Luego de ocupar este fin de semana la capital de Afganistán, Kabul, los talibanes anunciaron este martes una “amnistía general” para todos los ciudadanos, en particular para los funcionarios públicos, y les pidieron especialmente que regresen a sus puestos de trabajo en un intento de estabilizar el país. “Se ha declarado una amnistía general para todos, por lo que deben reanudar su estilo de vida con plena confianza”, dijeron los talibanes en un comunicado.

Enamullah Samangani, miembro de la comisión cultural de los talibanes, lo anunció en una transmisión nacional por la cadena de televisión estatal afgana, que fue tomada por los talibanes el domingo a su llegada a Kabul. Mientras que otros líderes talibanes manifestaron que no se vengarán de quienes hayan trabajado para el gobierno afgano u otros países de la comunidad internacional.

Además de anunciar una amnistía, los talibanes aseguraron en el comunicado que no desean que “las mujeres sean víctimas” y afirmaron que “deben estar en la estructura del gobierno de acuerdo con la ley islámica”, según recogen varias cadenas internacionales.

A pesar de querer enviar una señal de estabilidad, la situación en Afganistán sigue siendo muy endeble, en tanto los talibanes siguen negociando con los líderes políticos del país quién asumirá el gobierno.

El portavoz del Alto Comisionado de la Organización de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Rupert Colville, habló con la prensa luego de conocerse esas declaraciones y comentó que “las promesas deberán ser cumplidas”.

Colville agregó que “por el momento, dada la historia pasada, estas declaraciones han sido recibidas con cierto escepticismo. Ha habido muchos avances en materia de derechos humanos que se han ganado con esfuerzo en las últimas dos décadas. Deben defenderse los derechos de todos los afganos”.

Durante el anterior mandato del grupo talibán en el país a finales del siglo XX, las mujeres vivían prácticamente en confinamiento, ya que los islamistas ultraconservadores estaban a favor de los castigos con lapidaciones, amputaciones y ejecuciones públicas. Ante la mirada de la comunidad internacional, estos anuncios se interpretan como mensajes de calma y moderación a la población; sin embargo, los medios que se encuentran reportando desde el país afirman que el clima en la ciudad es muy tenso y hay escepticismo sobre las promesas de los nuevos líderes talibanes.

El domingo los talibanes tomaron Kabul, tras una ofensiva “relámpago” que permitió, en una semana, tomar el control de la mayor parte del país, en algunos lugares sin resistencia del ejército afgano. Según reportó CNN desde la capital, este martes es el primer día en que las calles vuelven a la “normalidad”, algunas tiendas se abrieron y se reanudó el tráfico, aunque los talibanes instalaron puestos de control en las calles.

Interior del C-17 Globemaster III, de la Fuerza Aérea de EE. UU, que voló de Kabul a Qatar el 15 de agosto. Foto: Capitán Chris Herbert, US Airforce, AFP.

Interior del C-17 Globemaster III, de la Fuerza Aérea de EE. UU, que voló de Kabul a Qatar el 15 de agosto. Foto: Capitán Chris Herbert, US Airforce, AFP.

El aeropuerto internacional Hamid Karzai de Kabul también mostró este martes un escenario más calmo, luego de dos días en que centenas de afganos coparon el establecimiento tratando de encontrar una salida del país. Es el primer día en que se reanudan los vuelos y el control de personas, tras la suspensión este fin de semana.

Stefano Pontecorvo, representante civil de la OTAN para Afganistán, escribió en su cuenta de Twitter que “la situación está bajo control”, mientras que Dominic Raab, ministro británico de Asuntos Exteriores, afirmó que la situación en el aeropuerto “se está estabilizando” y que hay “progresos para sacar a gente de Afganistán”.