Oponerse a lo que el gobierno plantea “no alcanza”, sino que hay estar en la búsqueda de proponer “alternativas”. Ese fue el talante de la oposición en lo que va del período, según entiende el diputado del Frente Amplio (FA) Gustavo Olmos, quien hasta la semana pasada fue coordinador de bancada en la cámara baja.

A modo de ejemplo, dijo que en las discusiones por la ley de urgente consideración, el Presupuesto, las rendiciones de cuentas y en otro tipo de proyectos “hubo una reducción de daños” por el rol que tuvo la oposición. “Siempre hemos sido colaborativos”, plantea Olmos en esta entrevista con la diaria, en la que navegó entre el inminente proyecto de reforma de la seguridad social, la interna de Convocatoria Seregnista Progresistas (CSP) y el perfilamiento de cara a 2024.

En la misma tónica que por ahora mantienen la mayoría de los referentes de la fuerza política, Olmos dijo que es pronto para hablar de candidaturas, pero reconoció que “sería tonto negar que Mario [Bergara] es una posibilidad que va a estar sobre la mesa” si la CSP decide impulsar un precandidato.

¿Qué balance puede hacer de la Rendición de Cuentas, ya aprobada en Diputados? En el Día del Comité de Base, por ejemplo, decían que salió mejor que la que envió el Ejecutivo, y no necesariamente por el FA.

Indudablemente salió mejor que como venía del Poder Ejecutivo, eso es habitual, pero sigue siendo una Rendición de Cuentas mala, y creo que no es cierto que no sea por el FA. De hecho, algunas mejoras fueron propuestas por el FA; por ejemplo, las formas de financiación para ciencia y tecnología, el alertar sobre los peligros que tenía la derogación de la ley de medios u oponernos fuertemente a que se eliminara el adicional del Fondo de Solidaridad para la Universidad de la República, sin que hubiera recursos que compensaran esa pérdida. También quitar la eliminación del subsidio a las cooperativas. Son cosas en las que el FA operó fuertemente y fueron conquistas o mejoras que tuvo el proyecto.

De todas maneras, sigue siendo mala porque no se puede analizar la Rendición de Cuentas aislada del presupuesto. Son como ajustes finos al presupuesto, y lo que tenés es un presupuesto absolutamente contractivo en términos de gasto. El gobierno festeja o celebra haber ahorrado 900 millones de dólares, y 700 millones de dólares se ahorran por la vía de la caída del salario real de los funcionarios públicos y caída de las pasividades. Plantea un objetivo o una previsión de crecimiento de la economía que implica en cifras que Uruguay va a ser 5.400 millones de dólares más rico al final del período que al principio, y sin embargo, en términos de salario real el objetivo, en el mejor de los casos, es equipararlos. Eso quiere decir que la teoría del derrame no funciona y esos millones de dólares se lo apropian no los trabajadores, no los pasivos, sino, en términos del presidente de la República, los malla oro.

¿Preocupa la modificación del artículo 56 de la ley de medios, que ahora permitirá que los cableoperadores brinden servicios de internet?

Preocupa y es medio escandaloso porque hubo distintas versiones para modificarlo. En la primera versión que se presenta de modificación del artículo 56 se dice que no regirá para aquellos que tengan licencias a nivel nacional, y sin embargo, en la que resulta aprobada, que es la tercera versión, se quita lo de alcance nacional, o sea que quienes tienen ese tipo de alcance nacional también pueden ofrecer servicios de internet, y se agrega una frase que dice “por cable”. Todos los que dan servicio de televisión para abonados por medios aéreos, como DirecTV, Claro [o] Clarín no pueden dar el mismo servicio, entonces es un artículo con nombre y apellido. Yo decía, en mi intervención sobre el tema, que así como el primer proyecto de ley de medios alternativo era la “ley Romay”, este es el “artículo Romay”, o sea, está hecho específicamente para beneficiar a los tres grandes canales privados de televisión del Uruguay.

¿Considera que puede implicar un blindaje mediático para el gobierno?

