Frente a la sequía de los suelos que se extiende en todos los departamentos del país sostenidamente por la ausencia de precipitaciones que contrarresten el déficit hídrico que se mantiene desde el invierno de 2022, el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) por intermedio del Comité de Emergencia analizará este martes si prolonga la declaración de emergencia agropecuaria para todo el país hasta el 24 de abril de 2023.

A fines de octubre del año pasado se declaró la emergencia y no se ha logrado lidiar con el fenómeno debido a causas climáticas que afectan todos los rubros productivos vinculados al agro, aunque la emergencia involucraba únicamente a los rubros ganadería, lechería, horticultura, fruticultura y agricultura.

Nicolás Chiesa, director nacional de la Granja, aseguró a la diaria que desde la declaración de emergencia agropecuaria “hace casi 90 días, no ha cambiado nada, al contrario, la situación ha empeorado”, por lo que el Comité de Emergencia deberá evaluar la extensión de las medidas. Para esto considera los insumos que le brindan constantemente el Instituto Uruguayo de Meteorología (Inumet) y el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) con información del suelo y del sistema de pasturas. Chiesa alertó que “el país está pintado de rojo y hay que prorrogar 90 días más la emergencia; esa será la resolución del Comité de Emergencia, desde el 24 de enero, fecha en que vence, hasta el 24 de abril”.

Efectos de la sequía, el viernes, en Mendoza Chico, Florida.

Efectos de la sequía, el viernes, en Mendoza Chico, Florida.

Foto: Camilo dos Santos

La extensión significa que continúan vigentes las medidas aplicadas hasta ahora, aunque Chiesa cree que hay lugar para proponer nuevas acciones o nuevos rubros amparados: “Voy a plantear incluir la apicultura, que en la declaración de emergencia anterior no estaba, porque las condiciones no ameritaban”, sostuvo y explicó que con la falta de lluvia “se ha cortado totalmente la producción de néctar en buena parte del país y estamos complicados”.

Juan Ignacio Buffa, subsecretario del MGAP, coincidió con Chiesa en que “está claro que ha llovido y no ha mejorado la situación”, y argumentó en diálogo con la diaria que “cada día que pasa, con el déficit hídrico se hace más difícil cuantificar los efectos de la seca en el momento y los acumulativos a largo plazo”.

Frente a la sequía

Desde octubre de 2022, las medidas que se impulsaron para paliar los efectos del fenómeno climático implican distintos niveles y formas de asistencia a los productores. Una es la habilitación de líneas de crédito a tasas subsidiadas “en cuotas muy ventajosas”, en palabras de Buffa, que van desde 14% en pesos y 2% en dólares, “con plazo de pago conveniente, ya que si solicitan un préstamo hoy, la primera cuota la deberán pagar en noviembre de 2025”, detalló.

Más que nada son “medidas paliativas” en opinión del subsecretario del MGAP, y esta sequía es distinta ya que la consecutividad del déficit hídrico “genera efectos acumulativos en una seca que arrancó temprano en la primavera” y afecta los esquemas de producción ganadero y lechero, ya que “para producir lo mismo están gastando mucho más”.

Desde la perspectiva de los productores, Mario Buzzalino, presidente de la Comisión Nacional de Fomento Rural (CNFR), dijo a la diaria que la medida “es una demostración de sensibilidad del gobierno, pero no son medidas de impacto”.

Sin alternativas

La CNFR se reunirá también este martes para analizar el escenario actual y brindar probables propuestas. “No hay mucha expectativa, porque una sequía se arregla con agua y no hay alternativas”, apuntó Buzzalino. La emergencia agropecuaria “se va a prolongar, sin duda, porque las condiciones, lejos de haber cambiado para bien, lo hicieron para mal”, vaticinó y completó: “No es la primera sequía que hemos vivido, sabemos perfectamente cómo funciona esto; lo extremo de esta situación es que venimos de un invierno muy seco y van ya casi tres años de deficiencias de lluvia”.

El director de la unidad de Descentralización del MGAP, Luis María Carresse, enumeró a la diaria las medidas de asistencia del MGAP durante 2022 y 2023: “El Fondo Agropecuario de emergencia, a principios y finales de 2021 y a principios de 2022. Después asistimos con la operativa de fardos, también tuvimos aplazamiento de pago del Banco de Previsión Social [BPS] en enero del año pasado y enero de 2023”.

Para Buzzalino la declaración de emergencia agropecuaria “implica hasta ahora algunos créditos blandos, la postergación de algunos pagos, como por ejemplo el BPS, pero en realidad no son medidas de alto impacto”. “Si tenés problemas para pagar este mes, un ciclo productivo de 30 días no te arregla ninguna situación”, fundamentó y añadió: “Hay que pensar muy bien a la hora de tomar los créditos, porque en actividades como las de la granja, con una rentabilidad muy complicada, el compromiso de un crédito te puede generar una aspirina para hoy pero una úlcera para dentro de un año”.

Sin precedentes

Chiesa sostuvo que “es la peor sequía, estamos extendiendo por 90 días más la emergencia y, mientras que las anteriores [en el pasado reciente] se declararon en enero, esta fue en octubre”. Además, alertó: “Vamos a tener seis meses de declaración de emergencia continua en todo el país y en casi todos los rubros del agro. Es algo inédito, yo no recuerdo una situación tan complicada”.

“Los cultivos de primera están siendo fuertemente afectados, en especial el maíz y el sorgo, la granja se ha quedado sin agua de las reservas, sobre todo en buena parte del sur, donde no se depende de aguas subterráneas”, alertó Chiesa y añadió: “Está muy comprometida la situación, salvo en la producción en encierro, como la avicultura”.

A pesar de que todas las emergencias agropecuarias son diferentes, “en algunas partes del país esta sequía es la que más ha golpeado en mucho tiempo”, reconoció Carresse y agregó: “Durante 2022 declaramos la emergencia agropecuaria por cuatro eventos distintos: sequía, incendio, granizos y turbonada”.

Si se observan únicamente las declaraciones de emergencia por déficit hídrico, “fueron 14 en los últimos 13 años”. “Es notorio que el cambio climático es real, los veranos son complejos y hay zonas del país donde ya están los focos rojos totalmente identificados y año a año se reitera”, lamentó.

Déficit hídrico

Según la web del INIA, el balance hídrico “es una estimación del contenido de agua disponible de una región considerando el tipo de suelo, la precipitación efectiva, la demanda potencial de agua de la atmósfera y la transpiración de la vegetación”. En el caso de Uruguay, existe un déficit ya que se necesita un caudal de precipitaciones de 1.200 milímetros anuales para alcanzar el balance y en 2022 fueron sólo 600 milímetros.

Además, los valores de porcentaje de agua están por debajo de entre 40% y 50% en cultivos extensivos y por debajo de entre 30% y 40% en pasturas, y en diciembre las precipitaciones acumuladas variaron en promedio entre 10 y 100 milímetros, valores inferiores a los esperables para diciembre en prácticamente todo el territorio.

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