Una exposición del edil frenteamplista Federico Martínez, candidato a diputado por la agrupación La Patriada, desató un largo debate en el plenario del martes 23 sobre la seguridad pública en el departamento. Dentro de lo esperado, oposición y oficialismo intercambiaron posturas, compararon gestiones de gobierno y manejaron las cifras sobre criminalidad a su conveniencia.
Finalmente, quizás por los tiempos electorales que corren, ediles de todas las bancadas asumieron que Maldonado atraviesa “un grave problema de inseguridad” y se comprometieron a “trabajar” por soluciones; un consenso inusitado en las sesiones del legislativo departamental. En medio, un enfrentamiento personal entre Martínez y el nacionalista Adolfo Varela quebró el clima unitario que, con obvios matices, primó en el plenario.
“Más allá del palo político”
Federico Martínez comenzó su oratoria con un repaso de la crónica roja que ocupó los portales informativos del departamento en los últimos meses, mientras acompañaba sus palabras con imágenes de videocámaras y capturas de titulares sobre homicidios, robos de motos, rapiñas, enfrentamientos con cortes frente a la Jefatura de Policía, entre otros delitos violentos.
El edil reconoció que “no es una situación nueva” y que “tampoco es de exclusiva responsabilidad del Ministerio del Interior”, pero consideró que, en tiempos de giras de campaña, el miedo y la preocupación de la gente se palpa mucho más.
Entonces opinó que una de las causas de la inseguridad pública es la falta de políticas interinstitucionales y de cruzamiento de datos para aplicar en el territorio, sobre todo desde el Ministerio de Desarrollo Social, la Intendencia de Maldonado y otros organismos públicos con equipos sociales. Advirtió, además, que muchas cámaras del millonario sistema de videovigilancia departamental –que aún paga toda la población mediante una tasa adicional a la contribución inmobiliaria– están “fuera de funcionamiento desde el día uno”.
Agregó que la Policía “carece de una política de prevención y está llegando tarde a los delitos”, por lo que interviene después de que las personas son vulneradas o violentadas bajo diferentes modalidades delictivas. También habló sobre los espacios que deja el Estado en el abordaje de las personas con consumo problemático de drogas. “Espacios que son ocupados por iglesias y organizaciones que luego, aliadas con políticos, terminan poniendo a esas personas a trabajar para sus campañas o a vender paños de piso”, apuntó.
“Maldonado está complicado y no es novedad, pero ¿qué estamos haciendo para que esto se solucione? No es un tema de campaña, es un tema de todos los días”, dijo Martínez. Más adelante, definió su planteo como “un llamado de atención a toda la Junta” para “que cada edil exija soluciones a sus correligionarios o compañeros”. “Es un pedido para todos, más allá del palo político”, enfatizó.
¿Qué dijeron los blancos?
El debate comenzó cuando los ediles fundamentaron su voto sobre el destino que tomarían las palabras de Martínez. En filas blancas abrió Osvaldo Matteu. Dijo que estaba “en un todo de acuerdo con que hay que trabajar” frente a la “violencia impresionante” y la cantidad de personas en situación de calle a quienes el Ministerio de Desarrollo Social da techo y comida por la noche, pero que durante el día no saben cómo vivir.
“¿Qué estamos haciendo los ediles para que eso no suceda?”, cuestionó Matteu, y sugirió la creación de una comisión especial o una movida conjunta para “ir a hablar al ministerio”. Después asumió que el gobierno de coalición “tiene un poco de culpa”, pero instó a la oposición a “aceptar que el problema viene de otros gobiernos”.
Una postura menos salomónica esgrimió su compañero de bancada Ronald Martínez. Aunque consideró “acertada la preocupación” planteada por el Martínez del FA, sostuvo que “es muy difícil luchar con una decadencia que viene desde hace 15 años, cuando no se cerraban las bocas de drogas porque se decía que eran un medio de vida y la Policía no entraba a los barrios peligrosos”.
Después quiso quebrar una lanza por el plan de videovigilancia instrumentado por el intendente Enrique Antía desde 2016. “Cuando hablamos de las cámaras, es cierto que hay un problema con la prevención, pero gracias a las cámaras la Policía de Maldonado tiene el 100% de casos aclarados”, dijo. No consideró que la información sobre el porcentaje de delitos aclarados en Maldonado, disponible en el sitio del Observatorio del Ministerio del Interior, echa por tierra tal afirmación. “No se puede hacer demagogia con algunos datos”, concluyó como en un lapsus.
La edila Eva Aval, también del PN, dijo coincidir con el planteo “de fondo” de Federico Martínez y abogó por la aprobación de la ley de allanamientos nocturnos y el endurecimiento de las penas “para quienes usen a menores en delitos de microtráfico”. Opinó que “cuanto más se hable de inseguridad” –un tema que consideró “innegable”– “más cerca se estará” de instrumentar esas medidas. “A ver si conversando entendemos que la realidad nos pasó varias veces por arriba y que necesitamos que haya leyes y haya un criterio unificado para la defensa del ciudadano que se comporta”, redondeó.
Esteban Cabrera, uno de los más jóvenes en filas blancas, opinó que el futuro presidente y el futuro intendente “tendrán que trabajar bastante” en este asunto, “con una mano dura que no pasa por reprimir estudiantes, sino por atacar los delitos más graves”, como el narcotráfico. “Nos alegramos de que encuentran un cargamento de droga y se nos están pasando muchos más; cuando encuentran uno, es por alguna equivocación”, dijo, para “adherir al planteo” del edil frenteamplista e instar a “trabajar todos juntos para aminorar la delincuencia”.
