El secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), António Guterres, pidió este fin de semana a los países que integran este organismo que “garanticen la continuidad de las operaciones de la UNRWA [Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina]”. Nueve países le suspendieron su financiamiento después de que la UNRWA informara, el viernes, que desvinculó a algunos de sus empleados por sospechas de que participaron en los atentados terroristas del 7 de octubre en Israel.

Tomaron esa medida Estados Unidos, Alemania, Reino Unido, Canadá, Países Bajos, Suiza, Italia, Finlandia y Australia, hasta que se investiguen las acusaciones.

Ante las sospechas, transmitidas por Israel al titular de la UNRWA, Philippe Lazzarini, la agencia suspendió el contrato de los empleados supuestamente involucrados en los atentados de Hamas y la ONU inició una investigación sobre esa agencia, a cargo de su Oficina de Servicios de Supervisión Interna.

Desde 1948, la UNRWA trabaja para brindar ayuda a los seis millones de refugiados palestinos que se encuentran en la Franja de Gaza y Cisjordania, pero también en Líbano y Jordania.

Mahmud Abbas, el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, llamó a dar marcha atrás con la suspensión de fondos, que “implica un castigo injusto e inhumano para millones de palestinos”. Afirmó que existe una campaña para “liquidar” la cuestión de los refugiados, uno de los puntos en los que israelíes y palestinos nunca se han puesto de acuerdo en las distintas negociaciones de paz.

“La UNRWA es el salvavidas de más de dos millones de palestinos que se enfrentan al hambre en Gaza. No debería ser castigada colectivamente por acusaciones contra 12 personas de sus 13.000 empleados”, manifestó el ministro de Relaciones Exteriores de Jordania, Ayman Safadi.

Por su parte, la Liga Árabe, integrada por 22 países, pidió a los gobiernos que anunciaron “el cese de su financiación a la UNRWA que reconsideren y se retracten” para evitar cargar a esa agencia “con el peso de las injustas acusaciones israelíes contra algunos” de sus integrantes, de acuerdo con la agencia Efe. También la Liga Árabe afirmó que existen “campañas sistemáticas israelíes para perjudicar a la UNRWA, incluida la incitación a atacarla”, y cuestionó que se acuse a su personal “sin investigación ni escrutinio”.

En una conferencia de prensa que dio junto a su par de Arabia Saudita, el canciller de Egipto, Sameh Shukri, se declaró asombrado de la decisión de los nueve países y señaló que esa organización es “la única que ayuda a los palestinos”. A su vez, un portavoz del Ministerio de Relaciones Exteriores de Irán, Naser Kananí, dijo en un comunicado que “en lugar de anunciar la suspensión de su ayuda a la UNRWA, estos países deberían parar la ayuda militar al régimen sionista y su apoyo político a sus líderes criminales”.

Por su parte, el ministro israelí de Relaciones Exteriores, Israel Katz, agradeció a los países que suspendieron sus aportes a la UNRWA. De acuerdo con France24, Katz dijo que su país intentará asegurarse de que la UNRWA no “forme parte del día después” de que termine la guerra en Gaza y manifestó su expectativa de “detener” todas sus actividades.

“Si las acusaciones resultan ser ciertas, Canadá espera que la UNRWA actúe inmediatamente contra aquellos que se determine que han estado involucrados en los ataques terroristas de Hamas”, dijo el ministro de Desarrollo Internacional de Canadá, Ahmed Hussen, según citó France24. En cambio, la ministra de Relaciones Exteriores de Australia, Penny Wong, reconoció la respuesta “inmediata de la UNRWA, incluida la rescisión de contratos y el inicio de una investigación”.

Para Lazzarini, “es impactante ver una suspensión de fondos a la agencia en reacción a las acusaciones contra un pequeño grupo de personal, especialmente teniendo en cuenta la acción inmediata que tomó la UNRWA al rescindir sus contratos y pedir una investigación independiente y transparente”.

Milicias proiraníes de Irak mataron a tres soldados estadounidenses

El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, comunicó este domingo que tres soldados estadounidenses murieron en un ataque lanzado desde un dron por “grupos militantes radicales respaldados por Irán que operan en Siria e Irak”. Esa ofensiva, en la que otras 25 personas fueron heridas, tuvo lugar en la frontera entre Jordania y Siria. “Vamos a responder”, dijo Biden, según informó CNN. El ataque fue reivindicado por la Resistencia Islámica en Irak, que nuclea a varias milicias iraquíes pro-Irán y que ha colaborado con el gobierno iraquí en el combate al grupo yihadista Estado Islámico.