La organización Abuelas de Plaza de Mayo anunció este martes la restitución de la nieta 139, a menos de un mes de encontrar al nieto 138.

Cerca de las 14.15 empezó la conferencia de prensa encabezada por Estela de Carlotto, presidenta de la organización, en el auditorio de la Casa por la Identidad del Espacio Memoria y Derechos Humanos, ex ESMA, en Buenos Aires.

“Iniciamos el 2025 con la felicidad de otro encuentro, ¡bienvenida 139!”, dijo Carlotto antes de anunciar la restitución de la identidad de la hija de Noemí Beatriz Macedo y Daniel Alfredo Inama, apropiada durante la última dictadura civil-militar argentina.

Ambos militantes del Partido Comunista Marxista Leninista, Noemí y Daniel fueron secuestrados en noviembre de 1977, cuando ella cursaba el sexto o séptimo mes de embarazo.

“Los dos fueron vistos por sobrevivientes en el Centro Clandestino Club Atlético. En el mismo operativo en que secuestraron a Daniel, también se llevaron a otros compañeros del partido: Teresa Galeano, Jorge Giorgieff, Beatriz Longhi y Oscar Ríos. Todos permanecen desaparecidos”, detalló Carlotto.

La nieta 139 nació entre enero y febrero de 1978. Daniel tuvo dos hijos de otras dos relaciones, Paula y Ramón Inama, que se criaron juntos y siempre supieron del embarazo de Noemí. Ramón es compañero de la organización de abuelas y estuvo presente en la conferencia para dar la bienvenida a su hermana.

Carlotto leyó el testimonio que dio Ramón hace un tiempo para una campaña de la organización: “El día que te encontremos no queremos que dejes atrás la vida que construiste, queremos formar parte de ella. Abrazarte, que conozcas a tus sobrinos; ellos también te van a abrazar”.

Al tomar la palabra, Ramón manifestó, emocionado: “Es un momento muy difícil, pero lindo a la vez”. Contó que en La Plata, de donde es oriundo al igual que lo era su padre, “buscamos a esta hermana muchísimo”. “Pensamos que agotamos todas las instancias, que era un caso cerrado”, confesó y continuó, “sin embargo, las Abuelas nos demuestran por 139 veces que nunca es el último paso, la última esperanza”.

La familia de su padre fue diezmada por el terrorismo de Estado: el padre de Daniel, Laudelino Macedo, su hermana, Gloria Nelly, con su compañero Rubén Justo García y la hija de ambos, Miriam Viviana García, y otro cuñado, Oscar López Lamela, “fueron secuestrados y continúan desaparecidos”, relató Carlotto.

Sobre la madre de Daniel, Lucila, Carlotto contó que “la desaparición de su hijo fue un golpe muy duro. A partir de ese momento, cada cumpleaños, cada fiesta tuvo una carga de dolor y de tristeza. Falleció el 20 de abril del 2013 en la trágica inundación que afectó a la ciudad de La Plata y sus alrededores. Nunca dejó de buscar a su nieto y nieta. ‘Desde algún lugar lo guiará en la búsqueda’, manifestamos por entonces desde Abuelas. Y parece que así fue”, dijo.

La búsqueda

Abuelas de Plaza de Mayo recibió información anónima sobre el caso, que sistematizó y relevó para iniciar la investigación. “En articulación con la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad [Conadi] se continuó con el abordaje del caso”, explicó Manuel Gonçalves Granada, nieto de identidad restituida y miembro de la Comisión Directiva de Abuelas, y agregó que, desde la Conadi, se requirió la documentación a las diferentes dependencias nacionales y provinciales, entre ellas el Registro Unificado de Víctimas del Terrorismo de Estado (Rupte), “que corroboró y aportó información clave”.

En noviembre de 2024, la nieta 139 fue convocada por la Conadi para brindarle la información y ella accedió a concurrir al Banco Nacional de Datos Genéticos, que ayer confirmó su identidad.

Una vez más, Carlotto destacó la importancia de la “lucha colectiva” y de la “continuidad de las políticas de Estado”. Valoró como “central” el papel de la Secretaría de Derechos Humanos y aseveró: “Esta secretaría y sus políticas deben seguir siendo sostenidas por el gobierno con la totalidad de sus trabajadores y trabajadoras”.

La familia de la nieta 139

Ramón, que es escritor y poeta, recuperó un texto que escribió para el movimiento Teatro por la Identidad, en el que le hablaba a la que, ahora sabe, es su hermana: “Puedo decirte quién soy y escribirlo con los ojos cerrados sin temor a equivocarme. Puedo contarte también de tu hermana, a la que a veces le dicen Lorena, pero que se llama Paula. Sin embargo, no puedo decirte, o más bien no me animo, a contarte sobre tu padre, tu mamá, y de ambos su destino”, leyó Ramón.

Continuó: “Tus abuelas se fueron sin conocerte, una primero que la otra, aunque las dos en una misma negra noche”. “De más chico me preguntaba a mí mismo más seguido por vos. Me daba miedo tal vez haberte cruzado en la mirada, o quizás haber intercambiado una palabra sin saber uno de la otra”, escribió Ramón en 2019.

“Lo único que me sale decirte, y decirme, y decirnos a todas y todos, es que sigamos buscando hasta encontrarte, hasta encontrarnos”, cerraba el texto, al que agregó: “Y te encontramos”.