El presidente electo de Brasil tendrá que pasar de los dichos a los hechos y las que vienen serán semanas de intensas negociaciones antes de su asunción, prevista para el 1º de enero del año que viene, en Brasilia.
Por lo pronto, una de sus propuestas, la de reducir los ministerios de 29 a 15 “como máximo” para recortar gastos, le será bastante difícil de llevar adelante. El miércoles, luego de una reunión con representantes del ámbito industrial, Bolsonaro anunció en una transmisión en vivo en Facebook que no seguirá adelante con su idea de fusionar los ministerios de Economía, Industria y Comercio Exterior.
También manifestó que mantuvo reuniones con productores agropecuarios y representantes de sectores vinculados al agronegocio, por lo que es posible que no siga adelante con su idea inicial de fusionar el Ministerio de Agricultura con el de Medio Ambiente. “Estoy pronto para negociar sobre este tema”, afirmó Bolsonaro, según informó el diario O Globo. Pero el futuro gobernante aclaró que si se mantiene el Ministerio de Medio Ambiente, en él va a poner a “una persona que no tenga vínculo con lo peor de ese medio”, y agregó: “Vamos a preservar el medioambiente pero no vamos a entorpecer la vida de quien quiere producir para el país”.
Por otra parte, Bolsonaro dejó clara su intención de que el Instituto Brasileño de Medio Ambiente y de los Recursos Naturales Renovables (Ibama) y el Instituto Chico Mendes de Conservación de la Biodiversidad, órganos que se encargan de cuidar las áreas de conservación del país, pasen a ser una misma entidad, con menos potestades que las que actualmente tienen.
El presidente electo también dejó más que clara su postura respecto de las acciones del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra, y afirmó que las ocupaciones de tierras serán consideradas acciones terroristas. “Esas personas no pueden seguir llevando el terror al campo”, sentenció.
Recortes y privatizaciones
Más allá de que muchos nombres del equipo de gobierno todavía no están claros y dependerán de las negociaciones que se lleven adelante en los próximos días, hay varios ministerios que ya tienen titular. Uno de ellos es el economista Paulo Roberto Nunes Guedes, quien ha sido el principal asesor de Bolsonaro en temas económicos durante la campaña electoral.
Nunes Guedes, de 69 años, se formó en la Universidad de Chicago, Estados Unidos, y se mantiene fiel a los principios ultraliberales que impulsó desde el punto de vista económico esa institución. El futuro ministro de Hacienda apostará a la privatización de la mayor parte de las empresas públicas brasileñas para reducir la deuda pública. Según afirmó The Wall Street Journal, el plan de Guedes al frente del ministerio de Hacienda consistirá en reducir el peso del Estado en la economía y conceder total independencia en la política monetaria al Banco Central.
Por otra parte, según informó el portal digital Nexojornal, Guedes ya se manifestó a favor del techo de gastos aprobado durante el actual gobierno, impulsado por el presidente Michel Temer, que congeló el gasto público por 20 años. En su programa electoral, Bolsonaro sugiere que el desequilibrio fiscal genera inflación y que la cuestión de las privatizaciones tiene como objetivo mejorar la distribución de la renta en el país.
El futuro ministro de Hacienda brasileño también impulsará una reforma del sistema de previsión social, cuyo eje central consistirá en crear un sistema de cuentas individuales de capitalización para cada persona, cambiando el actual modelo de reparto de las jubilaciones.
Biblia, buey y bala
Otro nombre que ya fue confirmado por Bolsonaro es el de Onyx Lorenzoni, quien a partir del 1º de enero será el jefe de la Casa Civil, denominación que en Brasil se le da al secretario de Presidencia. Lorenzoni es un diputado de 64 años, de larga experiencia parlamentaria, que forma parte del partido derechista Demócratas, y está previsto que en el gobierno de Bolsonaro sea uno de los principales encargados de urdir las alianzas parlamentarias que el futuro presidente necesitará para gobernar.
Según señaló la agencia de noticias Efe, el Congreso brasileño conformado luego de las elecciones del 7 de octubre está muy fragmentando, con más de 30 partidos representados y ninguna formación con más de 12% de los votos. El Partido Social Liberal de Bolsonaro tendrá en la Cámara de Diputados 52 de los 513 integrantes del cuerpo, y en el Senado contará con apenas cuatro legisladores sobre un total de 81.
Por esta razón la tarea de Lorenzoni será clave, si bien se presume que para gobernar Bolsonaro se apoyará fuertemente en tres bancadas con una enorme influencia dentro del Poder Legislativo, las denominadas tres B: la ruralista (del buey), la evangelista (de la Biblia) y la proclive al uso de armas (de la bala).
