En la sesión de este martes de la Cámara de Senadores ingresó un asunto con carácter de grave y urgente: una declaración que todas las fuerzas políticas habían acordado en la Comisión de Asuntos Internacionales, para condenar lo ocurrido en Nicaragua, donde el gobierno de Daniel Ortega ha detenido en cinco meses a 17 dirigentes opositores.

Frente a esto, desde Uruguay los senadores expresaron su “respaldo al derecho que tienen los pueblos de manifestarse en forma legítima; su rechazo a toda forma de persecución política por parte del Estado; [y] su condena a todas las formas de represión y abuso de la fuerza represiva”.

La declaración también cuestiona “la persecución y encarcelamiento de dirigentes políticos y sociales de Nicaragua, país en el que se ha inhabilitado a varios partidos políticos y han sido encarcelados dirigentes y candidatos de estos partidos, así como la persecución de periodistas que informaban de este proceso”.

El Senado mostró “su convencimiento de que el derecho a la manifestación y oposición política, dentro de los marcos legales y de respeto a la Constitución son parte fundante de la plena democracia”. A su vez, exhortó “al gobierno de Nicaragua a que restablezca un clima institucional que haga posible la celebración de elecciones con garantías para todas las partes”.

El último punto “reafirma la importancia y vigencia del principio de no injerencia y de no intervención en los asuntos internos de los países de la región”. El senador blanco Gustavo Penadés, que leyó la declaración en la sesión, pidió remitir el mensaje a la cancillería uruguaya, la Embajada de Nicaragua y la Asamblea Nacional de aquel país.

Días atrás, la cancillería emitió una declaración solicitando la liberación de los opositores presos por el gobierno de Ortega. Por otra parte, según consignó la diaria, el análisis del asunto dejó ver las distintas visiones sobre Nicaragua dentro del Frente Amplio.