Marcos Carámbula fue el primer intendente del Frente Amplio (FA) en Canelones y ejerció el cargo entre 2005 y 2015. En el medio, fue precandidato a la presidencia, en 2009, pero quedó por debajo de José Mujica y Danilo Astori. Antes y después, desempeñó diversos cargos, como el de senador o el de presidente de la Administración de los Servicios de Salud del Estado (ASSE).
Es un hombre fuertemente identificado con el FA, cuyo nombre incluso fue propuesto para presidir la fuerza política en este período, aunque finalmente declinó esa posibilidad. Así y todo, viene diseñando la conformación de una fundación en la que intentará que participen figuras de todo el espectro político y no sólo partidario. La iniciativa se presentará oficialmente el 15 de diciembre en un evento que contará con la participación de dos figuras centrales del FA, como Yamandú Orsi y Carolina Cosse, pero también estará el presidente de la República, Luis Lacalle Pou.
Se llamará Fundación La Plaza (en honor a la revista La Plaza, que se editó en Las Piedras entre 1979 y 1982, hasta ser clausurada por la dictadura). En ella escribieron actores de todos los partidos políticos con el objetivo de recuperar la democracia. La idea de la fundación no será, en este caso, la edición de una revista, sino propiciar el debate y la creación de material durante 2023 para que, en 2024, cuando se desarrollen las elecciones nacionales, se les entregue a todos los candidatos un documento final con propuestas sobre el ambiente, la vulnerabilidad social, la ciencia y lo que se dio en llamar “una cultura de paz”.
En definitiva, la búsqueda estará centrada en generar acuerdos nacionales sobre esas cuatro aristas. El día de la presentación, sobre los distintos ejes expondrán el doctor en economía ambiental Marcelo Caffera, la economista Andrea Vigorito, el científico Rafael Radi y la periodista Blanca Rodríguez.
Del surgimiento de esta fundación, Carámbula dialogó con la diaria, en una entrevista en la que también conversó sobre la actualidad del FA y sus perspectivas para las elecciones.
¿De qué trata la fundación?
Tras la pandemia, el mundo vivió y vive una crisis civilizatoria muy profunda, ambiental, social, sanitaria y, como dice el tango, el mundo sigue andando. Estamos otra vez en guerra, hay amenazas de guerra nuclear en Europa, hay guerras en otras partes del mundo, en Armenia, en Turquía, en Palestina. La humanidad tiene que darse un tiempo para pensar un poco las causas, lo que nos pasó, y la perspectiva. Estamos planteando tomarnos un tiempo para pensar en profundidad el destino del país y el destino civilizatorio mismo.
Hoy hay temas en la agenda nacional que son centrales: la reforma de la seguridad social, la reforma educativa, los episodios que vimos vinculados a lo que está investigando la Justicia. Pero, al mismo tiempo, tenemos que tener la capacidad de pensar más allá, que no es contradictorio: pensar lo actual, pelear por los derechos y, al mismo tiempo, pensar en temas fundamentales. Por eso, nosotros dividimos [el trabajo] en cuatro grandes temas en esta oportunidad. Uno tiene que ver con la ética ambiental: hoy el desafío tiene que ser que esta preocupación cruce toda actividad humana, porque, verdaderamente, los distintos indicadores del cambio climático son todos de una situación muy preocupante.
A eso agregamos que en un mundo productor de alimentos, con una población creciente, cada vez hay más pobreza, y la pandemia nos dejó más pobreza, y la pobreza se da más que nada a nivel infantil. Entonces, segundo gran aspecto: la vulnerabilidad como desafío del país, que no tiene ni debe tener una partidización, que debe tomarse políticamente en serio.
En tercer lugar, el rol de la ciencia. Nosotros vimos, los uruguayos, y lo vio el mundo, que la ciencia tuvo una rápida respuesta en la obtención de las vacunas, en el diagnóstico precoz de la covid. En Uruguay, particularmente, vimos una ciencia con un grupo de científicos fundamentalmente jóvenes que estuvieron a la altura. El rol de la ciencia, para nosotros, como palanca de desarrollo es un tema fundamental.
