El diputado del Partido Colorado Gustavo Zubía suele tener visiones disidentes a las de la mayoría de sus correligionarios, haciendo carne el nombre de su sector, Tercera Vía. En las últimas horas sumó un nuevo capítulo discordante que lo despertó el plan del Ministerio del Interior (MI) de reclutar a ex presos para trabajar en la prevención del delito y los homicidios, con el que ya se había mostrado en contra. A esto sumó críticas para el también colorado Diego Sanjurjo, coordinador de Estrategias Focalizadas de Prevención Policial del Delito del MI, integrante del sector Ciudadanos.

El viernes, en una entrevista con la radio Carve, explicando el plan del MI, Sanjurjo señaló que hay “muchas personas” que pasaron por “esa vía delincuencial, crecieron en esos barrios, los conocen, a veces formaron parte de alguna banda, fueron atrapados, condenados, pasaron por la cárcel y en algún momento decidieron cambiar de vida”, y ahora se dedican a “evitar que otras personas caigan en el delito”.

“Son personas que en el MI las conocemos porque trabajan en ONG, con la sociedad civil, en iglesias. Dedican su vida, de la forma que pueden, a evitar que otros jóvenes pasen por lo mismo que pasaron ellos”, agregó. Subrayó que una iniciativa similar se llevó adelante en Chicago (Estados Unidos) en 2009, donde se formó un equipo con esas personas, “se las capacitó en mediación, gestión de conflictos y trabajo social, y se les dijo que vuelvan al barrio donde conocen a todo el mundo y hagan saber que si alguien tiene un problema, ustedes están ahí para ayudar”. Aseguró que el primer año en que se realizó el plan en el país del norte “los homicidios bajaron casi 40%” en las zonas más conflictivas de Chicago.

Más adelante, Sanjurjo dijo que espera que el Frente Amplio (FA) tenga “la coherencia intelectual e ideológica de apoyar el planteo”, porque es una iniciativa que va de la mano “de la prevención del delito, y de no utilizar a la Policía sino a personas que son más bien trabajadores sociales que buscan salvar vidas”. “Va del lado de lo que las izquierdas generalmente proponen en todos los países del mundo y va en el sentido de lo que los programas del FA siempre han propuesto, más allá de que nunca han propuesto esto en concreto. Me fascinaría escuchar de qué manera Fernando Pereira [presidente del FA] va a poder criticar esto. Me sorprendería mucho, deben estar rompiéndose la cabeza para encontrar la manera”, sostuvo.

Aspirina y rehabilitación

El sábado Zubía compartió en su cuenta de Twitter parte de lo dicho por Sanjurjo y escribió que “es gravísimo lo que se está diciendo por los asesores de Heber”. En diálogo con la diaria, el diputado colorado subrayó que no está en contra “del uso de la aspirina, pero vamos a usarla para el dolor de cabeza, es decir, para el hurto, pero narco que secuestra, mata, tortura y decapita, ¿cómo se va a tratar con el mecanismo de la aspirina?”, señaló, y subrayó que por eso está “absolutamente en contra” de la iniciativa. “No lo digo yo, lo dice Sanjurjo, que todas las izquierdas del mundo estarían de acuerdo con ese tipo de medidas. Durante los gobiernos del FA se tomaron medidas de esa naturaleza: la famosa reeducación, reestructuración, los módulos y el funcionamiento con funcionarios no policiales son todas típicas medidas de izquierda. Ahora, si la coalición dobló a la izquierda, no me avisaron. Soy el último en enterarme”, ironizó Zubía.

Así las cosas, para el diputado, ese tipo de medidas que consignó Sanjurjo “no es que sean malas, sino que son intrascendentes”, y señaló que está “seguro” de que en donde se han aplicado “los resultados tienen que haber sido magros”. Agregó que no pueden intentar ideas “utópicas” y que hay medidas “de fondo que no se toman”, e insistió con su idea de que las Fuerzas Armadas se ocupen del combate al narcotráfico.

Además, para marcar su postura sobre los delincuentes que se rehabilitan, Zubía usó otra analogía: dijo que él cree “en el amor matrimonial hasta que la muerte los separe, pero la realidad te dice que cada 100 llegan cinco, el resto se queda en el camino”. “Yo creo en la rehabilitación, pero está mal hecha y pésimamente organizada. Así que no es un problema de no creer en la rehabilitación sino en lo difícil que es y cómo se quiere implementar con medidas totalmente superficiales. Otro tema es quién es el recluso que se rehabilitó. Yo quiero saber quién entrega el diploma de rehabilitado en un país que tiene casi 70% de reincidencia”, subrayó.

Por último, consultado sobre la mesa interpartidaria convocada por el MI para buscar soluciones a la seguridad -que está coordinada por Sanjurjo-, Zubía dijo que no tiene expectativas porque no participa, aunque “algo” sabe sobre seguridad, porque estuvo “40 años” vinculado al tema, como fiscal. Dijo que ese ámbito interpartidario “estaría bien si estuviéramos hablando de temas profundos y en serio”, pero ve que “a los temas profundos no se les quiere hincar el diente”. “No se les está echando mano a los temas pesados, y empiezan a surgir estas ideas livianas, teóricas, que son como aspirinas para las enfermedades terminales. Así no estamos caminando bien”, finalizó.