En junio del año pasado, un preso mató a su compañero de celda en el Penal de Libertad. El crimen fue en el celdario 1, en la celda 409, donde había sólo dos ocupantes. La víctima recibió 110 puñaladas, que fueron proferidas antes y después de ser asesinado. Además, lo degolló. Cuando los guardias lo encontraron, tenía las manos atadas en la espalda.

La Fiscalía Departamental de Libertad de 2° turno, representada en este caso por los fiscales Cecilia Saavedra y Hugo Pereira, investigó el caso. En un juicio oral, se determinó la condena del agresor por homicidio muy especialmente agravado en régimen de reiteración real con un delito de vilipendio de cadáver agravado. Se dispuso una pena de 28 años de prisión, a lo que se suman cinco años de medidas de seguridad eliminativas, por lo que se espera que esta persona esté 33 años presa por este crimen.

Según informó Fiscalía, para la jueza del caso “es dable indicar que se considera plenamente justificado imponer una pena que se aproxime al máximo legal en virtud de la excepcional gravedad de los hechos de autos, especialmente la brutalidad con que actuó el imputado, así como en virtud de las agravantes específicas relevadas”.