Es parte del paquete. Hay una serie de medidas que apuntan a beneficiar a esos sectores. Por ejemplo, volver a postergar la aplicación del canon, no hacer los controles sobre concentración de medios. Aunque la ley sigue vigente y dice que un grupo económico no puede tener más de tres señales, eso no se cumple, no se controla, y cuando hacemos pedidos de informes para que nos den los datos de cosas que son evidentes, de concentración, los datos no aparecen; simplemente no se responden.

También habría un claro debilitamiento de Antel, ya que su mayor negocio es la fibra óptica.

Hay un avance en poner a Antel a competir y se dice que en condiciones igualitarias, pero en los hechos quien aporta la infraestructura e hizo la inversión fue Antel, no las otras empresas. Se obliga por ley a compartir esa infraestructura con operadores privados: eso claramente nos parece poco razonable y un mal negocio para Antel.

¿Cómo ha visto el rol de la coalición durante el tratamiento de la Rendición de Cuentas en Diputados?

Claramente no hay una ruptura, pero sí hay tensiones, y la Rendición de Cuentas fue un ejemplo de cambios. La rendición tenía 456 artículos; hubo 150 cambios por parte de la coalición en el último día de tratamiento de la comisión y, menos de una semana después, cuando lo tratamos en plenario, se incorporaron 100 cambios más. El Poder Ejecutivo la largó sin discusión interna en la coalición, y después es en el ámbito legislativo donde incluso la coalición negocia y termina llegando a acuerdos, o no, y muchas veces hay cosas que salen porque la coalición no llega a acuerdos. Fue clara, en relación al adicional del Fondo Solidaridad, la molestia del Partido Colorado.

El anteproyecto de reforma previsional “tiene algunas cosas que son muy razonables”

El FA decidió no expedirse sobre el anteproyecto de reforma de seguridad social porque es de Luis Lacalle Pou y Rodolfo Saldain, y no de la coalición en su conjunto, y ahora se habla de los costos políticos de no apoyar una reforma. ¿Hay alguna forma de evitar pagar el costo político por una reforma que, seguramente, será sumamente antipática?

El FA ha planteado que es necesario hacer una reforma de la seguridad social, incluso lo planteó en el programa de gobierno y en los documentos que aprobó en la discusión de la comisión de expertos. Es un sistema que tiene problemas, que va a la desfinanciación. Con este sistema, 30% de quienes trabajan a los 70 años no tienen condiciones para jubilarse: eso es un problema. ¿Cuál es el contenido de la reforma? No lo sabemos. El borrador yo creo que tiene algunas cosas que son muy razonables, por ejemplo, ir a un sistema único de todas las cajas, o sea, eliminar los múltiples sistemas.

Tiene algunos problemas serios que son, por ejemplo, el sistema de pensiones, que se elimina radicalmente: no hay nuevas fuentes de financiación. La única financiación adicional que aparece es el 2% de devolución del IVA -en vez de que los trabajadores lo reciban en su cuenta de débito va directo a su fondo jubilatorio-, es la única que aparece. Ahí también hay inequidades, no sólo en términos de beneficios, sino también que hay inequidades en términos de aportes.

Los productores rurales aportan muchísimo menos, la Udelar o las intendencias aportan mucho más. Hay desequilibrios también en ese sentido. Creo que hay que analizarla y mejorarla, y que si una reforma es necesaria lo más razonable sea que salga con el apoyo de todos los partidos.

En los últimos 15 años todas las reformas que se han hecho, salvo la de la [caja] notarial, que venía muy masticada por el propio gremio, se han hecho exclusivamente con los votos del FA.

Ahí no hubo consenso del sistema político.

Claro, es lo que ahora reclama la coalición, pero no aportó ni un voto para la reforma de la caja militar, la Caja Profesional, la bancaria; me parece a mí que no debería ser la actitud que tenga el FA, pero esto va sujeto a cuál sea el proyecto final que venga, que es algo que no sabemos.

¿Por qué el FA no pudo avanzar en una reforma integral de todas las cajas?

Falta de consenso político, de apoyo político de afuera del FA, y también por algunas contradicciones internas en el FA. La reforma de la caja militar debería haber sido mucho más profunda de lo que fue; sin embargo, la entonces oposición no aportaba un solo voto y dentro del FA había cosas que no eran llevables. Entonces, que se le entre a la caja militar en esta propuesta y que vaya al sistema general es una cosa muy compartible.

