Desde este jueves y hasta el día siguiente, tendrá lugar una nueva cumbre del Mercosur, que se preveía que reuniría a los mandatarios de la región en Brasilia pero finalmente será virtual por decisión del anfitrión. Pese a algún acercamiento meses atrás, las relaciones entre los dos países vecinos se volvieron a tensar por el reciente encuentro entre el mandatario argentino Alberto Fernández y Luiz Inácio Lula da Silva, expresidente brasileño y favorito en las encuestas de cara a la elección de 2022, en las que competiría con el actual presidente, Jair Bolsonaro.

Este hecho marca la cumbre, según los analistas Ignacio Bartesaghi, director del Instituto de Negocios Internacionales de la Universidad Católica, y Marcel Vaillant, profesor de Comercio Internacional del Departamento de Economía de la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República. Consultados por la diaria, previeron que la cumbre tendrá un bajo perfil y no se harán grandes anuncios, aunque esto no necesariamente es un mal resultado para Uruguay, que por la vía de los hechos y ante la falta de acuerdos podría seguir avanzando en su plan comercial de negociar con China.

El primer día será el encuentro del Consejo del Mercado Común, que integran los ministros de Relaciones Exteriores y de Economía de los cuatros países del bloque, y el viernes será el día en que los presidentes se vean las caras virtualmente. En esa instancia se dará el traspaso de mando, al comenzar la presidencia protémpore de Paraguay y terminar la de Brasil.

A la cumbre se llega con el bloque empantanado en varias discusiones internas. Uruguay ya manifestó su postura de no aceptar la propuesta de reducir el arancel externo común (AEC) del Mercosur, en el marco de una estrategia para intentar conseguir la flexibilización normativa para negociar de forma individual con terceros, o al menos un aval para avanzar con China, con la que ya está en marcha un estudio de prefactibilidad por un posible tratado de libre comercio (TLC).

La rebaja del AEC, que es la tasa que pagan las importaciones extrabloque, fue acordada semanas atrás entre los cancilleres de Argentina y Brasil, aunque para aprobarse definitivamente requiere el voto de los cuatro países. Este es uno de los temas que Brasil tiene como prioridad e inicialmente fue rechazado por el gobierno de Fernández, pero finalmente convinieron en una disminución parcial de 10%, aunque la idea inicial del Ministerio de Economía de Bolsonaro era una disminución mayor.

“Uruguay gana más de lo que pierde”

Bartesaghi dijo que “el hecho de que se suspenda la presencialidad obviamente lo dice todo”, en referencia al bajo perfil de la cumbre. “Está asociado a algo que evidentemente pasó, por más que Argentina lo niegue, que es esta molestia de Bolsonaro con las actitudes de Fernández relacionadas con Lula”, apuntó. El analista interpretó, además, que desde el gobierno de Argentina se dio la señal de que los diálogos con Brasil por temas de integración ya son con el favorito a ganar las elecciones de 2022.

“Entonces todos llegan con el diálogo cortado a la reunión; y llegan con estrategias unilaterales, ninguno llega con una visión del Mercosur, porque no hay acuerdo por el AEC y no hay por la flexibilización, es como un statu quo de estancamiento, y en ese escenario no sé si Uruguay no gana”, dijo Bartesaghi. Según analizó, “hoy el Mercosur está en una crisis de una envergadura tal que no amerita” que Uruguay tenga “ninguna discusión” con sus socios por la flexibilización, que ya sabe que no es respaldada. “Entonces, cuando vos no tenés discusiones, das tiempo, y mientras tanto, ¿qué priorizás? La agenda externa, concentrarte en China”, explicó.

Además, señaló que “hoy el Mercosur tiene una debilidad institucional”, ya que los socios grandes del bloque están “debilitados”, y afirmó: “En una cumbre debilitada, donde no se discuta lo que hay que discutir, Uruguay gana más de lo que pierde”, en el sentido de que el gobierno de Luis Lacalle Pou ganará tiempo para seguir avanzando en su agenda con otros países.

“La lógica de los hechos”

En visión de Vaillant, dentro del bloque “la trampa proteccionista argentina y brasileña dominan, gobierne quien gobierne” en los países vecinos. “Eso va marcando los ritmos de las discusiones [en el Mercosur] y después está el ruido político”, analizó. Entre esto último ubicó el reciente encuentro entre Lula y Fernández, que entiende que “tensionó” la situación de cara a la cumbre.

“Mi conjetura es que no va a pasar mucho. Puede salir lo del AEC, pero ya es un hecho eso, Brasil va a la cumbre con la decisión tomada de reducirlo. Uruguay mantiene su bandera [de la flexibilización] y va a comunicar que sigue trabajando con China. Para mí acompañar a Brasil en la rebaja del AEC no es resignar ningún objetivo, pero no es la posición del gobierno uruguayo hoy, que ha pedido que haya un aval [para avanzar con China], y eso Brasil en cierta medida lo ha hecho pero de forma informal”, consideró.

En esa línea, Vaillant agregó: “Pensar que Uruguay tiene poder de fuego sobre Brasil es una ilusión. Nosotros debemos mostrar que no somos dañinos para nadie, porque nuestro único valor en esto es nuestra insignificancia. Tenemos que convertir nuestra debilidad en una fortaleza; que Uruguay piense que tiene un arma para presionar a Brasil es algo, por decir lo menos, bastante peligroso”.

Sobre los posicionamientos dentro del bloque y la estrategia de Uruguay, marcó dos puntos: que “la única alianza que tiene es con el ministro de Economía” brasileño, Paulo Guedes, partidario de la flexibilización, y que quedó en una “situación frágil” al no acompañar la rebaja del AEC; por otra parte, como uno de los socios menores, siempre “es más cómodo estar con vecinos discrepantes [como pasa hoy] que fuertes y alineados”.

Añadió que Uruguay apuesta a que prime en el bloque “un mecanismo que es muy evidente dentro del Mercosur: la lógica de los hechos”, en el entendido de que negociar de forma individual con China sería un incumplimiento más de un socio a los tratados firmados, como otros que ya ocurrieron.

“Grandes declaraciones y pocas concreciones”

El legislador del Frente Amplio, Daniel Caggiani, integrante de la Comisión de Asuntos Internacionales de Diputados, marcó en diálogo con la diaria que será la cuarta cumbre consecutiva del Mercosur en modalidad virtual, “lo que da la tónica del estado de situación del bloque”. Señaló que hay “un bajo nivel de expectativas” sobre los resultados y consideró que Uruguay se encuentra en una situación “de incertidumbre” respecto de su política exterior, que opinó que se ha caracterizado “por grandes declaraciones y pocas concreciones”.

“Uruguay empezó teniendo una posición de avanzar en una propuesta de flexibilización con Brasil, junto con bajar el AEC. Ese plan se fue modificando en la medida en que Uruguay no consiguió apoyos regionales, y hoy quedó aislado, con los otros tres países apoyando una resolución de bajar el AEC, que Brasil ya implementó de forma unilateral. Uruguay quedó bloqueando la posibilidad de tomar esa decisión en la cumbre, y no creo eso sea bueno”, manifestó Caggiani.