Andrea Vicentino también “compartió” las palabras de Martínez, pero quiso hacer referencia a “algunos datos que no estaban del todo certeros”. A modo de ejemplo, dijo que los homicidios registrados en 2023 “con respecto a 2018 son menos, no más”. Pero Martínez no había tomado esa referencia: el edil frenteamplista recordó que los homicidios aumentaron 58% de 2022 a 2023 en Maldonado, según el Observatorio de Criminalidad.
Otro joven blanco, Ignacio Méndez, sostuvo que el frenteamplista Eduardo Bonomi fue “el peor ministro de la historia” y que el FA “no arregló” nada durante sus tres gobiernos. “¿Esperan que en tres años hagamos magia con una ley?”, dijo. Después intervino su correligionaria Alejandra Scasso, quien arriesgó que “todos los delitos han bajado, sistemáticamente, en este gobierno; cosa que no pasaba en los gobiernos anteriores”.
La colorada Susana de Armas se manifestó “de acuerdo con lo expresado” por Federico Martínez. “Falta cultura. Falta integración entre el gobierno nacional y el departamental. Falta seguridad de los policías para su trabajo: los chalecos están vencidos, no cuentan con suficientes armas. Se necesita inversión”, evaluó la edila. “Me alegro de que todos los partidos estemos de acuerdo y espero que quienes queden sigan trabajando, porque esto está muy grave”, remató.
Frente Amplio: “Un llamado al diálogo”
En la bancada del FA, Joaquín Garlo elogió la “claridad” de la exposición de Martínez y aprovechó para recordar las gestiones realizadas por el diputado Eduardo Antonini para “enterar” al ministro del Interior, Nicolás Martinelli, sobre la inseguridad que aqueja “a todas las localidades” y conseguir que el secretario de Estado se interesara personalmente por la situación.
El edil remarcó que el FA no responsabiliza a alguien en particular ni pide la renuncia del ministro –como ocurrió en la era de Bonomi–, sino que hace “un llamado” al diálogo y al abordaje multicausal de la problemática. En el mismo tono se expidieron sus compañeros de bancada Ricardo Castro, Leonardo Pereira y Marie Claire Millán, aunque cuestionaron “los recortes presupuestales que afectan las políticas públicas para los sectores más vulnerables”.
También hubo referencia a “la promesa de soluciones” que planteó la coalición de gobierno a través de la ley de urgente consideración y el aumento “desproporcionado” de las penas. “¿La mano dura es la solución? Cuidado con el discurso fácil y con espejitos de colores, porque mientras el discurso resuena la gente espera soluciones concretas”, advirtió Garlo en otra intervención.
### Los ataques cruzados entre Martínez y Varela
Durante el debate, Federico Martínez y Adolfo Varela intercambiaron acusaciones personales sobre presuntos pedidos de favores políticos, estafas, y apropiación de bancas.
Al principio, Varela dijo que estaba de acuerdo con el planteo y deslizó que le parecía “interesante el cambio de discurso, ya que antes era negacionista” de los problemas de seguridad.
Entonces sacó a colación el pasado blanco de Martínez: “Cuando el edil era militante del Partido Nacional venía a la Junta, entre 2015 y 2010, cuando planteábamos los problemas de seguridad que se estaban generando. En aquel momento hubo una ida y venida constante de jefes de Policía porque el gobierno no dio pie en bola”, fustigó.
Martínez no soslayó los comentarios y, apenas pudo, respondió. Primero sugirió que Varela erró a las fechas y después lanzó la frase detonante de una discusión que se prolongó por un buen rato: “Nunca tuve problema con mi conducta, no he tenido que salir en un programa de investigación nacional ni me le quedo con la banca a nadie”.
Aludía, veladamente, a las denuncias que aparecieron en 2022 en el programa Santo y seña, que presentó a Varela como autor de una estafa por intermedio de la empresa de criptomonedas Inbierto, algo que el blanco negó y explicó en aquel momento, sin consecuencias. Martínez también se refería a que Varela tiene una banca de Unión y Cambio, sector del que luego se apartó.
En su contraataque, Varela acusó a Martínez de “no entender el juego político” e ir “al ataque personal por cuestiones privadas”. “No tengo una sola escritura en un juzgado o comisaría en mi contra”, se defendió. Después sostuvo que, cuando pertenecía al PN, Martínez pedía favores políticos a sus correligionarios: “Venía a la Junta a pedir que lo metiéramos en una empresa. Sólo sabe ser empleado, porque nunca salió a emprender solo. Está bien que se haya ido del PN; no queremos esa gente”.
Incansable, castigó a su opositor por ser “candidato de un sector [La Patriada] que ocupa la banca de un sector [Convergencia Progresista-Lista 738] al que ya no pertenece”. Tampoco dejó pasar que Martínez es edil suplente: “Para ser edil hay que sacar listas, votos, y llegar a la Junta como vengo llegando desde hace 20 años”, dijo, y sugirió que ambos salieran “a otro lado” para discutir los temas personales.
El presidente de la corporación, Alexandro Infante, tuvo que intervenir para apaciguar los ánimos. Los invitó a “terminar con el jueguito” y asumir “las consecuencias” de embarcarse en esa situación. Mientras los ediles seguían cruzando comentarios fuera de micrófonos, Infante propuso votar otros asuntos y a los pocos minutos terminó la sesión.