Las candidaturas y el complejo “mapa de la izquierda”

Hace poco, el intendente de Canelones y posible precandidato, Yamandú Orsi, tuvo una reunión con diputados de Asamblea Uruguay, que está dentro de la CSP, para hacerle un homenaje a Danilo Astori. ¿Preocupa esta cercanía en Fuerza Renovadora, sabiendo que la CSP puede llegar a presentar una candidatura también?

Para nada, que haya reuniones con Orsi o cualquier otro es parte del diálogo político. Nosotros no tenemos definido todavía el tema candidaturas, es un proceso en el que estamos. Creo que la prioridad nuestra debe ser cómo aportar mejor al FA, al triunfo del FA y al equilibrio interno. El FA es inmanejable con 30 o 40 grupos mayoritariamente minúsculos, como somos la mayoría, porque eso lo hace muy difícil de administrar, y además porque no hay 40 visiones de qué es lo que hay que hacer en el país o en el mundo. Para nosotros es una prioridad simplificar el mapa de la izquierda.

O sea, hay un mundo alrededor del Movimiento de Participación Popular que está más o menos ordenado, y otro mundo alrededor del Partido Comunista que también lo está; puede haber otro mundo en el Partido Socialista y el Partido por la Victoria del Pueblo. Y después hay otro, en la CSP, que tiene un nivel de dispersión relevante, y que no obedece a diferencias políticas. Si para esas dos cosas, y para que el FA tenga mejores chances y consolidar el aglutinamiento de todos estos sectores, tener una candidatura propia es la mejor opción, la tendremos, y si evaluamos que no es así, no. Hoy no tenemos una definición. Tampoco tenemos por qué decidirlo ahora, porque recién en diciembre de 2023 es cuando el FA termina proclamando quiénes son los precandidatos, y de hecho no hay precandidatos proclamados en ningún partido, hay referentes que se reconocen como “candidateables” en el FA y en otros partidos. Pero estamos lejos.

La coordinadora de la bancada de senadores, Liliam Kechichian, decía a Búsqueda que antes de fin de año tendría que estar claro el panorama sobre si presentan o no un candidato.

No creo que tenga que estar definido formalmente; eventualmente quien quiera ser precandidato tiene que hacer las cosas que tiene que hacer para ser candidato, y eso no pasa por una formalización de un anuncio de precandidatura, pasa por tener iniciativa política y las cosas que te llevan a que la ciudadanía te reconozca como alguien a quien se le puede asignar esa responsabilidad.

Foto del artículo 'Gustavo Olmos: “La teoría del derrame no funciona” y el ahorro que hace el gobierno “se lo apropian, en términos del presidente, los malla oro”'

Foto: Federico Gutiérrez

Dentro de la CSP el nombre que más suena es el de Mario Bergara, porque, entre otras cosas, ya fue precandidato.

Sin duda, el de Mario es un nombre que tiene peso internamente. Es la figura más reconocida y en ascenso de este mundo, porque Danilo [Astori], que es la gran figura, obviamente no está en condiciones de ser precandidato, pero en principio, repito, no tenemos definido si vamos a lanzarlo, y en caso de que lancemos [candidatura] no tenemos definido bien quién sería. De todas formas, sería tonto negar que Mario es una posibilidad que va a estar sobre la mesa si definimos tener un precandidato.

Hay quienes dicen que la CSP es “fundamental” para captar votos por fuera de la izquierda, ¿quiénes son esos votantes? ¿Wilsonistas, batllistas?

Hay un electorado cautivo o muy fiel al FA, y otro muy fiel al Partido Nacional o al Partido Colorado, pero después hay otro electorado que es fluctuante y que decide su voto en función de muchas cosas objetivas y subjetivas. De alguna manera, cuando un ciudadano decide su voto mezcla premio o castigo a una gestión, pero también compra futuro. Por ejemplo, el FA seguramente salía mucho mejor parado si se evaluaban sus 15 años de gestión, que en la capacidad que tuvo de ofrecer una alternativa de futuro. La coalición, cuando instaló la idea de cambio, fue mucho más eficiente.

