Como una continuidad de un debate cíclico en Uruguay acerca de Ancap y el valor de los combustibles, en los últimos días la petrolera estatal presentó los resultados del primer semestre del año, en el que obtuvo ganancias por 128 millones de dólares, y el Frente Amplio (FA) planteó que “se puede y debe bajar el precio” de las naftas y el gasoil, en virtud de los números del balance y porque el crudo volvió a “los valores de principios de año”.

En los próximos días se conocerá la decisión del Poder Ejecutivo de cara a setiembre, en virtud del esquema de ajuste mensual de los precios en surtidor que se incluyó en la ley de urgente consideración (LUC) y comenzó a aplicarse hace un año. Esa fórmula tiene como referencia al precio de paridad de importación (PPI) que calcula la Unidad Reguladora de los Servicios de Energía y Agua (Ursea), que replica cada mes los costos teóricos de Ancap para producir el combustible, siguiendo la evolución del crudo en los mercados internacionales.

El PPI del período entre el 26 de julio y el 25 de agosto se conocerá próximamente, y mostrará una variación a la baja, la incógnita es de qué porcentaje. Esto es porque la cotización del barril de petróleo Brent cayó, aunque la reducción del precio llegó a ser más pronunciada en la mitad del período analizado: el 26 de julio estaba a 104 dólares, el 3 de agosto cotizó por debajo de 100 dólares, el día 16 llegó al piso de 92 dólares, y desde ahí ha venido subiendo hasta ayer que se situó en 101 dólares, según datos de la web Investing.

El traslado de esos valores al PPI no es lineal, pero sí sigue la misma tendencia. Entonces, si bien la referencia que calcula la Ursea mostrará una caída en el mes, habrá que ver si se ubica por debajo del valor en surtidor de nafta y gasoil. Esto porque según los números que mostró el gobierno al tomar la decisión sobre las tarifas un mes atrás, hay una diferencia de 2,5 pesos en las naftas y de 4,6 pesos en el gasoil en favor de los consumidores, lo que significa que si se aplicaran los precios al público en función del PPI, deberían costar más los combustibles.

Desde que el gobierno aplica este esquema de ajuste –julio de 2021– la nafta y el gasoil han tenido una suba de 15 pesos, que representó un aumento de 22,9% y 42% respectivamente. En tanto, en lo que va del año el incremento es de 14,9% en naftas y 30% en gasoil.

Las dos propuestas del FA para “dar estabilidad y previsibilidad”

Esta evolución de las tarifas trajo diversas reacciones y críticas políticas. El tema continúa en escena, ya que el martes la presidencia del FA, que ocupa Fernando Pereira, reiteró dos propuestas ya elevadas a la Presidencia de la República para “dar estabilidad y previsibilidad al precio de los combustibles”. Una pasa por “crear un fondo de estabilización del precio del crudo para amortiguar el impacto de la suba” y la otra es “profundizar la política de protección de riesgos de los precios, mediante contratación de una cobertura de precio de petróleo”.

En el primero de los casos, el fondo a crearse con recursos que vendrían de Rentas Generales u otro destino dentro del Estado permitiría cubrir eventuales subas del petróleo sin afectar las tarifas —o mitigar esos procesos, con una suba inferior a la del mercado—, y como contracara cuando existan bajas del crudo, parte de la ganancia se usaría para abastecer de dinero al fondo. Una propuesta en una línea similar tiene el senador blanco Sergio Botana y, días atrás, al asistir a la Comisión de Industria del Senado el ministro de Industria, Omar Paganini, mostró disposición a estudiar esta alternativa.

La otra propuesta del FA, sobre una “cobertura de precio”, supone retomar una política aplicada en anteriores administraciones de Ancap, en la que se contrata un seguro que topea o delimita el valor futuro para las compras de petróleo; así la empresa gana estabilidad para tomar decisiones comerciales, al evitar quedar expuesta a los vaivenes del mercado del crudo —que en ocasiones hacen ganar a Ancap y en otras perder—. A cambio de pagar una prima este seguro garantiza previsibilidad de los precios, y por ende de las tarifas. Esto resulta clave para Ancap por sus procesos de producción, que implican comprar el petróleo a un valor, refinarlo y venderlo para el consumidor final con un desfasaje de varias semanas, en el que el precio del crudo continúa moviéndose en un sentido u otro.

