La Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y sus aliados, liderados por Rusia, que juntos forman el grupo conocido como OPEP+, comunicaron la decisión de reducir a partir de noviembre la producción de dos millones de barriles de crudo diarios para presionar los precios al alza.

En un comunicado publicado al término de la reunión de los ministros de los países de la organización con sede en Viena, la capital austríaca, realizada el miércoles, la OPEP+ confirmó su decisión de bombear en conjunto desde el próximo mes un total de 41.856 millones de barriles diarios, frente a los 43.856 millones de agosto, de acuerdo a lo que informó eldiario.es.

Arabia Saudita y Rusia (el segundo y el tercer mayor productor de petróleo del mundo; el primero es Estados Unidos) extraerán respectivamente 10.478 millones de barriles de crudo por día, frente a la cuota de 11.004 millones pactada anteriormente, lo que implica un ajuste a la baja de 526.000 barriles diarios cada uno. Como era previsible, los futuros que cotizan sobre el petróleo en los mercados financieros empezaron a subir desde que se conoció la decisión de la OPEP.

El recorte de la producción significa un duro golpe para los países europeos, que importan prácticamente la totalidad del petróleo que utilizan, que, además, se comercia en dólares, en un momento en que el euro está cotizando en mínimos históricos respecto de la moneda estadounidense. Además, la decisión cayó en un momento de mucha preocupación en Europa sobre la cuestión energética, con la guerra entre Rusia y Ucrania como telón de fondo, cuestión que generó el recorte de las importaciones de las naciones europeas de los hidrocarburos rusos.

La noticia sobre la decisión tomada por la OPEP cayó muy mal también al gobierno estadounidense que encabeza Joe Biden.

“El presidente está decepcionado por la decisión miope de la OPEP+ de recortar las cuotas de producción mientras la economía global lidia con el continuo impacto negativo de la invasión de Ucrania por parte de [Vladimir] Putin”, expresaron en un comunicado Brian Deese, director del Consejo Económico Nacional, y Jake Sullivan, el asesor de seguridad nacional.

En la misma línea, el miércoles, poco después de conocer la noticia, la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karine Jean-Pierre, dijo en una conferencia de prensa: “La decisión de la OPEP de recortar las cuotas de producción es cortoplacista, mientras la economía mundial está lidiando con el continuo impacto negativo de la invasión de Ucrania por parte de Putin. Si la decisión de la OPEP tiene un impacto significativo en los precios, será sobre todo en los países de renta baja y media”. Por su parte, desde Viena, el ministro saudita de Energía, Abdelaziz bin Salman, rechazó responder a una pregunta de un periodista sobre la posición de la OPEP ante la reacción estadounidense y aseguró que la decisión tomada no está poniendo en peligro el mercado energético.

“Hay que ser proactivos. Es una medida básica que estamos aplicando. Esto nos permite mantener un mercado petrolero sostenible”, afirmó el jerarca saudita, según consignó la agencia Euronews.

El portal estadounidense The Hill recordó que el próximo mes serán las elecciones de medio término, en las que se renovará toda la Cámara de Representantes y un tercio del Senado, por lo que un eventual aumento de los precios de los combustibles representa una amenaza para los esfuerzos demócratas por mantener las mayorías en ambas cámaras. Biden, funcionarios de su gobierno y otros políticos demócratas afirman desde hace meses que las influencias externas son las culpables de los sucesivos aumentos de los precios que hubo en los últimos tiempos.