En el FA no todos tenemos la misma capacidad de llegar a todos los sectores sociales; habremos unos que tenemos más capacidades de atraer a votantes con determinado perfil y habrá otros que tienen más capacidad de atraer a otros, pero lo que se dice de recuperar votantes es absolutamente así. Si el FA tenía 48% y tuvo 40%, bueno, ahí hay un problema y la forma de revertirlo es, de alguna manera, haciendo una propuesta a esa gente que votó alguna vez al FA y dejó de votarlo, así como antes había votado a los partidos tradicionales y los había dejado de votar, y se siente identificada con una propuesta de cambio o de gestión de gobierno para el próximo período.

Hace unos meses la CSP apuntaba que no debía ir a la ofensiva contra el gobierno, sino plantear “una alternativa real” al oficialismo. ¿El FA sólo ha sido crítico con el gobierno?

Ha sido las dos cosas: crítico y propositivo. Es lo que debe hacer, especialmente a partir del proceso de discusión interna sobre las razones por las cuales el FA perdió y del recambio de autoridades. Muchas veces no fuimos escuchados ni atendidos por parte del gobierno, o sea, no había un diálogo no porque el FA no haya hecho propuestas, sino porque el gobierno simplemente no las responde. Tiene todo el derecho del mundo a no compartir lo que el FA le plantea, pero lo que ha habido es un ninguneo. Yo creo que eso está cambiando porque el FA está parado distinto. Que el presidente haya ido a presentar [al FA] la propuesta de la reforma de la seguridad social de alguna manera es el reflejo de eso; pero creo, sí, que no alcanza con oponerse a lo que el gobierno plantea, sino que hay que plantear alternativas. Ese es el talante que hemos tenido. No se puede acusar al FA de poner el palo en la rueda.

¿Esto no discrepa con el estilo confrontativo que han utilizado algunos dirigentes frenteamplistas, en especial Fernando Pereira, desde la presidencia del FA?

Tiene un estilo de comunicación que yo creo que le llega muy bien a la población; tiene una capacidad de empatizar y de plantear las cosas en términos mucho más entendibles de lo que muchas veces lo hacemos. Las cosas que ha impulsado, por ejemplo, “El FA te escucha”, en todo el país, justamente no son de un estilo confrontativo. Son de ir a escuchar a la ciudadanía y de ir a tener diálogo con organizaciones más o menos amigas y con organizaciones muy poco amigas. Me parece que muchas veces hay una intencionalidad de presentarlo a Pereira en ese rol y una omisión por parte de los mismos que acusan a Pereira en cuanto a las actitudes de [la senadora nacionalista] Graciela Bianchi, por poner el ejemplo extremo, de saltearse todos los códigos de cómo debe ser el relacionamiento político. Fernando siempre es respetuoso, constructivo. Se podrá discrepar con sus opiniones, eso es absolutamente legítimo, pero es un compañero que no puede ser acusado de ahondar grietas. Está preocupado por lo contrario, por construir una sociedad lo más justa y equitativa posible.

Cuando te referís a que el FA está “parado distinto”, ¿se debe al cambio de presidencia?

Creo que el cambio de presidencia y el proceso de evaluación y autocrítica fue realmente importante. También creo que el proceso de juntar las firmas y de la campaña por el Sí en el referéndum también es algo que tonificó al FA. Nos dieron una piña al mentón luego de las elecciones nacionales, que nos dejó atontados, y eso se ha ido revirtiendo. Ahora se está encarando todo el trabajo programático de una manera muy buena, muy positiva.

En el marco de “El FA te escucha” se reciben varios reclamos de trabajadores, empresarios, cooperativas, entre otros sectores. ¿Está pronto hoy el FA para volver al gobierno?

Falta todavía. Creo que nos falta terminar de cerrar la propuesta programática. ¿Para qué queremos volver? No tiene sentido ni siquiera el término “volver”, porque no debe ser la idea del FA retornar a lo que fue, porque admitimos que lo que fue tuvo problemas. Hay que hacer otra propuesta; además, el país y el mundo cambian y hay desafíos que uno debe incorporar con otras potencias. Creo que el FA no está pronto, le falta, pero sí está en un muy buen camino para ser una alternativa de gobierno muy seria y con muchas posibilidades.