Acerca del esquema del PPI, elegido por el gobierno para realizar ajustes mensuales, la declaración de la presidencia del FA indicó: “Fracasó el mecanismo que supuestamente permitía más transparencia. Si en los meses anteriores Ancap tenía los precios por debajo del PPI y aún así daba rentabilidad, se concluye que utilizar este cálculo es errado. Se debe calcular el precio de producción propio de la empresa”.

Esto último, así como el pedido de bajar los combustibles, tiene directa relación con los números que divulgó la empresa el último viernes sobre su balance semestral. “Una vez más queda demostrado que tener una refinería propia y en manos de Ancap, genera valor”, porque con valores de venta al público “por debajo del PPI”, logró ganancias elevadas, sostuvo el FA en la declaración, emitida tras un informe del director frenteamplista en el ente Vicente Iglesias.

Las ganancias de Ancap y lo que “resignó” por el PPI

En las presentaciones de los resultados que realiza Ancap, desde que comenzó a regir el esquema de PPI, las autoridades separan los datos del “mercado monopólico”, el de los combustibles, y de los demás negocios que maneja la estatal, incluido sus subsidiarias. Por la producción y venta de combustibles, en el semestre ganó 12 millones de dólares, aunque se expuso en la presentación que la petrolera tuvo que “resignar ingresos por 130 millones de dólares, por ventas por debajo del PPI”.

Esta cuestión tiene relación con lo mencionado previamente, sobre que de aplicarse los valores que surgen del PPI los precios al público serían mayores. De hecho, desde que rige el esquema hace un año siempre el gobierno ajustó los precios por debajo de la referencia. Si el valor del PPI marca una línea de eficiencia para Ancap, de acuerdo al planteo que ha realizado el gobierno al implementar la fórmula, la empresa está resignando ingresos hoy día; si vendiera por encima del PPI, estaría cobrando un sobrecosto a los consumidores.

En línea con esa lectura, se sostuvo en la presentación que “en el primer trimestre de 2022 los ingresos de Ancap estuvieron por debajo del PPI (brecha) en aproximadamente 32 millones de dólares y en el segundo trimestre estuvieron por debajo del PPI en aproximadamente 98 millones de dólares”.

¿De dónde surgen las ganancias en el semestre? Según los datos divulgados, hay 43 millones de dólares del mercado no monopólico –otros combustibles, exportaciones, venta a barcos, aviones y pasteras, lubricantes, gas natural y portland–, 11 millones de dólares del “resultado por cobertura monetaria” –es decir una ganancia financiera a raíz de la apreciación del peso frente al dólar–, y 14,5 millones de dólares por ventas a UTE para generación de energía en las centrales térmicas.

Dentro del grupo Ancap, como es habitual, la distribuidora Ducsa aportó 16 millones de dólares a las arcas del ente, mientras que las restantes 11 empresas en conjunto —como Alcoholes del Uruguay o Cementos del Plata— perdieron 4.000.000 de dólares. En el caso del negocio del portland, que arrastra pérdidas desde hace años, en el primer semestre tuvo un resultado negativo de 9,5 millones de dólares.

Al presentar el balance y de acuerdo a lo publicado por Ancap, “se informó que en setiembre habrá un paro planificado de mantenimiento en la refinería” que se estima dure 14 días e “impactará en los números de la empresa”, ya que durante ese período “habrá mayor exposición a caída de precios internos y habrá pérdida de los márgenes de refinación”. Esto último porque Ancap agrega valor al refinar en La Teja, y si debe importar combustible ya refinado, esa ganancia se pierde, a razón de un millón de dólares por día.

En agregado, la petrolera señaló “que en caso de un paro previsto por el sindicato que pudiera extender” el tiempo que la refinería esté inoperativa, “aumentaría el riesgo y el impacto económico”. La Federación Ancap se encuentra en conflicto con las autoridades desde hace meses por distintas diferencias, entre ellas el futuro del negocio del portland, del cual denuncian una “privatización”.