“Para febrero esto va a ser insostenible”, advierten médicos intensivistas a cargo de CTI de hospitales públicos y privados, que reclaman a las autoridades políticas un “plan de contingencia” para enfrentar el peor momento de la pandemia de coronavirus: cuando se superen los 20.000 casos activos. Las mayores preocupaciones pasan por la disponibilidad de recursos humanos, ante el aumento del personal médico contagiado o en cuarentena y el nivel de especialización requerido ‒hay menos de 400 médicos formados para maniobras de ventilación‒, la falta de coordinación dentro del sistema de salud para la gestión de las camas de terapia intensiva y las dificultades en la entrega de equipos de protección.
En este contexto, y cuando este martes se registraron 947 nuevos casos de covid-19, la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE) removió al director del Hospital Español, centro de referencia al que llegan los pacientes con coronavirus del sector público. Alberto Barrios, licenciado en Enfermería que accedió al cargo por concurso en 2019, fue reemplazado por la médica infectóloga Alicia Cardozo, que se desempeñaba como jefa del Servicio de Cuidados Moderados del Hospital Español.
El miércoles pasado hubo una comunicación del Sistema de Atención Médica de Emergencias (SAME), que informó sobre la saturación de las puertas de ingreso del Hospital Español y el Maciel para pacientes con covid-19 y la falta de camas en el área de cuidados moderados. Esto motivó un reclamo y pedido de reunión del Sindicato Médico del Uruguay (SMU), aunque el hecho ha sido negado por el presidente de ASSE, Leonardo Cipriani.
El jerarca habló este martes en una rueda de prensa y explicó que la remoción de Barrios no tiene relación con lo ocurrido la semana pasada. “La designación [de Cardozo] estaba pensada desde hace tiempo. Es fundamental poner a cada quien en el lugar que corresponda a sus características técnicas”, sostuvo. A su vez, comunicó que el director desplazado, Barrios, “pasará a ocupar una función de supervisión en la región sur de los otros centros hospitalarios que también tienen atención para pacientes con covid”.
Cipriani volvió a referirse a lo ocurrido en las puertas de ingresos del Maciel y el Hospital Español, y remarcó que “no fue un colapso” lo que pasó la semana pasada, porque había camas disponibles en ambos centros. “Hubo demoras con pacientes en la emergencia, como ocurre todos los años. No sabemos por qué desde el SMU se quiso ahondar en una situación que no consideramos de tal magnitud”, afirmó.
Además, el presidente de ASSE manifestó, en respuesta a reclamos que han surgido desde el gremio, que en el Hospital Español hay “equipamiento de protección personal” para los funcionarios, y avanza la contratación de nuevos cargos médicos y no médicos “para aumentar el número de camas disponibles”. Anunció que “se terminaron de habilitar cinco nuevas camas” en el hospital y que “se está pensando en un plan B, para aumentar la capacidad en otros centros” de salud para atender a pacientes con coronavirus.
El integrante del Comité Ejecutivo del SMU Federico Preve ‒que está participando en el diálogo entre los trabajadores del Hospital Español y la gerencia de ASSE‒ dijo a la diaria que si bien “es un momento complejo para hacer cambios en la dirección” del centro de salud, “lo que preocupa es la calidad de la atención”. Por eso, el gremio elevó un documento con diez puntos que incluye reclamos por los recursos humanos, los equipos de protección y la situación en el CTI, entre otros. El viernes habrá una nueva reunión con la gerencia de ASSE para tener “una respuesta oficial”, comentó Preve.
Preocupación por recursos humanos y gestión de camas de CTI
Sobre la realidad en los CTI y los riesgos hacia las próximas semanas, conversaron con la diaria cuatro médicos intensivistas: Enrique Buccino, Daniela Paciel, Álvaro Giordano y Fabio Grill Díaz. Los especialistas e integrantes de la Sociedad Uruguaya de Medicina Intensiva hicieron puntualizaciones “técnicas” sobre la situación general del sistema y evitaron las referencias a hechos puntuales en centros de salud.
