La alianza frenteamplista Convocatoria Seregnista-Progresistas, que aglomera a varios sectores de la fuerza política, se manifestó en contra de la “transformación educativa” que lleva adelante la Administración Nacional de Educación Pública (ANEP). “No es más que un anuncio del fracaso, la insistencia caprichosa por parte del gobierno en seguir adelante con una transformación educativa”, expusieron.
En un comunicado que difundieron este miércoles, el sector expresó su “preocupación” por el “creciente clima” de “enfrentamiento” que “está gestando el gobierno por errores de diagnóstico, de políticas y de implementación” en la reforma.
En ese sentido, apuntaron que un proceso de esta magnitud se debe realizar con un “diálogo profundo, acuerdos sobre las bases de la reforma, la planificación y definición de una metodología de cambio, formación y recursos”.
En base a las conclusiones que se dieron en el seminario 20 años de estudios de trayectorias educativas en la ANEP, el sector apuntó que niños, niñas y adolescentes que enfrentarán dificultades en su trayectoria escolar “pueden ser identificados tempranamente en educación inicial, a partir de la constatación de ‘rezagos relativos’ o dificultades en distintos dominios de su desarrollo”, tanto cognitivo, social, emocional o motriz.
“Esto debería determinar líneas de acción, que no aparecen en esta transformación educativa”, aseguraron, y plantearon que tampoco aparecen los efectos negativos de la pandemia como el ausentismo, violencia, inseguridad alimentaria, violencia intrafamiliar, aprendizajes insuficientes, problemas en la salud mental.
“No se corresponde con las políticas educativas de los últimos 30 años extender el tiempo pedagógico en forma voluntaria y sólo para unos pocos alumnos de una escuela. No es responsable aplicar cambios al régimen de pasaje de grado en educación media a pocos días de terminar las clases. Tampoco aplicarlos con el solo fin de mejorar las estadísticas”, señalaron, y agregaron que no es válido presentar como “novedosas” políticas que existen desde administraciones anteriores.
“No es serio eliminar en formación en educación disciplinas y contenidos relevantes en unas pocas instancias y a tan solo tres meses de que comience el próximo año lectivo. No es razonable hacer oídos sordos a los colectivos académicos que advierten sobre las debilidades, inconsistencias e indefiniciones de las propuestas de modificaciones curriculares que terminarán afectando seriamente la formación de los futuros educadores/as del país”, aseguraron.
Por último, indicaron que una reforma que se implemente “sin diálogo” con los colectivos involucrados -entre ellos docentes, alumnos y familias, entre otros-, con “restricciones presupuestales y en plazos perentorios está destinada al fracaso”. Por tanto, apuntaron, la educación debe ser una política de Estado “y no de gobierno”, entre otras razones porque “no puede ser implementada en un solo período, mucho menos en dos años”.
En ese marco, el sector hizo un llamado a las autoridades a “rectificar el rumbo” y a abrir espacios de diálogo con el cuerpo docente y estudiantes, como también destinar recursos para atender las “vulnerabilidades sociales y económicas que padecen niños, niñas y adolescentes que asisten a los centros educativos del país”.
A su vez, tal como había adelantado la diaria, llamaron a acordar la aprobación de una Universidad de la Educación: “Comprometemos desde ya nuestro aporte constructivo en ese camino. Las condiciones de vida de la población, lograr mayores niveles de equidad y de integración social dependen, en buena medida, del éxito de este proceso. Es una irresponsabilidad arriesgarlo por improvisaciones, intereses político- partidarios, falta de diálogo e imposiciones”, concluyeron.