La reunión se llevó a cabo este martes en el club de pesca Ramírez, participaron unas 100 personas y duró seis horas. La idea de Conexión Ganadera era generar un intercambio presencial entre un número “razonable” de sus mayores inversores, debido a las dificultades operativas para citar en un mismo lugar a las 4.000 personas involucradas en el negocio. La situación con este fondo de inversión ganadera se tornó compleja en los primeros días de enero, luego de que algunos inversores denunciaran incumplimientos en los pagos de intereses y amenazaran con denuncias penales.

Durante el encuentro, según pudo reconstruir la diaria, los responsables de la empresa admitieron que se atraviesa una situación patrimonial “difícil”, ya que cuenta con activos por unos 150 millones de dólares, pero el total de la deuda con inversores ascendería a casi 400 millones de dólares.

Ante esta revelación -en resumen, admitir pérdidas por 250 millones de dólares- el director y cofundador de la empresa, Pablo Carrasco, recibió críticas por parte de algunos inversores, ya que en una reunión anterior, en octubre de 2024, la empresa se comprometió a no recorrer el mismo camino que Grupo Larrarte, la primera de las empresas del rubro que cayeron en desgracia por incumplimientos con sus clientes. “Es interesante comprobar que alguien que nos copia y que se porta mal solamente dura tres años. Nosotros hace 25 años que estamos con cero falta”, dijo Carrasco en esa ocasión, durante la celebración de los 25 años de Conexión Ganadera.

Luego de estos primeros reproches, el intercambio entre los responsables de Conexión Ganadera y el grupo de 100 inversores “retomó el cauce” para la búsqueda de salidas a la crisis, según relataron personas que estuvieron en el club de pesca Ramírez.

Un primer “consenso” consistió en descartar el escenario de concurso y empezar a negociar un esquema de acuerdo privado, que implicaría que los inversores renuncien a sus pasivos y formen una nueva empresa en base a los 150 millones de activos (100 millones en ganado, el resto corresponde a bienes inmuebles y créditos a frigoríficos).

Para avanzar en esta línea, la empresa pidió un “compás de espera” de 60 días sin denuncias penales y que todos los inversores acepten “estar en pie de igualdad” en relación al ganado existente. Esta solución debería contar con el apoyo de un número de inversores que cubran el 75% del total del pasivo, lo que involucraría a entre 1.800 y 2.000 inversores. La propuesta de avanzar hacia un acuerdo privado con estas características será analizada este jueves en la reunión virtual a la que fueron convocados todas las personas que invirtieron en Conexión Ganadera (unas 4.000 personas).

Algunos de los damnificados, según pudo saber la diaria, están en contacto permanente con abogados y hay denuncias penales ya redactadas, que se podrían presentar el viernes. El fiscal de Delitos Económicos, Alejandro Machado, recibió unas 110 denuncias de inversores del Grupo Larrarte y a finales de diciembre le derivaron las primeras que ingresaron por la situación de República Ganadera; en esos casos se investigan posibles delitos de estafa, apropiación indebida, abigeato y lavado de activos.

Conexión Ganadera ofrecía cuatro “productos” diferentes a sus socios. El monto mínimo para participar eran 15.000 dólares; en ese caso (inversiones en terneros) la renta fija anual es de 7% y los contratos se renuevan cada seis meses. En las inversiones de ganado para engorde el monto mínimo son 20.000 dólares, con plazos de entre 12 y 18 meses, y rentabilidad de 8%. En el caso de los animales de cría (vacas preñadas o recién paridas) se ofrecía un bono ganadero que se renueva cada dos años; la inversión mínima eran 25.000 dólares y la rentabilidad anual llegaba a 9%. Finalmente, el llamado “pool ganadero” requiere una inversión mínima de 50.000 dólares, con contrato a dos años y una rentabilidad anual variable (entre 9% y 11%).