La vicepresidenta argentina, Cristina Fernández, presentó este viernes el alegato en su defensa en la causa Vialidad, en la que se investigan supuestas irregularidades en la concesión de obra pública y por la cual la fiscalía pidió su condena. En una exposición de más de una hora, se refirió también al intento de asesinato que sufrió el 1 de setiembre. Consideró que las cuatro personas detenidas por ese atentado, entre ellas quien le apuntó con un arma, Fernando Sabag Montiel, “no son autoras intelectuales” del crimen.

La expresidenta resaltó que uno de esos detenidos, Gabriel Carrizo, un vendedor de algodón de azúcar, tiene como abogado a Gastón Marano, quien a su vez era asesor de un senador de la coalición opositora Juntos por el Cambio, Ignacio Torres. Cuando trascendió que el abogado defendería a Carrizo, Torres decidió desvincularlo de su cargo.

Este viernes, en alusión a Carrizo, a quien calificó como “jefe de la banda pequeña”, Fernández destacó: “Sus abogados defensores eran asesores de un senador de la Nación, alguien que se sienta a 20 metros mío. Su asesor [el de Torres] defiende a quien me quiso matar”, afirmó.

“Yo hasta el 1 de setiembre creía que esto era para estigmatizarme, proscribirme, denigrarme, difamarme, calumniarme, pero a partir de ese día me di cuenta de que puede haber otra cosa más atrás de todo esto”, dijo. “Parece como que desde el ámbito judicial se da licencia social para que cualquiera pueda pensar y hacer cualquier cosa”, agregó.

Fernández recordó que este año su despacho en el Congreso fue vandalizado y que en marzo “aparecieron afiches en toda la ciudad con un cartel de ‘asesina’” con su rostro. Según citó la agencia Télam, cuestionó que el juez porteño Manuel de Campos, que investigó esto, “se negó sistemáticamente a los pedidos del fiscal Leonel Gómez Barbella, que pidió la indagatoria de las personas que había individualizado que podían ser responsables de encargar y pegar los afiches”.

“Los jueces que me juzgan a mí, los que están en Casación y uno de los integrantes de este tribunal, son amigos [del expresidente Mauricio Macri] y juegan al fútbol en la quinta Los Abrojos”, afirmó.

La vicepresidenta agregó: “Y que terminen con eso de la impunidad. ¿Qué impunidad? ¿Yo impunidad? Tengo cinco causas de asociación ilícita. Si quieren impunidad, miren para otro lado. La verdad, yo me siento en estado de indefensión. Muy intranquila”.

“Hubo toda una fábula montada para traerme de los pelos a mí a este juicio”, afirmó la expresidenta. “La acusación de los fiscales viola la Constitución” porque “un gobierno elegido por el pueblo no puede ser considerado como una asociación ilícita”, dijo.

“Si tres gobiernos constitucionales fueron asociaciones ilícitas, ¿qué pasa con todo lo acontecido en 15 años en la República Argentina? Nadie puede estar medio embarazado”, dijo, y evaluó que si esa acusación se sostiene, “quiere decir que todos los actos de la asociación ilícita son ilegítimos por ser los frutos del árbol envenenado”. Incluso “llegaríamos al ridículo de que el fiscal [Diego] Luciani no podrá estar en esta causa porque no es fiscal, porque se lo firmé yo, la jefa de la asociación ilícita”, argumentó. “¿Se dan cuenta adónde vamos? Al desastre, al desastre que hoy en cierta manera también tenemos en la República Argentina en el ámbito judicial”, concluyó.