Las manifestaciones contra el gobierno en Cuba, que dieron comienzo el domingo en varios puntos del país, y la posterior reacción gubernamental encabezada por Miguel Díaz-Canel se encuentran en el punto de mira de varios países y organizaciones internacionales.

La más reciente declaración pública fue la del presidente de Estados Unidos, Joe Biden, quien emitió un comunicado público a través de la web de la Casa Blanca en el que manifiesta su apoyo “al pueblo cubano y su clamor por la libertad y el alivio del trágico control de la pandemia y de las décadas de represión y sufrimiento económico a las que ha sido sometido por el régimen autoritario de Cuba”. “El pueblo cubano está haciendo valer derechos fundamentales y universales. Esos derechos, incluido el derecho a la protesta pacífica y el derecho a determinar libremente su propio futuro, deben respetarse. Estados Unidos hace un llamado al régimen cubano para que escuche a su pueblo y atienda sus necesidades en este momento vital en lugar de enriquecerse”, afirmó el mandatario.

Anteriormente ya se había pronunciado el gobierno ruso. La canciller María Zajárova emitió un comunicado en el que afirma que “la autoridad cubana está tomando todas las medidas necesarias para restablecer el orden público en beneficio de sus ciudadanos, en el marco de la Constitución nacional y de la legislación interna vigente”. En este sentido, aseguró que es “inaceptable la injerencia externa en los asuntos internos de un Estado soberano y cualquier otra situación destructiva que fomente la desestabilización de la situación en la isla”.

En una línea similar se pronunció el presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, quien manifestó su “solidaridad con el pueblo cubano” y apeló a una “salida mediante el diálogo, sin el uso de la fuerza, sin la confrontación, sin la violencia”, pero “no debe haber intervencionismo” ni “utilizarse la situación de salud del pueblo de Cuba con fines políticos”. “Si el gobierno de Cuba lo considera necesario, y su pueblo así lo demanda, el gobierno de México podría ayudar con medicamentos, con vacunas, con lo que se requiera, y con comida, porque la salud y la alimentación son derechos humanos fundamentales, sin el manejo político, intervencionista que se le está queriendo dar a este asunto”, indicó el mandatario mexicano.

Por otra parte, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) de la Organización de los Estados Americanos (OEA) afirmó que estuvo realizando un monitoreo de la situación en el que se reportó “uso de la fuerza, detenciones, agresiones a manifestantes y periodistas, además de cortes de la señal de Internet; así como reacciones estigmatizantes por parte de altas autoridades contra personas que se manifiestan”. En este sentido, llamó al gobierno cubano a “cumplir con sus obligaciones de derechos humanos, en particular el derecho a la protesta”, y reclamó la “apertura democrática de la isla y el deber de compatibilizar la institucionalidad con los estándares interamericanos”.

Estas declaraciones se suman a la del secretario general de la OEA, el uruguayo Luis Almagro, quien reconoció en su cuenta de Twitter “el legítimo reclamo de la sociedad cubana por medicinas, alimentos y libertades fundamentales” y condenó “al régimen dictatorial cubano por llamar a civiles a reprimir y a la confrontación contra quienes ejercen sus derechos de protesta”.

Los reclamos y la reacción

La consigna de las manifestaciones se basa en tres reclamos: libertad, vacunas y alimentación.

El gobierno cubano decidió que la campaña de vacunación contra la covid-19 se lleve a cabo con vacunas propias, sin recurrir a las que ya estaban en el mercado, lo que llevó a que la isla fuera el último país de América Latina y el Caribe en dar comienzo a la vacunación. Fue recién en mayo cuando se empezaron a administrar las primeras dosis de las vacunas Abdala y Soberana 02 en grupos y territorios de riesgo y hasta el momento la vacunación alcanzó a poco más de tres millones de personas, en un país donde viven más de 11 millones.

La inmunización masiva aún no surte efecto y esto está generando un aumento sostenido de los contagios y las muertes por coronavirus; al 11 de julio había 34.900 casos activos y 1.579 muertes acumuladas por esta enfermedad, según los datos del Ministerio de Salud cubano.

