La defensa del exdiputado del Frente Amplio Gustavo Olmos solicitó al juez de garantías Matías Porciúncula que se establezca un plazo para que la fiscal Mariana Alfaro tome una resolución, en el marco de la causa que lo investiga por acoso sexual a la exdiputada Martina Casás. El magistrado aceptó el pedido y determinó que la fiscal se debe expedir en un plazo de 120 días.
En la audiencia, según informó El Observador, el abogado Diego Camaño, que patrocina a Olmos, cuestionó que hace más de 14 meses que se encuentra abierta la investigación y, a su entender, no existe una “complejidad” que justifique la demora de la fiscal. “Hace 427 días... 427 días… que esta investigación está abierta, es decir, más de 14 meses… Pero hace 281 días, es decir, más de nueve meses, más concretamente, desde mayo de 2024, que no ha habido ninguna actividad de la Fiscalía en esta investigación. Es decir, 281 días de inactividad, inactividad de la Fiscalía desde lo último que sucedió, que fue la declaración de mi cliente que está aquí presente en el mes de mayo del 2024. Y lo tercero, hace más de seis meses que hemos perdido la comunicación con la Fiscalía”, expresó.
Camaño expresó que la fiscal no puede demorar tanto en laudar “si dos besos en un despacho son un delito”. Según dijo, hay una “denunciante que dice que en un despacho un día le dieron un par de besos contra su voluntad, pero toda la actitud posterior demuestra esta cosa. No hay testigo, no hay nada; había algunas personas ahí en ese momento. Hubo un beso previo que ella negó... Eso es lo que se denuncia como delito sexual y violencia de género. No quiero entrar al fondo del tema, pero complejidad no hay, no hay organización criminal, no hay muchos imputados, no hay nada de un delito que requiera, digamos, la complejidad de investigación”.
Alfaro, en tanto, anunció que apelará la decisión del juez y sostuvo que cuatro meses es un plazo “sumamente acotado” para concluir la investigación. También argumentó que los besos son “actos sexuales”, al igual que cuando “se hace un roce cuando una persona pasa por un escritorio; son actos sexuales, y no es menor por más que no se coincida o se señale que los besos fueron consentidos. Son casos complejísimos desde el punto de vista penal para llegar a un estándar de evidencias que sea suficiente como para realizar la formalización”, expresó.