El cuarto aspecto es la cultura como tema central. Nosotros sentimos que este modo civilizatorio es el del “me gusta”, de la respuesta rápida a un tuit. Eso nos va sacando de un rol activo, entonces es fundamental construir y transversalizar una cultura, primero, de paz. En segundo lugar, una cultura de solidaridad, de fraternidad, de ideas, de pensamiento.
¿Cuál será el formato?
Tenemos que aprovechar 2023 para decir: “Trabajemos en estos grandes temas, busquemos sintetizar pensamientos, documentos, elaboración”, de tal manera que sobre fin de 2023 estén a disposición de quienes sean los candidatos a la Presidencia ideas y profundidad sobre estos temas. Ese va a ser el modo de actuar. Quiere ser un insumo abierto, plural, de cara a los temas que el mundo y Uruguay tienen planteados hoy.
¿Cómo se pretende ser insumo para todos los candidatos a la presidencia de todos los partidos con una idea que surge de una persona fuertemente vinculada al FA?
Yo en absoluto niego esa condición, yo soy frenteamplista y por supuesto deseo que el FA pueda volver en veintipico de meses, y tengo toda la expectativa de que sea así. Pero justamente a lo que apostamos es que, desde nuestras identidades, desde nuestras condiciones políticas, conversemos. Hay cosas en las que no nos vamos a poner de acuerdo, por ejemplo, las que están planteadas ahora en torno a la reforma educativa o de la seguridad social, en las que podemos tener posturas diferentes. En otras, por ejemplo, el rol de la ciencia o cómo hacemos de la pobreza infantil un tema de país, pongámonos de acuerdo. La vivienda es un tema que no hemos podido resolver; la vulnerabilidad en la vivienda es un gran desafío que no lo resolvimos nosotros en los 15 años de gobierno y que se anunció que el gobierno actual tenía toda la intención de resolverlo y no ha podido, porque no es un tema sencillo. Entonces, de eso se trata, ver si podemos.
¿Cómo ves al FA para 2024?
Creo que el FA está en un momento muy interesante a partir de la presidencia de Fernando Pereira, que comparto plenamente su elección con gran respaldo y cómo actuó, que rápidamente sacó al partido hacia afuera con “El FA te escucha”. Luego el FA se ha posicionado en diálogo con los actores políticos y sociales. Hoy en día está bien parado, tiene grandes fortalezas. Y tiene para mí esa gran cohesión que son los comités de base, que fueron fundamentales entre la primera y la segunda vuelta [de 2019], cuando apenas perdimos por 30.000 votos. Ahí los frenteamplistas de a pie salieron por todo el país, y ese espíritu lo veo hoy. También fueron fundamentales en la recolección de las firmas para el referéndum.
A mí me parece que es necesario ir hacia grandes agrupamientos, como siempre tuvo el FA, y veo con mucha alegría que se conforme un agrupamiento que es el sector de Mario Bergara, [Danilo] Astori, Álvaro García, el Partido Demócrata Cristiano, una gran expresión de “astoribergarismo”, como definiera el candidato de la derecha [en referencia a Guido Manini Ríos]. [Por otro lado] lo que es el Movimiento de Participación Popular, el espacio 1001 [del Partido Comunista y sus aliados], que son los espacios tradicionales. Esperemos que el Partido Socialista vaya consolidando sus posturas y sus definiciones. El FA está en las mejores condiciones para llegar a 2024, y creo que tenemos excelentes candidatos, jóvenes, de renovación: Carolina [Cosse], Yamandú [Orsi], Bergara, Óscar Andrade, y podemos hablar de otros y otras. El FA tiene renovación y yo tengo plena esperanza. Y te subrayo una cuestión que me parece bien importante, un tema que nos preocupaba, que es el de la elección del presidente del Congreso de Intendentes y que había dificultades en el FA para resolver. Con un gran gesto, Yamandú Orsi anunció que más allá de su intención de ser presidente, cede el espacio para que sea presidenta Carolina. Nos parece que la generosidad y la unidad son temas clave para que el FA se posicione hacia 2024. Tenemos que trabajar sobre la base de ideas.