Como la lucha contra la corrupción y la criminalidad ha sido uno de sus principales argumentos de campaña, se espera que el nuevo gobierno avance rápidamente en buscar mecanismos para garantizar que no haya desvíos de dineros públicos, endurecer las leyes penales, fortalecer a las fuerzas de seguridad, bajar la edad de imputabilidad a los 16 años y también flexibilizar el porte de armas para defensa propia.
Poder verde
La llegada de Bolsonaro al gobierno implicará también el arribo de varios militares de extrema confianza del nuevo mandatario a ministerios. El candidato confirmó días atrás que en su gobierno el Ministerio de Defensa estará a cargo del general Augusto Heleno Ribeiro, quien fue instructor de Bolsonaro en la escuela militar en los 70. Ribeiro cobró notoriedad entre los años 2004 y 2005, cuando se desempeñó como comandante militar de la Misión de las Naciones Unidas para la Estabilización de Haití. Luego de retornar a Brasil, fue designado como comandante militar de la Amazonia.
Su nombre volvió a estar presente en los medios brasileños en 2014, cuando, ya retirado, afirmó que las Fuerzas Armadas Brasileñas no deberían pedir disculpas por las violaciones a los derechos humanos cometidas durante la dictadura militar (1964-1985). La declaración, que generó fuertes rechazos en vastos sectores de la sociedad brasileña, se dio como respuesta a un pedido del entonces ministro de Defensa, Celso Amorim, a la Comisión Nacional de la Verdad, en el que solicitaba que los militares reconocieran que torturaron durante sus campañas represivas.
Más verde
Otro de los militares cuyo nombre suena para el gabinete de Bolsonaro, aunque no fue confirmado, es el general Oswaldo Ferreira, para el cargo de ministro de Transporte. En las últimas semanas, Ferreira tomó notoriedad por declaraciones que realizó al diario O Estado de São Paulo. El militar, de 64 años, recordó su experiencia en los años 70, durante la construcción de la ruta BR-163, que une los estados de Mato Grosso y Pará, haciendo referencia a los permisos ambientales que actualmente existen en Brasil. “Cuando construimos la carretera no había ni Ministerio Público ni existía el Ibama. Cuando tiramos el primer árbol para construir la carretera yo estaba ahí... y tiré todos los árboles. Hoy si vas a tirar un árbol viene un montón de gente a hinchar las bolas”, dijo.
“Nadie puede estar tan loco para estar contra el medioambiente, pero precisamos dejar claro lo que se puede hacer y lo que no. Yo no tengo partido político, no tengo filiación partidaria ni la voy a tener. Simplemente soy un hombre técnico con una visión práctica de las cosas”, agregó el general, que hasta el año pasado lideraba el Departamento de Ingeniería y Construcción del Ejército.
Y más verde
También se prevé que el futuro ministro de Ciencia y Tecnología sea otro militar, Marcos Pontes, ingeniero aeronáutico de 55 años, que además es teniente coronel de la Fuerza Aérea y una cara conocida en el país debido a que fue el primer astronauta brasileño. Días atrás, Bolsonaro dijo que está “casi confirmado”. Pontes participó en un programa de entrenamiento de la NASA y viajó en 2006 a la Estación Espacial Internacional en la misión Soyuz TMA-8, comandada por la agencia espacial rusa.
Durante esta semana, el militar estuvo en el estado de Santa Catarina participando en una actividad junto con el candidato a gobernador del estado por el Partido Social Liberal, Carlos Moisés da Silva, un bombero militar conocido por todos como comandante Moisés.
En ese acto Pontes afirmó que “la tecnología es esencial en el día a día de las empresas que nacen, porque genera empleo y calidad de vida. Junto con el comandante Moisés y con Bolsonaro trabajaremos para que Santa Catarina se transforme en un modelo para Brasil, porque de hecho la ciencia y la tecnología son la fuerza propulsora de desarrollo de cualquier país”.
El viernes, Bolsonaro dio una advertencia a aquellos dirigentes que se promovían a sí mismos como integrantes de su gabinete. El mensaje pareció dirigido a dos diputados del partido Demócratas que integran la bancada de la bala y no fueron reelectos –Alberto Fraga y Pauderney Avelino–, quienes dieron entrevistas en las que dijeron que podrían ser parte del gobierno que él encabezará. Bolsonaro dijo que para “promoverse o desgastarnos, oportunistas se anuncian como ministros. Estos, de antemano, ya pueden considerarse afuera de cualquier posible gobierno”.
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