Desde el inicio de la pandemia volvieron a ser habituales en la nación caribeña las largas filas para abastecerse de alimentos, lo que viene provocando un amplio malestar social, que no se registraba desde comienzos de los años 90, cuando tras la caída de la Unión Soviética llegó el denominado “período especial”, caracterizado por la escasez de todo tipo de insumos en el país.

Las protestas del domingo, que de acuerdo a medios internacionales fueron las más grandes contra el gobierno cubano en 60 años, se registraron en la provincia de Santiago de Cuba, en La Habana y también en la localidad de San Antonio de los Baños, situada al sureste de la capital.

Esto generó una fuerte reacción del gobierno encabezado por Díaz-Canel, que el domingo estaba en San Antonio de los Baños y llamó en cadena nacional “a todos los revolucionarios del país, a todos los comunistas, a que salgan a las calles y vayan a los lugares donde vayan a ocurrir estas provocaciones, hoy, desde ahora y en todos estos días”.

“La orden de combate está dada, a la calle los revolucionarios”, pronunció el mandatario, luego de apuntar a Estados Unidos como responsable de las manifestaciones. Según el diario local Granma, que funciona como órgano oficial de comunicación del Partido Comunista de Cuba, Díaz-Canel volvió a hacer mención al bloqueo comercial y económico que Estados Unidos mantiene sobre Cuba desde 1962 y a las medidas decretadas durante la administración de Donald Trump, que dieron marcha atrás en la apertura que se había iniciado durante el mandato de Barack Obama, entre las que se destacaban los ingresos de divisas por el turismo, los viajes de cubanoamericanos a Cuba y las remesas.

Durante las manifestaciones, también se registraron cortes intermitentes a la conexión a internet y de la cobertura móvil, según informó la BBC. Esta mañana Díaz-Canel dio una conferencia de prensa en la que pidió disculpas por los cortes, argumentando que desde el 21 de junio se venían produciendo interrupciones de energía por roturas en los sistemas de generación de energía y demoras en su reparación.

Al referirse a las protestas, el presidente cubano afirmó que los manifestantes fueron apoyados financieramente por “la mafia miamense”, en referencia a los empresarios cubanos que residen en Florida, Estados Unidos. Según Díaz-Canel, este sector busca “un pretexto ahora que se maneja una revisión de la política de Estados Unidos respecto de Cuba”.

“Nosotros hicimos un llamado al pueblo a defender su Revolución, y el pueblo fue a debatir, a argumentar, pero los manifestantes respondieron con violencia y el pueblo se defiende”, afirmó el mandatario cubano en declaraciones recogidas por Granma.

Por su parte, el jefe del Departamento Ideológico del Comité Central del Partido Comunista, Rogelio Polanco, dijo en la conferencia de prensa que las protestas forman parte de una “guerra de cuarta generación” para un “cambio de régimen”, algo similar a lo ocurrido en Venezuela, donde “se alcanzó un nivel muy intenso con las guarimbas”.

Periodistas

El enfrentamiento entre manifestantes a favor y en contra del gobierno no se hizo esperar, y en medio de esa situación se dieron varios casos de agresiones a la prensa.

El fotógrafo Ramón Espinosa, corresponsal de la agencia estadounidense AP, fue agredido por manifestantes oficialistas mientras se encontraba tomando fotos en el centro de La Habana. “Unas 300 personas afines al gobierno llegaron con una gran bandera cubana a esa zona de Centro Habana gritando consignas a favor del extinto presidente Fidel Castro y la revolución cubana, y agredieron a un camarógrafo y un fotógrafo de la AP”, informó la agencia.

También se reportó la detención de Juan Carlos Saénz de Calahorra y Manuel Rodríguez Yong, integrantes del sitio digital Periodismo de Barrio. El medio, enfocado en el cambio climático, el desarrollo local y las comunidades vulnerables, estaba cubriendo las manifestaciones en sus cuentas de redes sociales.

También fue detenido el podcaster y dramaturgo Yunior García, integrante del podcast El Enjambre, que analiza la realidad cubana en episodios semanales. Este podcast es uno de los contenidos de El Toque, otro medio digital cubano que estaba cubriendo las protestas.