Más allá de ese gesto que tuvo Orsi, ¿cómo analizás ese episodio?
Yo creo que el FA pierde cuando se queda en los planteos personales, el FA siempre ha sido una gran construcción colectiva. Mirá que los planteos personales son muy respetados, cada cual tiene sus ambiciones, sus perspectivas, pero el FA fue siempre una expresión colectiva y siempre ponemos el ejemplo, que está bueno para las generaciones jóvenes, de cuando nace. El nacimiento tenía pilares en figuras formidables, con una perspectiva personal impresionante. Zelmar Michelini pudo haber sido el candidato a vicepresidente de [Óscar] Gestido [del Partido Colorado (PC)], no acordó, tenía distintas posturas, pero pudo haber sido el vicepresidente de Gestido y hubiera sido presidente de la República como se dieron las cosas. Era una figura del PC y, sin embargo, cede esas posibilidades que tenía en su partido y se viene al FA, sacrificando sus perspectivas personales. Todos dejaron a un lado esa perspectiva de lo personal para construir un pensamiento colectivo, y además se plasma en la figura del general Liber Seregni, que era un hombre que venía del PC, que había estado propuesto incluso como para ser candidato en esas elecciones y también se viene al FA. Ese ejemplo de nuestros fundadores debe primar hoy. Yo entiendo y valoro las aspiraciones personales, que fulano de tal quiera ser tal cosa, tal otra y tal otra, pero acá el desafío es que esto es una construcción colectiva.
¿Cómo imaginás la interna? ¿Un precandidato, dos o más?
El FA, llegado el momento, resuelve y resuelve bien. Yo siempre he sido partidario, porque tengo esa formación, de la búsqueda de consensos. Pero también he aprendido que tenemos que procurar que el pueblo frenteamplista se exprese, que sea el pueblo frenteamplista el que defina. Tenemos tiempo. Tenemos tiempo con cierto cuidado, porque un candidato a presidente de la República no se construye de un día para el otro. Hay figuras naturales emergentes, pero fijémonos que Tabaré [Vázquez] llega a presidente después de haber sido tres veces candidato y haber perdido en tres oportunidades. Hay que tener un conocimiento en todo el país. A lo largo del año que viene y en torno a ideas, debemos ir reconociendo a los posibles compañeros. Yo no me niego, porque suena por lo menos superficial cuando uno dice “no estamos en carrera electoral”. En Uruguay eso es muy relativo. Ya naturalmente la gente dice “¿quién va a ser nuestro candidato?”.
Yo lo veo bien, con respeto, y siempre en fraternidad y unidad. Por eso valoro mucho este gesto de Yamandú, porque más allá de las perspectivas personales, hay algo que es identificatorio nuestro, que es unidad y generosidad. Creo que hay que trabajar en ese sentido, no sólo con Yamandú, sino con todos los compañeros, los que somos más viejos en esto, los que tenemos muchos años de FA, en cada circunstancia tenemos que ayudar a que prime lo colectivo, cada cual marca sus diferencias pero que prime una construcción colectiva. Es una tarea que tenemos.
Pero es esperable que de acá a 2024 siga habiendo desacuerdos, roces, declaraciones. La más reciente fue la de Mujica con respecto a Cosse.
Sin dudas, porque está en la condición humana. Cuando uno ve la perspectiva de poder ser candidato a presidente, a intendente, lo que fuera, está en la condición humana que puedas tener tus resguardos aun con compañeros de tus propias filas. Pero ahí está el rol de nosotros, los frenteamplistas, sobre esas asperezas que se producen, primero no agudizarlas, y segundo: no estamos en un partido Peñarol o Nacional, estamos en una construcción colectiva de volver a ser gobierno. Eso lo tiene muy claro Fernando Pereira y debemos acompañarlo todos. Conociendo que esto se va a dar, y seguramente cuanto más cerca de las elecciones más se agudice, y más es la responsabilidad de todos nosotros de ir acompañando, tejiendo, fortaleciendo todo lo que sea discutir en torno a ideas y no solamente en torno a personas.