Federico Medina

Fue una de las figuras claves del movimiento beat de los 60 en Montevideo. Muy joven, viajó a París y Ginebra, y luego, exiliada, recorrió Latinoamérica. Dejó de cantar durante décadas y su figura se volvió leyenda, parte del mito sobre el nacimiento de esa extraña música uruguaya no comprendida del todo al principio y redescubierta lentamente en su belleza de relieves y brillos escondidos, de detalles imperfectos y naturaleza genial. Aquí habla de aquellos años, de su amistad con Eduardo Mateo y Mario Benedetti, de la violencia de la represión dictatorial, de su concepción del arte y la militancia, y de sus constantes proyectos.