital de Clínicas”, apuntó.
Zaffaroni comentó que en aquel entonces “no había equipo de búsqueda” y “tenían que ser sólo los padres y los hijos”, limitación que luego se superó por “las posibilidades técnicas”. Acerca de las dificultades para la identificación de los restos hallados recientemente en el Batallón 14, Zaffaroni señaló que “muchos no tienen familiares”.
“Un mensaje claro”
En su entrevista con Radio Sarandí, Perciballe aprovechó para reiterar algo que se mencionó en la conferencia de prensa del viernes, pero que, a su juicio, “pasó muy desapercibido”. Manifestó que la Fiscalía diferenció “claramente” entre crímenes de lesa humanidad y crímenes “comunes” que pudiese haber cometido “algún soldado o incluso algún oficial de rango bajo” durante la dictadura. Esos casos, “esas tareas tangenciales”, como “un ocultamiento de un cuerpo”, no son crímenes de lesa humanidad y “no van a ser perseguidos”, afirmó. Se trata, sostuvo, de “un mensaje claro a aquellos que tienen información para que la brinden”.
Perciballe dijo que “hubo soldados que transportaron a la víctima en un vehículo, alguno que hizo un pozo, [u] otro que estuvo de custodia”, pero sostuvo que “esas personas no pueden tener ningún temor porque no van a ser perseguidas”. A su entender, “es un mensaje muy importante, porque si nosotros no tenemos información válida, información fidedigna, vamos a trabajar años y años de esta forma y los avances van a ser muy lentos”.
Vuelven las excavaciones
Tal como estaba previsto, este lunes se retomaron las excavaciones en el Batallón 14, centro de detención y tortura durante la dictadura, ubicado en Toledo, Canelones. Tayler explicó a la diaria que, en realidad, “siempre se siguió trabajando” en el predio militar, excepto en “el área del hallazgo”, donde “dos semanas y media después” del hallazgo el equipo de antropólogos “seguía encontrando pequeños fragmentos” del cuerpo. Señaló que la zona “tenía que ser tamizada exhaustivamente”, tarea que “está culminada”, y ahora se dispuso el reinicio de “la excavación” con máquinas retroexcavadoras.