La fiscal especializada en Delitos Sexuales de 2° turno, Mariana Alfaro, archivó la denuncia penal contra el exdiputado del Frente Amplio Gustavo Olmos que hizo la legisladora suplente de su sector Martina Casás, por entender que no existen “elementos suficientes” que acrediten la existencia de “la comisión de un delito de abuso sexual”.
En su dictamen, al que accedió la diaria, la fiscal relata que Casás denunció a Olmos el 11 de diciembre de 2023 por acoso laboral “y eventualmente un delito de abuso sexual”, señalando “haber vivido situaciones de contacto físico no deseado”.
Casás, que trabajó con Olmos desde 2020, acusó al exlegislador de ejercer violencia en el ámbito político y laboral desde setiembre de 2022 a fines de octubre de 2023, cuando, luego de concluir “una reunión en el despacho de ambos en el Palacio Legislativo, Olmos se le acercó y le dio tres besos en la boca y le dijo que tendrían que arreglar las giras para estar juntos”.
El primer hecho que narró Casás se dio en setiembre de 2022 cuando “fueron a Salto a una gira, donde tenían varias actividades agendadas; al terminar, le preguntó si conocía la represa hidroeléctrica, bajaron del auto y ahí Olmos se le acercó, le dio un abrazo muy largo, empezó a darle besos en la frente y en el cachete, y ella le dijo de ir al auto, siendo la primera vez que se sintió incómoda”.
A partir de ese hecho, Casás “empezó a buscar estrategias de escape, a buscar maestrías en el extranjero (...) indicó que sentía que al volver de los viajes en los que exponía sobre cambio climático la situación se acentuaba un poquito más. Le decía que la había extrañado, volvía con los abrazos largos, besos cerca del cachete, que una vez le dio un beso en la nariz”, apuntó.
Olmos, por su parte, declaró ante la fiscal que tenían una “relación de ‘chichoneo’”, que no eran amantes, pero sí que “eran muy afectuosos, con expresiones físicas de afecto, como abrazos, beso al saludarse, caricias en la cabeza, algún masaje de hombros, nada erótico (...) que un día ella al irse le dio un pico, no pasó nada y el episodio que genera la denuncia, un año antes de la declaración, es similar, se dieron dos picos y luego fueron a buscar comida”.
Además declaró que “unos días antes de denunciarlo le pedía que la llevara en auto. También señaló que ella no dependía de él, sino de la agrupación política, que, por ende, su trabajo no peligraba por él”, señaló la fiscal.
Para determinar el archivo del caso, la fiscal señaló que, “de acuerdo a lo declarado por la víctima, se descarta el uso de la fuerza, no habiendo existido violencia física; también se descarta amenazas, ya que Olmos nunca desplegó una conducta amenazante, de su integridad, de terceros o directa sobre su continuación en la fuerza política o en la actividad”.
Además, consideró, entre otras evidencias, conversaciones por Whatsapp entre la víctima y el indagado que, según la fiscal, denotan “un relacionamiento cariñoso por parte de ambos, donde el indagado la trata de princesa y reina, y la víctima tiene otras similares en las que le dice Tatito, le pide o acepta más de una vez que la lleve en el auto, le dice que se fue sin que pudiera darle un beso que le dure hasta el lunes, donde refieren a extrañarse apenitas y la víctima señala que lo tiene abandonado, bromea con que la intercambie por 68 camellos, lo trata de corazón, le pregunta si quiere que le deje un beso”.
“Ninguna de las evidencias apunta a que ella dependiera de Olmos para continuar. De hecho, surgen de las declaraciones de la propia víctima y del indagado, así como de muchos testimonios, que el trabajo de Casás era valorado muy positivamente; ella consideraba que trabajaba y estaba a la par de Olmos y que la banca también le pertenecía”, sostiene la fiscal en su dictamen.
Además, plantea que se trató de un vínculo que fue incrementando en expresiones de afecto progresivamente. “No se trató de hechos abruptos, un cambio de conducta, sino que a medida que aumentaba el cariño y la confianza entre ambos existió una evolución en las formas de relacionarse, fue algo progresivo (...) no puede soslayarse que en la carpeta hay evidencias que indican un accionar de la víctima que pudo haber sido interpretado como un consentimiento, como una complicidad o correspondencia con el interés del indagado”.
Ante el archivo del caso, la exlegisladora tiene 30 días para pedir la revisión por una fiscal subrogante, que en este caso será Daniela Revello, algo previsto en el artículo 98.2 del Código del Proceso Penal. Una vez que Casás concrete el pedido de revisión, la fiscal subrogante analizará el caso desde cero y podría confirmar el archivo o pedir la imputación de Olmos por los delitos denunciados.