Este martes, el Ministerio del Interior firmó la ampliación de un contrato de participación público-privada para la construcción de una nueva cárcel de mujeres en el predio de Punta de Rieles, donde funciona actualmente la Unidad 1, cárcel construida en la gestión pasada bajo esta modalidad.

La cárcel será construida por la empresa Teyma y, según dijeron desde la cartera, “estará diseñada específicamente para la rehabilitación de mujeres privadas de libertad”. Tendrá una capacidad inicial de 846 plazas, que podrá ampliarse hasta un total de 1.015; 66 de ellas serán destinadas a las personas que están en etapa de preegreso y 30 a la población trans. La construcción comenzará en dos semanas y se prevé que esté finalizada en el primer semestre de 2026.

“La infraestructura contará con diversas áreas enfocadas en la rehabilitación y reintegración, incluyendo espacios sociolaborales, talleres educativos, un polideportivo y áreas específicas en donde se contemplará la perspectiva de género; será el primer centro del país en ofrecer este tipo de atención”, indicaron desde el Ministerio del Interior.

Para Nicolás Martinelli, ministro del Interior, es destacable “el trabajo interinstitucional que permitió la concreción del proyecto”. Resaltó, asimismo, la importancia de mejorar las condiciones para las personas privadas de libertad, “vinculando los esfuerzos en rehabilitación con la reducción de índices de violencia y reincidencia”.

“Este proyecto forma parte de una serie de iniciativas impulsadas por el Ministerio del Interior y otras instituciones para mejorar las condiciones del sistema penitenciario, con el objetivo de lograr un ‘hacinamiento cero’ en los centros de rehabilitación del país”, enfatizaron desde la cartera.

“Esta obra naturalmente cambia el paradigma de los centros de rehabilitación, así como también lo va a hacer la que ya está en construcción en los tres centros en un terreno contiguo a [el Penal de] Libertad”, reivindicó Martinelli.

Describió que la cárcel “va a tener una capacidad inicial de 846 plazas, y esas 846 plazas se componen de 88 en celdas individuales de media seguridad, 180 en celdas para tres personas privadas de libertad de media seguridad y 460 en celdas para cinco personas privadas de libertad de baja seguridad, pero además hay 22 plazas en celdas individuales en el centro de misión y clasificación”. Por otro lado, dijo que “hay 30 plazas en celdas para dos personas privadas de libertad para personas trans” y destacó que “este es el primer centro de rehabilitación en Uruguay que va a tener un lugar de alojamiento para personas trans; esto también es importante resaltarlo”.

Además, señaló que “después tenemos 66 plazas en habitaciones para dos personas privadas de libertad en condiciones de preegreso”, al que definió como “un espacio donde aquellas personas privadas de libertad que están próximas a salir puedan salir del régimen general de reclusión”. En este módulo tendrán “otras condiciones, distintas, y se irán preparando para su futuro una vez que recobren la libertad”.

Según afirmó, “además de estas 846 plazas iniciales” este centro puede “ampliarse hasta un 20% sin alterar las condiciones, ni el contrato ni las condiciones de servicios que presta el sistema en este centro de rehabilitación”. De esa manera es posible “llegar a una capacidad máxima de 1.015 personas privadas de libertad”, sostuvo.

Martinelli reiteró que “esto es un cambio de paradigma en los establecimientos de rehabilitación” y remarcó que “damos un paso más en lo que nos hemos comprometido” en este sentido. “Cuando esté finalizada la construcción de los tres centros de Libertad, de este centro y de algún otro que está en proceso de licitación, como la cárcel de Treinta y Tres y algunas ampliaciones, lograremos, por primera vez en la historia de nuestro país, tener realmente hacinamiento cero en los establecimientos de rehabilitación de nuestro país”, afirmó.