Ante todo, destacaron “el enorme esfuerzo” que están llevando a cabo el personal médico, los auxiliares de servicio y todos los funcionarios de la salud en estos meses, pero subrayaron que la situación “no es sostenible” en el tiempo. “La gente no sabe del riesgo que hay y que estamos en peligro real” de saturación del sistema, expresaron, y aseguraron que “todos los niveles de atención están bajo un estrés importante”.
El foco de la preocupación está en los CTI, porque “esta enfermedad es leve y transcurre en la casa, o se vuelve grave y se genera el cuello de botella” en las camas de terapia intensiva. “Los 20.000 casos activos ‒es decir, el triple del número que hay ahora‒ para mí es la cifra que desborda el vaso”, dijo uno de los médicos intensivistas.
El crecimiento en el ingreso de pacientes comenzó a constatarse a finales de noviembre, y al mes siguiente la situación comenzó a complicarse. A partir de diciembre se hicieron crónicos los problemas de falta de personal, señaló uno de los especialistas. Sobre este punto, otro profesional explicó: “Aumentan las ausencias por contagios [del personal médico], hay licencias que estaban ya dadas para gente que venía agotada, otras por temas psíquicos de gente que no aguanta, y hay un montón de personal administrativo con teletrabajo. Entonces hay una disminución de los que están trabajando y un aumento de la carga laboral; es un cóctel que tiene un plazo y en cualquier momento explota”.
Además, advirtieron que todo se complejiza más aún debido a lo habitual que es el multiempleo entre el personal médico y a que los distintos prestadores tienen “heterogeneidad” de criterios sobre los protocolos, habiendo “instituciones que no encuarentenan” ante riesgos de contagio. Atendiendo a que “el sistema funciona demasiado interconectado a nivel de los recursos humanos, los equipos de protección del personal son un asunto relevante”. Sin embargo, dijeron que hay hospitales donde existen “problemas” para la provisión de estos materiales.
Además, indicaron que la persona con coronavirus que entra en terapia intensiva es “el tipo de paciente más complejo que hemos tenido” y muchas veces requiere que haya cinco o seis personas dedicadas a su atención, lo que acrecienta más “las carencias que ya hay de recursos humanos”. Uno de los médicos detalló que “la enfermedad tiene algunas particularidades que requieren destreza en el manejo del ventilador”, lo que hace que “no cualquier médico pueda sustituir a un intensivista” en ese rol. Según comentaron, son menos de 400 los médicos en Uruguay que pueden realizar esta maniobra.
Ante este escenario, y si bien ASSE aumentó la dotación a nivel de CTI e inauguró nuevas camas, los especialistas señalan que “esas camas las tenés que tener con gente, y hoy no hay esa capacidad” de atención. “La inequidad territorial que existe puede llevar a una situación de saturación y colapso” en algunas zonas, alertó uno de los médicos jefes de CTI.
Los profesionales hicieron foco en la distribución territorial de las camas y la logística que implica la gestión de los CTI, hechos que relativizan informaciones como que hay unas 200 camas disponibles o que el sistema está ocupado en 60%. “Hay un montón de situaciones de este tipo que deben contemplarse en un plan de contingencia”, donde se debe aclarar “qué pasa si el personal de CTI se contagia y cómo se evacua a los pacientes; cuáles instituciones dan una mano, y cuál es la logística y la coordinación interinstitucional requiere ‒no es lo mismo un enfermo de coronavirus en Soriano que en Montevideo‒”, expresó un intensivista.
Sin embargo, entienden que las autoridades políticas de la salud no han encarado este tema. La advertencia que realizan busca evitar que “se deba seleccionar a los pacientes, que debe ser lo más terrible para un médico, porque jugás un rol que no te corresponde”.
Otro punto en que hicieron foco los especialistas médicos es que los números diarios que difunden el Sistema Nacional de Emergencias (Sinae) y el Ministerio de Salud Pública no permiten ver la realidad del fenómeno, al limitarse a informar los pacientes que hay en CTI. “Hay cientos de pacientes que están hoy hospitalizados por covid [no en terapia intensiva] y no aparecen en ninguna placa del Sinae”, dijo uno de los especialistas. Entienden que si las autoridades difundieran esa información detallada, la sociedad podría tener una visión más precisa sobre la situación del sistema de salud y los riesgos existentes a causa del virus.