Un policía de iniciales FTEA, que depende de la Jefatura de Policía de San José, fue imputado por varios delitos sexuales. El caso estuvo a cargo de la Fiscalía de San José de primer turno, a cargo de Serrana Corsino.
El agresor sexual fue imputado como autor de reiterados delitos de retribución o promesa de retribución a personas menores o incapaces para que ejecuten actos sexuales o eróticos de cualquier tipo, reiterados delitos de comercio, almacenamiento y difusión de material pornográfico en que aparezca la imagen u otra forma de representación de personas menores de edad o personas incapaces en la modalidad de almacenamiento y difusión, todo ello en régimen de reiteración real. Se dispuso su prisión preventiva.
La denuncia fue presentada por los padres de una adolescente de 13 años, sobrina del imputado. Según denunciaron, la adolescente había estado recibiendo numerosos mensajes telefónicos de su tío. Alertada la madre sobre los mensajes, le preguntó a su hija y ella “le relató la naturaleza de estos mensajes, resultando inapropiados y con contenido de índole sexual”, indicaron desde la fiscalía en un texto escrito por la Unidad de Víctimas y Testigos.
La adolescente manifestó que, además, el policía le dijo “borrá todo porque, si no, me matan”. Además de esta adolescente, se presume que otra sobrina del imputado, también adolescente, fue víctima del policía.
Tras la denuncia, que fue presentada en sede fiscal por ser el imputado policía, se dispuso el allanamiento del domicilio del agresor, de donde se incautaron varios dispositivos electrónicos.
“Del análisis de este material, aún incipiente y a cargo del Laboratorio de Análisis Informático de la Dirección Nacional de Policía Científica, se extrajeron conversaciones que muestran la clara existencia de una retribución o promesa de retribución a la víctima a fin de ejecutar actos con connotaciones sexuales. Entre los muchos mensajes, surgen algunos en los que el imputado le decía a la víctima que la cantidad y calidad de los ‘premios’ o regalos dependían de lo que él obtuviera de ella”, indicaron desde la fiscalía.
“Además de estos mensajes, se extrajo de los dispositivos –hasta el momento– innumerables archivos de videos y fotografías con pornografía y abuso sexual infantil y en línea; contenido que el imputado descargó de Internet u obtuvo participando en grupos de plataformas donde se difundían contenidos de sexo explícito”, señalaron, y agregaron que, “a modo ilustrativo, sólo en uno de los archivos analizados se encontraron más de 100.000 elementos, imágenes y videos explícitamente pornográficos que involucran a personas menores de edad”.
Según la fiscalía, “se están analizando, asimismo, los chats extraídos del celular del imputado, compuesto por una vastísima cantidad de archivos donde también se verifica la difusión del material explícito, es decir, con imágenes y videos de menores de edad. Consta de una extensa cantidad de archivos, sólo el primero tiene más de 35.000 páginas y del que únicamente se ha podido analizar un 10% hasta el momento”. Por eso, remarcaron que “queda aclarar que lo señalado respecto del material hallado es resultado de un análisis muy primario, siendo esperable que del estudio más abarcativo surjan más elementos a considerar en la presente investigación”.