La Comisión de Población, Desarrollo e Inclusión del Senado recibió a delegaciones de profesionales vinculadas al abordaje de la muerte perinatal para escuchar sus opiniones sobre los proyectos de “hijos nacidos sin vida” y mortinatos que ingresaron a la comisión este año. La organización Atención Profesional al Duelo Gestacional y Perinatal y el equipo de Salud Mental Perinatal del Hospital Policial coincidieron en la necesidad de limitar la legislación a lo que establece la normativa actual, es decir, a partir de las 20 semanas de gestación o 500 gramos de peso, en línea con lo que plantea el proyecto de la ONG Luz del Cielo y el Frente Amplio.
“En concreto vemos que el proyecto presentado por Luz del Cielo Uruguay es el más integral y realmente abarca muchos elementos que es importante tener en cuenta en los procesos de duelo de los padres”, opinó la trabajadora social María Claramunt, del equipo de Atención Profesional al Duelo Gestacional y Perinatal, según consta en la versión taquigráfica. La profesional destacó que esta iniciativa prevé otorgar a los progenitores la posibilidad de incluir en el certificado de defunción nombre y apellido del óbito fetal, como forma de dar visibilidad y legitimar esa pérdida, pero además incluye un protocolo de actuación para la muerte gestacional y perinatal.
Claramunt sostuvo que la “inscripción voluntaria de los bebés nacidos sin vida” es positiva partiendo de la base de que esta imposibilidad actual “dificulta mucho y hace más doloroso el proceso de duelo”. “Es importante el tema de los apellidos y los datos de cuánto pesó, cuánto midió, su edad gestacional, etcétera, porque muchas veces los padres no los tienen. Todo eso hace a la identidad de esos bebés”, aseguró. También señaló que para la organización es “relevante la iniciativa de la inscripción por la sola voluntad de la mujer”, un punto que el proyecto de Luz del Cielo contempla pero no así el de las senadoras Carmen Asiaín, del Partido Nacional, y Carmen Sanguinetti, del Partido Colorado, aunque la legisladora colorada dijo a la diaria estar dispuesta a revisarlo.
En tanto, Claramunt consideró que hay “un error” en el espíritu del proyecto de las senadoras de la coalición porque “sólo con la sepultura, el entierro o la cremación de estos hijos no se da un cierre al proceso”. “Quizás es un mojón dentro del proceso de duelo, pero no se cierra un proceso y se comienza a sanar ahí. Hay mucho para hacer en el acompañamiento desde lo psicosocial para que estos padres y madres puedan estar bien”, apuntó.
Por su parte, la psicóloga Fabiana Rahi, de la misma organización, hizo hincapié en “la importancia de mantener las 20 semanas como ya está establecido y como lo plantea el proyecto de Luz del Cielo”, basándose en la experiencia del equipo de acompañamiento de las familias que pasan por este proceso.
En la misma línea, la psiquiatra Inés Acosta, del equipo de Salud Mental Perinatal del Hospital Policial —que desde 2018 trabaja con una guía de “buenas prácticas en acompañamiento a la muerte gestacional y el duelo perinatal”— señaló que es importante “conocer y respetar” los “criterios clínicos y con evidencia científica” que distinguen entre muertes gestacionales tempranas y muertes gestacionales tardías, las cuales “son bien diferentes”, aseguró. Por lo anterior, Acosta explicó que es “necesario que exista un límite para legislar, a fin de que las leyes o, mejor dicho, los derechos que se les den a estas familias puedan ser realmente aplicados” y “no se vulneren derechos ya existentes”. “Sabemos que tenemos decretos y definiciones de mortinato. Sabemos que hay países que están decidiendo sobre los límites. Consideramos que no somos las personas idóneas para definir ese límite, pero es importante no desconocer las definiciones”, resaltó.
“Locura” y “deshumanización”
A la sesión del miércoles también asistieron representantes de la ONG Luz del Cielo, que defendieron su iniciativa y marcaron sus diferencias con el proyecto oficialista. En línea con lo que habían manifestado en entrevista con la diaria, señalaron que “pensar hoy en un proyecto de ley con límites que no tengan que ver con estos dos [en referencia a las 20 semanas y los 500 gramos de peso que establece la normativa vigente] sería subjetivo y arbitrario” y “no habría un consenso médico ni político sin estas características”.
Belén Piñeyrúa, integrante de la organización, remarcó que estos proyectos “no son lo mismo y no hablan de lo mismo” y advirtió que legislar en línea con lo que propone el proyecto de “hijos nacidos sin vida”, sin límites en la edad gestacional, “sería una locura y una deshumanización”. También cuestionó que en el proyecto de Asiaín y Sanguinetti ni el acompañamiento ni el protocolo nacional estén “siquiera mencionados”.